El artista cubano que enciende las luces de neón en La Habana
Texto y fotos Reuters
Después del anochecer en La Habana, un letrero de neón azul ilumina la fachada desteñida del Cine El Megano, una de las muchas salas de cine abandonadas en la capital cubana. Está en una vibrante esquina en el corazón de la ciudad caribeña que se había apagado hace algunas décadas.
Las brillantes letras cursivas de neón llenan la fachada colonial del edificio con un acento art-deco entre las puertas de abajo y el balcón envolvente de arriba. Es obra del artista cubano Kadir López Nieves, que restaura los carteles vintage de los cines, hoteles y cabarets que iluminaron la vida nocturna de La Habana en su apogeo de los años 50.
Su proyecto, denominado "Habana Light Neon + Signs", restauró hasta el momento alrededor de 50 carteles, lo que refleja un renacimiento más amplio en La Habana. La ciudad, una de las joyas arquitectónicas de América Latina, disfrutó de un boom turístico.
"A La Habana la llamaron Broadway o París del Caribe porque tenía mucha luz y brillantez", dijo López Nieves, durante una entrevista en su taller y galería.
Después de la revolución de 1959 de Fidel Castro, muchos de los lujosos locales de ocio de La Habana, a menudo dirigidos por mafiosos estadounidenses y frecuentados por los ricos y famosos, se cerraron o se deterioraron lentamente.
Durante décadas, el clima tropical causó estragos en sus letreros de neón. La isla, bajo el embargo de los EE. UU., a menudo carecía de los fondos y los conocimientos técnicos necesarios para solucionarlos.
Como en otros lugares, otras formas de iluminación, como los LED, resultaron más baratas y los ornamentados letreros de neón fueron abandonados.
López Nieves, cuyo trabajo juega con la memoria y la nostalgia, se dispuso a restaurar las luces de neón de una docena de cines como un proyecto para el festival de arte de la Bienal de La Habana en 2015. Su trabajo deleitó a los lugareños.
"Le está dando más vida a la ciudad por la noche", dijo Alberto Echavarría, de 68 años, que vigila un aparcamiento en el camino desde el Cine Megano. Dijo que el cartel recordaba el ambiente una vez "fabuloso" del vecindario, que se encuentra cerca del edificio neoclásico Capitolio de La Habana.
"Las zonas oscuras pasarían de ser marginales a ser fotografiadas", dijo López Nieves, quien luego comenzó a restaurar otros letreros de neón, al utilizar, como guía, documentos históricos como fotografías antiguas. "Un proyecto personal convertido en un proyecto social".
La iniciativa se ha autofinanciado, gracias a la venta de nuevas señales comerciales al incipiente sector privado de Cuba.
Cerca del paseo marítimo de La Habana, el letrero "Bar Cabana" parpadea en rojo, mientras que a la vuelta de la esquina, el letrero del restaurante "La Farmacia" se enciende en blanco.
López Nieves dice que tiene un gran contrato para restaurar las luces en el famoso club nocturno Tropicana de La Habana, que en su apogeo contaba con patrocinadores famosos como las estrellas de Hollywood Frank Sinatra y Humphrey Bogart.
"Me encanta el neón porque es una luz orgánica que vive y respira. Y luego descubrir una ciudad entera: es casi como encontrar una caja del tesoro ", dijo Jeff Friedman, que dirige una fábrica de letreros de neón con sede en Nueva York, durante un viaje a La Habana.
La experiencia extranjera ha sido útil, dijo López Nieves. Solo quedan unos pocos artesanos en Cuba que saben cómo doblar los tubos de neón en letras y llenarlos de gas para crear diferentes colores.
López Nieves espera salvaguardar ese conocimiento con su próximo proyecto: la creación de un centro de neón en el cine de art deco abandonado "Cine Rex". Sería sede de un museo y talleres, así como una tienda de diseños nuevos y clásicos.