LA SUSPENSIÓN DE LA POLÍTICA DE ‘PIES SECOS, PIES MOJADOS’
PUSO FIN AL CICLO MÁS LARGO Y MASIVO DEL ÉXODO CUBANO DESDE 1959
Menos cubanos y más deportaciones: ¿el fin del exilio?
NORA GÁMEZ TORRES
A casi un año del fin de la política de “pies secos, pies mojados”, los cubanos se han unido a los inmigrantes de otros países que intentan llegar a Estados Unidos de manera irregular y se arriesgan a ser detenidos o deportados.
El cambio de política ha provocado, además, un punto de giro no sólo para el sur de la Florida sino también para los cubanos en la isla, cuyo sueño durante mucho tiempo fue cruzar al otro lado del Estrecho.
“La suspensión de la política de ‘pies secos, pies mojados’... puso fin al ciclo más largo y masivo del éxodo cubano desde 1959”, dijo Jorge Duany, director del Cuban Research Institute de la Universidad Internacional de la Florida.
En el año fiscal 2017 —que comenzó en octubre del 2016 y terminó en septiembre—, 15,410 cubanos llegaron por la frontera con México de manera irregular. Esa cifra significa apenas el 35 por ciento de los que llegaron en el año fiscal 2016, 41,523 según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
De esos más de 15,000 cubanos, la mayoría logró entrar al país antes del 12 de enero, cuando el entonces presidente Barack Obama decidió eliminar la política de “pies secos, pies mojados” que permitía a los cubanos que llegan a territorio estadounidense (pies secos) permanecer legalmente incluso si no tenían visas.
Como resultado del cambio de política, entre febrero y septiembre de este año, sólo 1,631 cubanos llegaron por la frontera con México. La cifra total de los cubanos que llegaron sin visas en todo el país aún no está disponible, pero es probable que supere los 2,000.
Al menos otros 426 cubanos clasificados como “inadmisibles” habían llegado a Estados Unidos entre el 12 y el 31 de enero, según la CBP.
Según el Departamento de Estado, la nueva política ha reducido el flujo total de la inmigración irregular procedente de Cuba en 64 por ciento con respecto al año fiscal 2016. El número de los llamados balseros interceptados en el mar ha disminuido aún más, 71 por ciento.
Duany estima que entre 1995 y 2015, Estados Unidos admitió alrededor de 650,000 inmigrantes cubanos que luego podían acogerse a la Ley de Ajuste Cubano y obtener la residencia permanente después de un año y un día.
El cambio de política migratoria ha sido uno de los pocos puntos de encuentro de la administración del presidente Donald Trump y el gobierno cubano.
En una declaración sobre el diálogo migratorio entre ambos países en Washington este lunes, la cancillería cubana destacó que “ambas delegaciones coincidieron en reconocer la repercusión positiva de la eliminación de la política de ‘pies secos, pies mojados’... en la disminución de la emigración irregular de Cuba hacia Estados Unidos”.
Pero otros temas son más espinosos, sobre todo el relativo a las deportaciones. La delegación estadounidense aseguró que había cumplido su compromiso de otorgar 20,000 visas de emigración a los cubanos en la isla este año, pero al mismo tiempo pidió más colaboración a la parte cubana para recibir a los cubanos que Washington quiere deportar.
Debido a los cambios implementados por la administración de Obama y mantenidos por la Casa Blanca de Trump, en el año fiscal 2017 Estados Unidos deportó a 160 cubanos, más del doble de los deportados en el año anterior (64) pero menos del 10% de los que arribaron al país después del cambio de política.
Esa tasa es pequeña comparada con la deportación de inmigrantes de otros países. Estados Unidos deportó a 33,000 de los 38,000 guatemaltecos que intentaron entrar sin documentos en el año fiscal 2017, por ejemplo.
¿El fin del exilio?
Pero el aumento relativo de la deportación de cubanos es otra muestra de cuánto han cambiado los patrones de inmigración en el sur de la Florida.
“La narrativa oficial en Estados Unidos ha equiparado a los cubanos con otros grupos de inmigrantes indocumentados, como los mexicanos o caribeños, que salen de sus países buscando mejores condiciones de vida y trabajo”, explicó Duany, quien añadió que pocas veces esa narrativa distingue “los motivos políticos que puedan tener los cubanos para irse de la isla, como el temor a la persecución y la represión por sus ideas contrarias al régimen cubano”.
“El discurso dominante actual sobre el éxodo cubano parece anunciar el fin del exilio como se aplicó durante casi seis décadas a las personas que emigraban de la isla”, destacó.
Muchos de los cubanos que llegaron a Estados Unidos este año solicitaron asilo y han sido detenidos en centros para inmigrantes hasta que se resuelvan sus casos. La Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo que no podía ofrecer de inmediato las cifras actualizadas, pero hasta julio de este año 1,355 cubanos estaban detenidos. Hasta fines de agosto quedaban pendientes 134 solicitudes de asilo realizadas por cubanos.
Manuel Escudero Reyes, de 38 años, recuerda que cuando se paró frente al juez el 20 de julio, no estaba seguro de lo que iba a pasar. Ya había estado detenido casi cinco meses. El siguiente paso podría ser, pensó, ser devuelto a Cuba. Reyes había solicitado asilo explicando al tribunal que era miembro de un partido de la oposición en la isla y compartió pruebas en que se le ve protestando contra el régimen de Castro.
“Es tu vida en sus manos, no sabes lo que va a pasar. No podía regresar” a Cuba, dijo. El juez le concedió asilo.
Al día siguiente, Escudero estaba en un autobús que viajaba a Miami, adonde se mudó con su tía. Después de obtener el permiso de trabajo, comenzó a conducir un taxi y tomó un curso de coctelería. Ahora tiene un trabajo como barman en un complejo hotelero.
“Tuve suerte”, dijo.
Otros 36,000 cubanos tienen también su vida pendiente de un hilo. Con órdenes finales de deportación por delitos cometidos mucho antes del cambio implementado por Obama, podrían ser devueltos a Cuba en cualquier momento. Pero aunque una política de inmigración más dura es uno de los sellos de l gobierno de Trump, los esfuerzos para deportar a los cubanos siguen chocando con la negativa de Cuba de aceptarlos.
“En cuánto a por qué los ciudadanos cubanos no han sido deportados, señalaría que Cuba todavía se considera un país recalcitrante”, dijo un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional.
Un ex funcionario de la administración de Obama familiarizado con el tema señaló que Cuba se ha resistido durante mucho tiempo al regreso de sus ciudadanos y que regulaciones internas impiden que algunos regresen.
“No es tan simple como decir ‘tenemos a uno de los tuyos y aquí está”, resaltó.
NORA GÁMEZ TORRES
Tema anterior
Primer 