El Senado federal se paralizó la semana pasada, y la culpa fue de Cuba
POR ALEX DAUGHERTY
WASHINGTON - Después de meses en el limbo, el candidato del presidente Donald Trump para dirigir la NASA finalmente parecía tener suficiente apoyo para la confirmación, y se programó una votación. El senador Marco Rubio, quien se oponía a la nominación del representante Jim Bridenstine porque quería que una persona ajena a la política dirigiera el programa espacial del país, cambió de postura y dio a los republicanos suficientes votos para pronunciarse sobre Bridenstine.
Pero Jeff Flake tenía otras ideas.
El republicano por Arizona aprovechó la ventaja republicana de un voto sobre la minoría e inicialmente votó contra Bridenstine. El vicepresidente Mike Pence estaba en la Florida y no podía llegar al Congreso para romper el empate 49 a 49. Así las cosas, los líderes republicanos se vieron obligados a negociar con Flake en el pleno del Senado para conseguir que cambiara su voto.
¿Cuál fue la razón de la táctica de Flake? El crítico de las reestricciones de comercio y viajes a Cuba quería hablar con Mike Pompeo, nominado de Trump a secretario de Estado, sobre las restricciones de viaje a la isla, dijo John Crnyn, republicano por Texas y jefe de la bancada mayoritaria.
"Quiero hablar con Pompeo sobre varios asuntos, esto es todo lo que voy a decir", dijo Flake con una sonrisa cuando se le preguntó si quería hablar con el nominado a secretario de Estado sobre las restricciones de viaje a Cuba a cambio de votar a favor de Bridenstine.
Flake, crítico frecuente de Trump, no tiene mucho incentivo para escuhcar a líderes del partido que pudieran ayudarlo en la reelección, porque se retirará después de las elecciones legislativas del 2018.
Eso significa que puede seguir presionando a los líderes del Senado sobre asuntos como Cuba, en que las líneas divisorias no corresponden exactamente con diferencias partidistas.
"Mi meta siempre ha sido la misma, relaciones más cercanas, más viajes, más comercio, porque pienso que eso coloca a Cuba más cerca de la democracia, de manera que voy a usar cualquier palanca para lograrlo", dijo Flake. "Voy a tratar de mantener los avances y las políticas que hemos conseguido, particulamente porque los emprendedores cubanos han logrado cierta independencia del gobierno y no queremos que eso se pierda".
Pero Rubio y el representante federal miamanse Mario Díaz-Balart lograron persuadir el año pasado a Trump que implementara nuevas rewstricciones a las empresas estadounidenses en sus negocios con los militares cubanos, que contolan la mayor parte de la economía cubana, y regulaciones más estrictas para los estadounidenses que no son de origen cubano que quieran viajar a la isla.
Flake dijo que "es dudoso" que Trump haga cambios significativos en la política hacia Cuba en su favor, y que las conversaciones con funcionarios de alto nivel como Pompeo sobre Cuba son sobre mantener partes de los cambios implementados por Obama que no fueron eliminados completamente por Trump..
"Estoy tratando de conservar parte del avance logrado en términos de que los cubanos tengan más libertad para tener sus negocios y triunfar porque los estadounidenses están viajando a la isla, y tenemos que mantener eso", dijo Flake.
James Williams, presidente de Engage Cuba, un grupo de política pública que cabildea a favor de relaciones más estrechas con Cuba, dijo que las tácticas empleadas por Flake son similares a maniobras legislativas usadas durante años por legisladores partidarios del embargo, como Rubio y el senador demócrata Bob Menéndez. Williams señaló que Rubio y Menéndez, a pesar de estar en la minoría, obstaculizaron al nominado de Obama para embajador en México en el 2015 debido al apoyo del presidente a la normalización de relaciones con Cuba.
"Lo que se ve es una táctica tradicional de la gente de línea dura aplicada por legisladores partidarios del acercamiento", dijo Williams. "Eso dice mucho del momento en que estamos y también de las divisiones y de lo importante que es cada voto".
Williams dijo que Pompeo, quien probablemente sea confirmado como secretario de Estado después que varios demócratas dijeron que votarían por él, probablemente asuma un mayor control que su predecesor, Rex Tillerson, sobre las políticas hacia América Latina, aunque no está claro si Pompeo cambiará mucho la postura hacia Cuba a corto plazo.
"Lo que observamos con el secretario Tillerson fue que se entregó la política hacia América Latina al senador Rubio", dijo Williams. "[Tillerson] decidió que iba a entregar esto a alguien más y Rubio aprovechó la oportunidad, y por eso hay que darle crédito".
Las elecciones legislativas del 2018, que ya se acercan, combinado con el nombramiento del nuevo gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, significa que el tema cubano pudiera estar en un limbo relativo en el Congreso durante los próximos seis meses.
"Es un poco una nueva era, porque hay un nuevo gobierno, así que ya veremos", dijo Flake, quien agregó que seguirá trabajando por aumentar la cooperación económica con Cuba después que se retire como legislador.
Pero Williams espera que legisladores de ambos partidos que desean un mayor comercio y lazos con Cuba tengan más poder en el Congreso después de las elecciones legislativas de noviembre. La representante federal miamense Ileana Ros-Lehtinen, la cubanoamericana que más más tiempo lleva en el Congreso, está por retirarse y el liderazgo de la Cámara está listo para el cambio, sin importar qué pertido tome el control de la cámara baja, después que el presidente de ese foro, Paul Ryan, anunció su retiro.
"Con franqueza, nuestro mayor reto es que tenemos la mayoría en ambas cámaras pero el liderazgo no nos permite votar", dijo Williams. "Si tuviéramos un liderazgo que nos diera la oportunidad, esto se aprobaría. Es difícil imaginar la razón por la que se aplicaría a Cuba un rasero diferente que a Corea del Norte o Arabia Saudita".