Ron Perlman:
“Donald Trump no es un líder, es un criminal y un chorizo”
Por Javier Zurro - El EspañolLas relaciones entre Cuba y EEUU, atascadas desde hacía décadas, parecían destinadas a solucionarse cuando Obama llegó al poder. Tardó en dar el paso, pero poco a poco las posturas se fueron acercando, y el final del embargo al régimen castrista parecía cuestión de tiempo. Ese nuevo clima, hizo que incluso se aprobara la primera coproducción cinematográfica de ficción entre ambos países en casi 60 años. Se trata de Sergio y Serguéi, la historia de un cosmonauta rusa estancado en una estación internacional justo cuando cae la Unión Soviética, pero sobre todo es la historia de los ciudadanos cubanos y cómo se quedaron solos defendiendo el comunismo cuando el amigo del este se rindió.
La película, dirigida por Ernesto Daranas, tiene también parte española gracias a la participación de Mediapro, y se ha presentado en la Sección Oficial del Festival de Málaga, donde compite por la Biznaga de Oro y en la que ha estado una de sus estrellas, Ron Perlman. El actor al que encumbró Guillermo del Toro -él fue su Hellboy- y que también es parte de filmes míticos como El nombre de la rosa o La ciudad de los niños perdidos. Un intérprete comprometido y sin pelos en la lengua, que parece sacado de una de las series donde ha arrasado en los últimos años, Hijos de la anarquía.
¿Cómo acaba un actor de Hollywood llega a una película cubana?
Tengo un amigo, un director de fotografía Mexicano, Gabriel Bernstein, que está estableciendo una productora en cuba a conocer a la escena de cineastas locales para ver mi reacción. Esa fue mi primera visita y ahí conocí a un miembro del gobierno que se encarga del cine y la televisión y estaban preparando esta película. Yo pensaba que yo había ido a conocerles y ver lo que hacían, pero era al revés, me estaban entrevistando a mí para ver si quería hacer la película.
¿Qué le atraía más, el hecho de ser un actor americano rodando en Cuba o el guion?
Ambas, las dos cosas. Las alegrías más grandes de mi vida me las ha dado el cine independiente, y todo esto es fruto de mi primera película americana independiente realizada por un desconocido entonces, Guillermo del Toro. Así que asocio el cine a lugares exóticos que no tienen porque ser EEUU, por ejemplo un lugar tan místico para los americanos como Cuba, que para nosotros es un trozo de fruta prohibida que no puedes probar, pero que a la vez quieres probar. Y formar parte de su mundo y rodar algo con ellos, algo puramente de ellos, y darme la oportunidad de hacerlo y verlo fue excitante. Y es que tenía que decir que sí, no podía decir que no.
¿Pensó que podría haber una repercusión negativa para usted, por trabajar en una película cubana?
Claro que lo pensé, especialmente ahora. Cuando hice la película Obama era presidente, y cuando acordé hacerla ya estaba levantando las restricciones, y luego abrió la embajada y estuvo mucho tiempo con Raúl Castro, y parecía inevitable que íbamos a cambiar la historia, a escribir una página nueva en la historia, algo que para mí llegaba tarde, y que creo que era beneficioso para los dos. Porque hubiera obligado al régimen cubano a ser más tolerante y viceversa. Pero los ganadores finales serían el pueblo cubano y eso es lo que me importa. No me importan los gobiernos, me importan los pueblos a los que los gobiernos tienen que defender. Si buscamos la libertad no podemos sólo hablar, tenemos que preocuparnos de la gente y de su libertad.
¿Cómo ha vivido el retroceso en las relaciones con Cuba desde la llegada de Donald Trump?
Cuba es indicativo de muchas cosas de este líder falso que tenemos. Este gangster que viene de una familia de criminales. Como todo lo que hace, él tiene más interés en destruir que en construir y quiere destruir cualquier cosa que haya hecho Obama. Hay una enemistad personal, porque un gran líder no se comportaría así. Además no lo hace de forma sutil, sólo quiere borrar ocho años de avance y progreso real, y lo hace por odio y por racismo, y por eso no hay nada de lo que hace que pueda aprobar. Me niego a verle como líder, me niego a verle como otra cosa que lo que es, un criminal y un chorizo. Me niego a ofrecerle nada que más que el reverso de mi mano, está dando la espalda a todos. No son momentos para ser agradables, pero lucho por lo bueno, pero a veces tienes que empujar a la gente para asegurar que todo se calme y cuando te empujan tienes que reaccionar. Las personas que buscamos la decencia y la compasión, un sentido universal de la hermandad, se nos están empujando mucho.
Hace poco surgió el rumor, y usted lo alimentó, de que se presentaría a candidato a las próximas elecciones.
Soy un candidato activo hasta que se anuncie lo contrario.
¿Cómo influyó Guillermo del Toro y qué le parece que directores mexicanos con discursos políticos potentes triunfen en Hollywood?
Es maravilloso, súper positivo, lo bonito de Los tres amigos es que no es sólo un montaje publicista, es que estos tíos son cineastas increíbles, es que es difícil de explicar que tres personas del mismo sitio, de la misma generación y que se han criado juntos estén llevando la llama del cine y marcando la evolución del cine. Es que han conseguido cuatro Oscar a la Mejor dirección en cuatro años y dos de Mejor película.
Usted siempre ha dado vida a personajes grandes, condicionados por su físico, ¿le ha condicionado eso como actor?
Espero que no haya sido así… bueno soy un poco gordete, un tío grande… siempre he sido atlético, así que sí, puede que haya un poco en eso, pero lo importante es que una vez que haces una cosa la gente pide que hagas eso repetidas veces. Afortunadamente no me veo obligado a hacer sólo eso.
Usted ha participado en series emblemáticas como Sons of Anarchy, ¿qué opina de la polémica Netflix y Cannes y qué es cine y qué no es cine?
Estamos al inicio de una discusión, de una búsqueda, la gente busca cómo avanzar en este mundo nuevo. Y Cannes lucha por los valores tradicionales mientras que Netflix está entregando el entretenimiento de forma distinta y no podemos luchar contra eso. Netflix es muy popular, está generando dinero y está atrayendo a los mejores actores, directores y escritores de todo el mundo. Están haciendo películas con ellos. Está conversación que está llegando a su cúspide ahora ya no se tendrá en 2019, pero ahora es importante que se haya tenido, porque la gente se resiste al cambio, pero el cambo es importante. Dentro de un año habrá otra cosa que será un revulsivo y ante la que alguien también dirá: ¿eso es cine o no es cine?