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General: ¿Cuál intitucionalidad, leyes y políticas públicas?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: BuscandoLibertad  (Mensaje original) Enviado: 08/02/2018 18:37
¿Cuál institucionalidad, leyes y políticas públicas? 
          Ni la Rusia medioeval, ni la China de mandarines, ni el Vietnam represivo
Marlene Azor Hernández | Cuba Encuentro
Uno revisa todos los discursos de los dirigentes partidistas, estatales y militares del país y constata muy bajo nivel de instrucción e información sobre el propio país[1] y sobre el mundo. Enfrascados en la “lucha contra el imperialismo y la CIA”, el país vive en permanente estado de emergencia, —sin declarar—, y un discurso de enfrentamiento y guerra, como el de Sucelys Morfa González en “el acto de repudio” en la Cumbre de las Américas del 2015, pura vulgar crispación y/o un llamado a los tiempos difíciles, —que son todos los años de los últimos 60 años— en el que hay que seguir “luchando”.[2] Todo el andamiaje ideológico y político del país está montado sobre “el estado de guerra permanente” para producir bienes materiales y/o servicios o para enfrentarse a la CIA, da lo mismo. La élite política y militar cubana no da señales de tener voluntad de reestructurar ni la economía, ni eliminar la represión, o querer cambiar la institucionalidad soviética y las leyes, ni las políticas públicas reaccionarias y retrógradas de la exURSS que dejaron una abrumadora pobreza en el país, una ciudadanía sin derechos y sólo se conocieron después del derrumbe.
 
Por eso la iconografía “revolucionaria” son pensadores congelados del siglo XIX como Marx, Engels, Lenin y, José Martí, sólo se menciona para la guerra y el partido de la guerra y la denuncia del imperialismo decimonónico. No hay sosiego[3].
 
En cuanto a la iconografía y culto a la personalidad de Fidel Castro y el Che Guevara lo mismo, la guerra, y las tácticas de guerra. La maquinaria del culto a la personalidad en Cuba es embrutecedora y da nauseas de las idioteces que exalta.[4] Siempre hemos estado en guerra, desde la guerra de independencia, y seguimos en guerra y el futuro es la guerra. Según el discurso oficial y los intelectuales e historiadores que se suman a la historia única oficial.
 
También están los funcionarios de los ministerios que repiten las mismas incompetencias y el mismo desconocimiento sobre la realidad del país y sobre las políticas públicas implementadas y su evaluación. Que el aplicador de los Lineamientos en el país, Marino Murillo, diga recientemente que “no sabía lo complejo del proceso” de implementar los Lineamientos, expresa el nivel de desconocimiento que tienen las autoridades públicas, del país que ¿dirigen? Que no se sepa en el país el nivel de pobreza o el nivel de violencia contra la mujer, que no se sepan los niveles de desigualdad social, los niveles de delincuencia e ilegalidad que existen en el país, que se haya mantenido los salarios y las pensiones más bajas de las Américas durante 27 años, que se desconozcan los datos sobre la discriminación racial, los problemas ambientales, que no se evalúe la calidad de los sistemas de salud y educación con estándares internacionales,[5] que no exista evaluación sobre la institucionalidad soviética copiada, las leyes y las políticas públicas, no es motivo de asombro es motivo para aterrarse y preguntar: ¿Pero en manos de quién estamos?
 
Con una élite partidaria estatal y militar tan desinformada y aferrada a la institucionalidad, “estilo de dirección” y leyes copiadas de la ex URSS, nuestro destino parece ser Honduras, Guatemala, Haití o Uganda. Los funcionarios de segundo nivel son iguales o peores de incompetentes si han sido formados en Cuba o en el antiguo CAME: sólo han conocido el sistema institucional soviético que es el que existe en el país desde 1975 y la Escuela Superior del Partido imparte el marxismo leninismo soviético aderezado con palmeras, sin mencionarlo, y con la opacidad que le permite seguir embruteciendo a los “cuadros”.[6] ¿Qué hacen los militares controlando la economía y la política si su lugar son los cuarteles?
 
Estamos en la misma situación de crisis estructural que se dio en la ex Unión Soviética y con los mismos cuadros partidarios estatales y militares estalinistas y medievales, analfabetos de la gestión pública eficiente, que luego formaron las mafias del poder y los nuevos millonarios rusos, incluido su presidente.
 
No queremos las instituciones, ni las leyes, ni las políticas públicas de la Rusia “medieval”. Los servicios públicos rusos de educación y salud no han mejorado los pésimos índices de la era soviética, —que se ocultaban e inflaban—, ni en infraestructura ni en calidad, tampoco los salarios ni las pensiones. El índice de corrupción es alto, y el Índice de Desarrollo Humano muy bajo de acuerdo a su potencial de recursos económicos. Rusia sigue siendo un país muy desigual según los criterios del Índice de Gini y el de Palma, y presenta en 2016, casi 20 millones de personas por debajo del umbral de pobreza. Los gastos de “Defensa” son superiores a los gastos en educación y en salud.  Rusia no está entre los primeros 33 lugares en los rendimientos del examen PISA, para estudiantes de 15 años en matemáticas, ciencias, y habilidad de lectura. En noviembre del 2016 cerró la oficina de Amnistía Internacional en Moscú luego de 20 años de presencia en el país. Según el informe de Amnistía Internacional en la Federación Rusa (2016-2017):
 
“Se intensificaron las restricciones del derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica. Continuaron los procesos judiciales de quienes habían participado en protestas contra el gobierno en la plaza de Bolotnaya, lo que suscitó mayor preocupación aún por el respeto a las normas sobre juicios justos. Los defensores y defensoras de los derechos humanos se exponían a ser sancionados con multas o procesados por sus actividades. Se inició el primer proceso penal por incumplimiento de la ley sobre “agentes extranjeros”. Varias personas fueron acusadas en aplicación de la legislación contra el extremismo por criticar políticas gubernamentales y por poseer o mostrar en público material supuestamente extremista. Hubo denuncias de tortura y otros malos tratos en instituciones penitenciarias, y la falta de atención médica adecuada en las cárceles ponía en peligro la vida de las personas recluidas en ellas. Continuaron denunciándose graves violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto de las operaciones de seguridad en el Cáucaso Septentrional. En Chechenia, quienes criticaban a las autoridades se exponían a ser procesados y a sufrir agresiones físicas a manos de agentes no estatales, que acosaban también a los defensores y defensoras de los derechos humanos que informaban desde la región. Rusia fue objeto de críticas internacionales en relación con las denuncias de crímenes de guerra cometidos por sus tropas en Siria. La Corte Penal Internacional continuó su examen preliminar de la situación en Ucrania, que incluía los delitos cometidos en el este del país y Crimea. Rusia no respetaba los derechos de las personas refugiadas y solicitantes de asilo.”
 
Si cambiamos los nombres de los territorios y eliminamos la intervención en Siria, se repiten las mismas violaciones en el caso de Cuba de los derechos jurídicos, civiles y políticos. Los derechos económicos, laborales, sociales y culturales son también violados en la Federación como en la era soviética. Los Derechos Humanos, todos, siguen siendo en Rusia, una asignatura pendiente. Por eso, Rusia, no es el referente para los cubanos.
 
[1] La reciente encuesta sobre igualdad de género lo primero que constata es que el gobierno no ha monitoreado la violencia contra la mujer en Cuba. Por ahora, estudian las percepciones con una prensa y unas Ciencias Sociales amordazadas. El femicidio y la represión y golpizas a las mujeres por las propias autoridades sigue ignorado.
 
[2] A esto se refieren todos los artistas e intelectuales y todos los opositores políticos cubanos cuando piden y sueñan con un país “normal”. Las permanentes y sistemáticas campañas para cualquier cosa y para casi todo, nos tiene a los cubanos agotados, desfallecidos, frustrados y sin alicientes, por vivir en un país en guerra simbólica y represión real todos los días de los últimos 60 años. ¡No queremos vivir en un estado de emergencia permanente!
 
[3] La propaganda en Cuba oculta el pensamiento político de Martí como demócrata republicano, lo cual implicaba ya en su época un Estado de Derecho, probidad pública, pluripartidismo y propiedad privada, también una importancia notable de la educación como sus contemporáneos latinoamericanos. Cuando no tienen qué informar entonces hablan de su poesía para ocultar la notable diferencia entre una dictadura estalinista y un pensamiento político demócrata republicano.
 
[4] ¡Las estrategias y tácticas del combate de la guerra! y/o las emociones plañideras que exaltan a los “guerreros”. También muy cursis. En todo este discurso no hay nada concreto para sacar del “hueco” al país.
 
[5] El gobierno de Cuba no se somete a ninguna evaluación estandarizada internacional de la calidad de sus sistemas de salud y educación. Sólo expone algunos datos de relevancia internacional, pero no es evaluado por ningún sistema estandarizado nacional o internacional de calidad. La “solidaridad” con otros países se hace a costa de pauperizar la atención primaria y secundaria de salud en Cuba y lo mismo pasa con el sistema de educación para alfabetizar en otros lugares. La cobertura es casi universal, no la calidad.
 
[6] Al igual que la Escuela Superior del Partido del PCUS. ¿Qué se imparte en esa escuela que no sea propaganda del PCUS adaptada a Cuba? No veo a ningún funcionario público conocedor de las políticas públicas ni del funcionamiento de las instituciones, sino torpes y sesgadas intervenciones en los que se constata si se cumplió y sobre todo que no se cumplió “el plan” y para el año próximo seguro se cumple. ¿? Con revisar toda la prensa nacional se constata el bajo nivel de “los cuadros” partidarios y estatales.
 
                              Fuente : Cuba Encuentro
Autora, Marlene Azor Hernández, Ciudad de México  2018
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 26/02/2018 22:17
¿Cuál institucionalidad, leyes y políticas públicas? (II)
Ni la Rusia medioeval, ni la China de mandarines, ni el Vietnam represivo

     Marlene Azor Hernández | Cuba Encuentro
El parlamento soviético sesionaba dos veces al año, tres días, y aprobaba por unanimidad y a mano alzada los decretos leyes elaborados y aprobados por el Consejo de Estado soviético entre sesión y sesión del parlamento. Los Ministros pertenecían al parlamento y daban “clases magistrales” a los restantes diputados sin discusión ni control alguno sobre su gestión pública. Las “organizaciones de masas” soviéticas, de los trabajadores, campesinos, intelectuales, estudiantes, mujeres y los jóvenes comunistas, —Comisiones de candidaturas— filtraban la selección de candidatos a diputados bajo la aprobación del PCUS. Este modelo soviético es el que existe en Cuba, pero las autoridades cubanas y su prensa oficial dice que es un sistema cubano y no copiado de ningún país. ¿Cuál es la credibilidad de un gobierno que miente de manera tan desvergonzada? La farsa de las elecciones soviéticas cubanas es declarada por el gobierno cubano como “democráticas y transparentes” a contrapelo de la historia y la implosión de este tipo de institucionalidad en todos los países del “ex campo socialista europeo”.
 
El pobre pueblo ruso nunca ha experimentado la democracia y desconocen los Derechos Humanos por eso aún hoy aceptan y agradecen al “Padrecito Zar” que les garantiza “estabilidad”: la misma relación y demanda de los campesinos rusos de la revolución de 1905 en Rusia. La cultura política promedio de los rusos sigue siendo medieval y desconocedora de los Derechos Humanos, pero Cuba conserva su memoria histórica sobre la democracia occidental, la Constitución del 40 y la poderosa sociedad civil de antes de 1959. ¿Por qué mantener instituciones medievales soviéticas que ya probaron su ineficacia en gerenciar el desarrollo en esos países?
 
Las políticas públicas y las leyes soviéticas eran altamente excluyentes y no inclusivas, contra la autonomía ciudadana y con una represión brutal contra la discrepancia. Esas políticas y sus leyes prohibían todo, hasta tanto el PCUS no dijera lo contrario. Este modelo de políticas públicas son las que hoy se aplican luego de 27 años de período especial en Cuba.
 
Sin crítica y contrapeso al gobierno, no hay país
 
Resulta asombroso que la opinión pública amordazada, pero también que la academia cubana y sus intelectuales no se hayan pronunciado contra las reaccionarias políticas públicas de Raúl Castro en los últimos diez años. Decir que las “reformas no han dado los resultados esperados” es una atenuación de la realidad que no aporta nada.
 
El parlamento cubano ha aprobado todas las medidas reaccionarias por unanimidad y a mano alzada en cada sesión demostrando su incompetencia e ignorancia de la gestión pública.
 
El sistema de seguridad social ya no es universal en Cuba desde el 2008 y más a partir del 2011. Grandes sectores de pensionados o de los sectores más vulnerables han quedado desprotegidos por la política de eliminar pensiones y subsidios “a los que tuvieran familiares que trabajan”. Con los salarios y pensiones más bajos de las Américas, una familia que trabaje no logra llegar al final del mes, menos mantener a las personas que ya no están en edad laboral. ¿Con quién discutió el gobierno y el parlamento dejar sin protección a los amplios sectores que la ONEI no publica?
 
Las Fuerzas Armadas y el MININT, tienen el retiro a edades mucho más bajas y pensiones muy superiores al resto de los trabajadores. ¿Por qué estas instituciones parasitarias del erario público tienen una discriminación positiva muy superior en derechos al resto de los trabajadores cubanos? ¿Con quién se discutió estos privilegios?
 
¿Por qué se permite la opacidad del conglomerado GAESA, que no rinde cuentas al Parlamento ni a la opinión pública y gestiona entre el 67 y 71 % de la economía nacional con nuevas apropiaciones previstas para el 2018? Los militares empresarios son improvisados con “cursitos” y aplican una disciplina de ordeno y mando a sus trabajadores, violando sus derechos laborales y civiles. ¿Por qué esto no se discute en el “Parlamento de los Trabajadores”?
 
¿Por qué se anuncia aumentos de impuestos sobre la fuerza de trabajo el 1ero de agosto del 2017 para los empresarios privados que junto a los cooperativistas son los generadores de empleos netos y son los únicos que pagan salarios decentes?
 
¿Quién controla la proliferación de impuestos para los empresarios privados, y las cooperativas, la congelación de 27 tipos de licencias, le eliminación de otras, la congelación de las licencias para las cooperativas, la restricción del número de cooperativistas y sus ingresos para las cooperativas de la construcción y la prohibición de trabajar fuera de su municipio de residencia? ¿Por qué el parlamento levanta la mano automáticamente por un solo tipo de licencia para cada cuentapropista y no discute las consecuencias?
 
¿Quién controla que las medidas sobre la ampliación de la autonomía en las empresas “socialistas de todo el pueblo” no sean más que la creación de juegos de letras, como dice un amigo, las OSDE, las UEB y nadie se plantee eliminar los tres niveles de control por encima de las unidades productivas de base?
 
¿Por qué se sigue violando el principio de retribución constitucional “a cada cual según su trabajo” y los sucesivos decretos leyes no resuelven esta aberración?
 
¿Por qué con la profunda inseguridad alimentaria del país los campesinos sufren al menos cinco tipos de impuestos y ahora los cooperativistas agropecuarios tienen que pagar un 20 % de sus ingresos mensuales para la seguridad social?
 
¿A quién se le ocurrió en el parlamento “luchar contra el enriquecimiento” legal y fruto del trabajo, mientras no existe una política nacional contra la pobreza?
 
¿Por qué los diputados no conocen los índices de pobreza en el país ni preguntan por las políticas públicas para eliminarla, mucho menos proponen soluciones?
 
¿Por qué no existe en el país una política nacional para resolver el problema de la vivienda, el acceso al agua potable, el transporte público, los salarios paupérrimos, la inseguridad alimentaria y el descenso de la calidad de la educación y la salud? Los paliativos a estos problemas generan nuevas restricciones y controles que lejos de atenuar los problemas los incrementan y son sólo el resultado de la tozudez del PCC a no compartir responsabilidades del sector estatal con el sector no estatal del país y la inversión privada cubana y extranjera.
 
¿Con quién se ha discutido la proliferación de los impuestos al sector no estatal e imponer al sector presupuestario un 5 % de impuesto a partir de los paupérrimos salarios de 500 pesos cubanos al mes?
 
¿A quién se le ocurrió liberar las licencias para los empresarios privados y cooperativistas sin facilitar los mercados mayoristas? La imposición de multas al sector no estatal sin mercados mayoristas, no son una “lucha contra la corrupción” sino una extorsión del estado contra el sector no estatal de la economía. ¿Por qué los diputados no proponen alternativas?
 
¿Con quién se está discutiendo las reformas constitucionales y la transformación de las leyes penales y electoral a las que alude Esteban Lazo frente a Federica Mogherini y que el gobierno cubano dice en la ONU “que trabaja en ello desde el 2012”?
 
¿Por qué se aprobó un nuevo Código del Trabajo en 2013 que mantiene las violaciones de derecho a huelga, de libertad sindical, de trabajo libre para los profesionales y no explicita la discriminación política para la idoneidad de los puestos de trabajo como es la práctica? Los cargos públicos y los de mayor remuneración tienen que ser por concursos públicos de oposición, de lo contrario se utiliza el tráfico de influencias y la violación de derechos laborales y civiles de los ciudadanos de manera discrecional. ¿Por qué se sigue violando la Convención 95 de la OIT sobre las prohibiciones de confiscar salarios por gobiernos y empleadores? ¿Por qué los tribunales laborales siempre dan la razón a la administración?
 
¿Por qué se aprueba un aumento sustancial, y muy superior al subsidio de la alimentación, en el presupuesto del 2018 para las “organizaciones de masas” que son organizaciones de control político y represión que no representan los intereses de sus afiliados?
 
Hasta ahora, la postura del gobierno cubano es decir que no tiene recursos, pero a la vez, con las políticas públicas que he reseñado sugiere que no quiere los recursos de la población cubana y extranjera sino es en condiciones de extorsión y violación de sus derechos: desmedidos y múltiples impuestos, prohibiciones y restricciones al sector no estatal privado y cooperativo, una política de asfixia y no de regulación, prohibición de la inversión cubana privada, falta de garantías jurídicas y financieras para la inversión extranjera y cubana, todo lo contrario de lo que exige la realidad que son políticas públicas que incentiven, estimulen y regulen la producción y el consumo interno.
 
A nivel de desarrollo social vamos hacia atrás. Si en el 2007 Cuba tenía un Índice de Desarrollo Humano con el puesto 51 en el conjunto de las Naciones, hoy ocupa el puesto 68 y el gobierno cubano se vanagloria de ello.
 
Ni la institucionalidad, ni las leyes vigentes, ni las políticas públicas excluyentes reseñadas resuelven los graves problemas acumulados. Son los obstáculos permanentes al desarrollo del país. ¿De quién aprender los mejores resultados?
 
                       Fuente: Cuba Encuentro
              Marlene Azor Hernández, Ciudad de México
 


 
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