Ernesto Carralero Burgos | Diario de Cuba Como cada año, las consignas llamando a la marcha del Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución han inundado la televisión estatal cubana. Otra vez, el Gobierno ha hecho hincapié en la "unidad", concepto que martillea sin piedad en cada spot publicitario.
"Volvió esa 'moda' desde que tenemos presidente nuevo", señala Maydolis, empleada de una cafetería estatal. "La cosa es demostrarle al mundo lo unidos que estamos todavía, para que a nadie se le vaya a ocurrir que algo ha cambiado".
Bajo el lema "Unidos somos mejores", la propaganda protagonizada por los finalistas del programa Bailando en Cuba ha sido la que más ha llamado la atención de los televidentes.
"Ya le están cobrando a los muchachitos su premio", comenta Ana, estudiante de Medicina. "Y lo repiten tantas veces que parece que tienen miedo de que la gente no vaya al desfile".
La marcha del Primero de Mayo en Cuba no es "una fiesta de los trabajadores", sino una obligación para muchos de ellos desde hace décadas.
En un país sin derecho a huelga, manifestación y con un solo sindicato legal, que responde a los intereses del Gobierno, el mayor empleador del país, la idea no es celebrar los logros de la clase obrera, sino reafirmar el sistema político.
A pesar de que los salarios de la mayoría no pasan de los 30 dólares mensuales y de las miles de incomodidades laborales, los cubanos siguen prestándose para hacer multitud este día.
Ana y otros estudiantes de Medicina comentaron a DIARIO DE CUBA que faltar a la marcha podría afectar su evaluación de "integralidad". Esta es una especie de resumen que, además de tener en cuenta los resultados académicos, incluye aspectos como "combatividad ante lo mal hecho" y participación en "actividades político-culturales".
"La primera vez me agarraron de boba", confiesa Ana. "Pero con la cantidad de brutos que están entrando a la Facultad desde que solo necesitas tener 60 puntos de promedio, los profesores hacen la vista gorda con tal de que estudies. Así que, si acaso, veré la marcha por televisión".
"Yo quiero poder viajar cuando termine la carrera y esto al final te lo sacan. Mi mamá es médico también y cada vez que llega una misión lo que se forma es la matanza. Que si tú no participaste en.... Que si no fuiste cuando.... Prefiero meterme una caminata ahora y poder comprarme un carro en el futuro", afirma sin embargo otro estudiante.
Los alumnos de preuniversitario también fueron convocados a asistir bajo amenaza de perder el "aval universitario". Este documento se otorga después de una reunión entre estudiantes y profesores que deciden si, a pesar de sus notas, el alumno se ha "ganado el derecho" a pedir una carrera universitaria.
"Mi profesora de Historia de Cuba me tiene el 'dedo puesto'. Si no voy, seguro trata de hacerme pasar un mal rato con el aval y no estoy para eso", explica Miriam, estudiante de onceno grado. "No voy por ser revolucionaria ni nada de eso. De todas maneras aquí ya no se marcha tanto como en los tiempos de mi abuelo, así que puedo sacrificarme un día. Sé que es bastante cínico, pero este país funciona así".
Guillermo, estudiante de 12 grado, dice que "Nananina, el papi en su casa tranquilito, que ya me dio un desmayo la marcha pasada. Y si se hacen los graciosos con mi carrera, mi mamá va a 'arrastrar' a la directora".
Los trabajadores estatales también marchan por motivos parecidos. Maydolis va a asistir para que no le quiten la estimulación en divisas. Alfredo, trabajador de Educación, para que no le descuenten el día laboral.
Entretanto, Damián, cuentapropista, dice que piensa ir por curiosidad.
"Hace un año salió un tipo con una bandera estadounidense al principio del desfile. A lo mejor la gente se embulla y le tira los carteles por la cabeza a todos esos ladrones, uno nunca sabe".
Tradicionalmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias cuentan con un bloque en el desfile. Los jóvenes que cumplen su Servicio Militar son los más "deseosos" de asistir.
"Mi hermano, esto es la vida misma", se alegra Emanuel, joven recluta. "Sales para la calle, ves gente. Un montón de jevitas. Se forma tomadera y cosa gorda. Además, siempre puedes fugarte y te pasas el día en la casa. Al otro día dices que te dio un desmayo y te llevaron en una ambulancia".
La presencia del nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, en el desfile, no parece crear ninguna expectativa.
"Van a estar los mismos de siempre. A lo mejor cambian de posiciones en la tribuna, pero eso a nadie le importa", asegura Maydolis.
"Desde donde yo voy a pasar, ni lo veo. Va a estar tan lejos que capaz que lo confunda con Raúl (Castro), que seguro va a estar al ladito", bromea Ana.
Mientras, Damián imagina: "El tipo estará saludando a las cámaras, mirando para abajo y pensando 'mira como les metemos el pie y siguen marchando como corderitos'".