Nadejda Mountbatten, marquesa de Milford Haven, en una fotografía de 1914
¿Alguien ha oído hablar de 'royal' lesbianas?
Pues, como las 'meigas', haberlas, sí que las hubo
Si los sentimientos han tenido escaso hueco cuando se trataba de mantener una Corona, la cuestión sexual se ha utilizado como acusación cuando ha sido necesario. La reina Carolina de Inglaterra, la reina más desgraciada y protagonista del matrimonio más tremendo de toda la corte británica (Carolina y Jorge IV se repugnaban desde el día en que se conocieron ante el altar) fue acusada de lesbiana.
Es muy poco probable que mantuviese relaciones sexuales con otras mujeres, pero la acusación era la venganza de su marido, obsesionado por divorciarse de ella. Una situación similar es improbable en la actualidad, pero mientras ellos han ido saliendo del armario ¿alguien ha oído hablar de royal lesbianas? Pues haberlas, las hubo. Aunque no hayan podido decir aquello de Chavela Vargas: “Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme... Mis dioses me hicieron así.”
REINA ANA DE INGLATERRA, ESCOCIA E IRLANDA
Todo empezó al interpretar el papel de Calisto -la hermosa ninfa del cortejo de la diosa Artemisa- en una representación teatral. Participaba también Sarah Jennings, la que poco después se convertiría en Sarah Churchill tras el matrimonio con el primer duque de Marlborough. Pero en los mundos reales las bodas no se mezclaban con los placeres y la relación de Ana y Sarah fue a más. Se llamaban entre ellas con motes cariñosos: Mrs Freeman era Sarah y Mrs Morley, Ana.
La relación entre ambas mujeres acabó influyendo en los asuntos políticos de la corte. Desde 1702, año en el que Ana Estuardo sube al trono, también asciende al olimpo del poder su querida amiga Sarah, que no solo entraba y salía de la alcoba con naturalidad, también enredaba con esa naturalidad en los dineros de la reina. Así, Sarah Churchill, duquesa de Marlborough, pasó a la historia como una de las mujeres más influyentes de la historia de Inglaterra.
Pero las pasiones siempre tienen un final y la que mantenían Sarah y Ana también tuvo su fin. El detonante fue la llegada a la corte de una nueva favorita, Abigail Masham, prima de Sarah y de carácter más dócil y amable que la exigente duquesa de Marlborough. Sarah Churchill se vengó de la reina haciendo circular rumores sobre la relación lésbica de la reina e intentó chantajearla con la publicación de las cartas que se habían escrito a lo largo de los años y en las que Ana le confesaba sus deseos más íntimos.
A pesar de estas relaciones, Ana Estuardo era muy querida por su marido, Jorge de Dinamarca. La pareja tuvo que soportar el fracaso de la mayoría de los 18 embarazos de la reina. Solo les sobrevivió un hijo, que murió con 11 años. Aunque nos parezca una reina lejana, Ana Estuardo fue una de las firmantes del Tratado de Utrecht por el que España perdió Gibraltar. Pero ha pasado a la historia como la reina lesbiana.
CRISTINA DE SUECIA
Fue una gran reina, lectora, amante de los deportes y las artes que ocupó el trono 22 años. Extravagante, inteligente e independiente, Cristina despertaba gran curiosidad en su país y fuera de las fronteras de Suecia. Sus habilidades se centró en la espada, en los idiomas y las charlas filosóficas y literarias. Gran amiga de Descartes, se olvidó de su aspecto físico para centrarse en el plano intelectual. Las notas que se encontraron entre las páginas de sus libros hicieron deducir que era lesbiana. La reina nunca se casó, a pesar de la insistencia del Consejo del Reino que exigía la continuación de la dinastía. Nunca explicó los motivos de su negativa al matrimonio; prefirió abdicar y nombrar a su primo sucesor del reino.
Mantuvo una relación secreta y muy cercana con su prima Ebba Sparre, conocida como la Belle comtesse, la bella condesa, a la que dedicaba la mayor parte de su tiempo libre. Llegó a presentarla al embajador inglés como su compañera de cama. Cuando Cristina abandonó Suecia continuó escribiéndole apasionadas cartas de amor en las que le contaba que siempre sería su amante. Cristina buscó un buen matrimonio para su amada Ebba con Jakob Kasimir De la Gardie, hermano de su favorito Magnus Gabriel de la Gardie. Fue una gran reina, pero también ha pasado a los libros de historia como “la reina lesbiana”.
NADEJDA MOUNTBATTEN, MARQUESA DE MILFORD HAVEN
Nadejda era Romanov y se casó con el príncipe George Mountbatten, el segundo marqués de Milford Haven, famoso por ser el tío del actual duque de Edimburgo y por legar una enorme colección de pornografía al Museo Británico. El matrimonio no impidió que mantuviese una relación con Gloria Morgan Vanderbilt.
En 1934, ésta mantenía un pleito por la custodia de su hija y una criada sacó a relucir los detalles de la relación amorosa entre ambas mujeres como prueba contra Vanderbilt. La criada aseguro ver a Lady Milford Haven… “con su brazo alrededor del cuello de la Sra. Vanderbilt y besándola como una amante”. Antes de partir a los Estados Unidos para testificar, Lady Milford Haven denunció públicamente el testimonio de la criada como "un conjunto de mentiras maliciosas y terribles".
Gloria Morgan Vanderbilt no fue la única mujer a la que se relacionó con Nada -como se la conocía en los círculos cercanos- porque al parecer mantuvo también una relación amorosa con su cuñada Edwina Mountbatten, esposa de Lord Louis Mountbatten. Ambas parejas eran amigas y a menudo corrían aventuras bastante atrevidas y hasta peligrosas. Las mujeres de los hermanos Mountbatten, decidieron exprimir la vida de lujo y privilegios en busca del placer, la aventura y el riesgo.
ANNE LENNARD, CONDESA DE SUSSEX
Su madre era la amante del rey inglés Carlos II, de ahí que tenga muchas posibilidades de que el monarca sea el verdadero padre de Anne Lennard. Incluso, corre la leyenda de que fue concebida la noche de la coronación del monarca.
Se casó con 13 años con Thomas Lennard, primer conde de Sussex, pero en algún momento de su vida mantuvo una relación lésbica con otra amante de su padre, el rey Carlos, Hortense Mancini. Cuentan que una noche ambas mujeres entraron en St. James's Park con espadas escondidas bajo sus camisones para disfrutar de un divertido combate a espada. Fue demasiado para su marido, un tipo popular y extravagante que logró sacarla de la casa de Mancini para enviarla a un convento en París.
ISABEL DE BORBÓN-PARMA
Era una joven nostálgica y melancólica que murió con solo 22 años. Nació infanta de España en el palacio del Buen Retiro y murió archiduquesa de Austria. Quizás el desamor de sus padres y la mala relación con una madre que la tuvo cuando solo tenía 14 años influyeron en la pena que arrastró Isabel de por vida. Con 17 años la casaron con el heredero de Austria, el futuro emperador José II que cayó rendido ante una joven tan delicada. Su esposo la adoraba y la corte vienesa quedó prendada de su alma sensible y sus aptitudes para la música. Pero Isabel obvió a unos y a otros para caer perdidamente enamorada de su cuñada María Cristina, hermana de su marido.
Cada día se escribían largas cartas en las que revelaban sus sentimientos amorosos. Se conservan unas doscientas epístolas de las amantes. Los escritos de María Cristina mostraban su carácter alegre; en los de Isabel se mezclaban el cariño y el pesimismo que le generaba la obsesión por la muerte. La amó tanto que a una de sus hijas que murió horas después de nacer la puso el nombre de María Cristina. Los restos de la pequeña descansan junto a Isabel en un ataúd situado bajo el suyo en la cripta Imperial de Viena.
CARMEN GALLARDO