Maduro inspira un disco de rock contra las dictaduras
En más de una ocasión Nicolás Maduro se ha declarado rockero. En discursos presidenciales ha dicho que en los años ochenta, cuando era un bachiller con melena larga y bigote, tocó la segunda guitarra en una banda llamada Enigma, que alguna vez se presentó en un programa de televisión y de la que aún queda rastro en YouTube. En alguna ocasión ha asegurado que “la canción más completa del rock” es Escaleras al cielo de Led Zeppelin y también ha dicho más de una vez que es fan de John Lennon. Ahora, aún con bigote y banda presidencial, su pasado rockero vuelve a estar presente. El presidente del país sudamericano aparece en la portada del recopilatorio Rock contra la dictadura Volumen I, que se está distribuyendo en los eventos oficiales y alternativos de la VIII Cumbre de las Américas que comienza este viernes en Lima y de la que Maduro fue vetado.
La iniciativa es de las ONG de derechos humanos Provea y Redes de Ayuda quienes recopilaron los temas de 16 bandas venezolanas, -algunas de ellas integrantes de la diáspora del país sudamericano- que han usado el rock como vehículo para denunciar la crisis social y democrática que vive Venezuela. “Desde el primer ciclo de protestas contra Maduro en 2014 empezamos a notar que la participación de los jóvenes era muy importante, y como organizaciones de derechos humanos teníamos que buscar la manera de hablarles”, cuenta Rafael Uzcátegui, coordinador de Provea, una de las ONG que ha documentado denuncias de violaciones de derechos humanos que se han expuesto en foros internacionales.
De esa inquietud surgieron unos podcast, que se convirtieron en el programa de radio Humano Derecho y después en un sello discográfico para respaldar a las bandas que están usando la música como vehículo de denuncia, a través de la iniciativa Música por medicinas, en la que se intercambian discos por medicamentos para los enfermos que afrontan la dramática escasez en Venezuela. Humano Derecho Records también se encargó de la reproducción de las 1.000 copias de Rock contra la dictadura, con 16 temas, que se están distribuyendo de forma gratuita en Lima tanto en eventos como en tiendas de discos.
“El álbum trae canciones que han sido grabadas desde 2014, cuando las manifestaciones comenzaron a interpelar a la sociedad y estos músicos entendieron ese llamado. En algún momento el proyecto bolivariano tenía sus propias canciones, pero hoy Maduro ha perdido eso. En cambio, este movimiento de retorno a la democracia, como ha ocurrido en la región en otros procesos de dictadura, tiene sus iconos, tiene cultura, y sus bandas. Hay gente que puede que todavía no entienda por qué Nicolás Maduro es un dictador y esta es una manera de denunciarlo”, dice Uzcátegui, que se considera parte de la cultura punk.
Emigdio + Superpower, Los Delorean, Colibrí, BioShaft, Cadáveres Podridos, Doctor No, Los J, Pez Volador, Agente Extraño, Sibelius, HolyHands, Ministerio de la Suprema Infelicidad, Le Cinema, Doña Maldad, Zombies No y Cardiel son las bandas que participan en el álbum. Todas cedieron sus temas para el recopilatorio. Los géneros van desde el rock latino, el pop, el new metal o el ska, pasando por el punk y hasta llegar al hardcore.
Las letras critican directamente al Gobierno, la corrupción y a las fuerzas de seguridad que reprimieron las protestas contra Maduro, que en 2014 dejaron 43 muertos y en 2017 más de 100 fallecidos. “Vamos al paraíso, al paraíso fiscal, mira que ya instalamos el gobierno popular”, dice el primer tema del disco. La portada, una ilustración de Marcos Ramos Celis, muestra a Maduro en la silla presidencial rodeado de tentáculos.
En Lima la propuesta ha tenido recepción, asegura el activista. “Hay muchísima comprensión de lo que ha pasado en Venezuela, por la experiencia que tuvieron en Perú con Fujimori, donde está muy fortalecido el movimiento de derechos humanos contra estas dictaduras modernas que llegan al poder a través de las elecciones. Cuando era joven conocí lo que pasó en este país con el fujimorismo con las canciones de Leusemia y Voz propia. Todos los tránsitos de las dictaduras a la democracia han dejado sus bandas. Tenemos los primeros discos de Miguel Mateos, la banda de punk argentino Los violadores, León Gieco, Los prisioneros de Chile, Masacre 68 en México”.
Voz propia, parte del llamado movimiento del rock subterráneo peruano de los años ochenta, se presentará en un concierto junto con otras bandas peruanas, organizado por Provea y Redes de Ayuda en Lima para apoyar la causa venezolana. Lo recaudado durante el concierto, que se realizará el domingo, en el bar Hensley de la zona de Barranco, se donará a una organización jesuita que apoya a los miles de migrantes que han llegado a Perú los últimos meses.
Los temas que integran este disco no suenan en las emisoras comerciales de Venezuela, fuertemente controladas por el Gobierno en sus contenidos, ni mucho menos se muestran en medios y eventos del Estado. En el perfil de Humano Derecho en la plataforma bandcamp.com puede escucharse el disco completo. La convocatoria para un segundo volumen está cerca. Provea espera que en Caracas, que ha perdido sus tarimas para el rock como consecuencia de la crisis económica, pueda organizarse próximamente un concierto con algunas de estas bandas para encender un activismo que quedó dormido el año pasado después de mantenerse meses en la calle.
“Los músicos tienen esa capacidad de emocionar, de transmitir información y de no permitir que la situación por la que está pasando Venezuela se normalice, pueden convertirse en agentes de cambio. Y los conciertos, además, tienen la capacidad de reunir a la gente en medio de la crisis de representatividad que vive la sociedad venezolana en estos momentos, de hacer que vuelvan a encontrarse en el espacio público”.