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General: Personas mayores heterosexuales, los gays y la soledad
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: administrador2  (Mensaje original) Enviado: 09/07/2018 20:15
El fantasma de la soledad y el temor a la vejez en hombres gay
Cristina Noriega, profesora del departamento de Psicología en la Universidad CEU San Pablo, explica en este artículo que «la integración y participación social previene el aislamiento de la tercera edad».

 ¿UN PROBLEMA INVISIBLE?
Personas mayores gays, heterosexuales y la soledad
La soledad es un problema social actual que afecta a un porcentaje elevado de personas mayores e influye de manera significativa y negativa en su bienestar psicológico. Es importante valorar que la calidad de vida de una persona no solo está determinada por la salud física, sino también por la emocional. Sin embargo, los aspectos emocionales siguen sin tenerse lo suficientemente en cuenta, especialmente en el ámbito de las personas mayores.
 
El ser humano, como ser social, necesita vincular afectivamente y comunicarse con otras personas para asegurar su supervivencia. Es cierto que muchas personas pueden experimentar satisfacción ante periodos de soledad que pueden utilizar para estar en contacto consigo mismos. Sin embargo, el término soledad se suele emplear cuando el sujeto experimenta malestar ante la ausencia o limitación no deseada de relaciones afectivas.
 
En estos casos, la soledad suele dar lugar a sentimientos de hostilidad, resentimiento, tristeza y ansiedad, lo que a su vez reactiva mecanismos neurobiológicos que pueden dañar la cognición, la emoción, el comportamiento y la salud de la persona mayor, llegando a incrementar las probabilidades de mortalidad y dependencia.
 
En contraste, el fomento de la integración y participación social previene el aislamiento de la persona mayor, al incrementar las redes de apoyo social, contribuir al reconocimiento social y ayudar al mayor a sentirse e identificarse como parte activa de la sociedad. Este proceso se ve dificultado si se siguen manteniendo los estereotipos negativos existentes hoy en día: los mayores son improductivos, aburridos, enfermos, solitarios y tristes.
 
Romper con estos estereotipos y barreras sociales no es tarea fácil. Deberíamos reflexionar si este giro en la sociedad donde la vejez, en épocas anteriores reconocida como fuente de sabiduría, ha pasado a ser considerada como una carga que debe ser apartada. Esto plantea la necesidad de considerar la soledad como un problema de salud pública que debe abordarse desde la prevención, educando en valores humanistas que reconozcan la dignidad de la persona, independientemente de su edad, y se fomente la participación en la convivencia intergeneracional y colaboración con los demás.
 
EL FANTASNA DE LA SOLEDAD Y EL TEMOR A LA VEJES DE LOS HOMBRES GAY
Una de las imágenes prototípicas más vigentes del hombre gay actual es la de un joven atlético, atractivo y exitoso. Sin embargo, este referente no da cuenta del proceso de envejecimiento natural que hace parte del ciclo vital humano ni reconoce las vivencias y necesidades de los hombres gays mayores.
 
En una sociedad muy centrada aún en la familia nuclear heterosexual, muchos temen quedarse solos durante el proceso de envejecimiento, sobre todo si no cuentan con una relación de pareja estable. Otros temen ser rechazados por sus amigos o por potenciales parejas debido a la edad. ¿Cómo enfrentar estos temores y cuestionamientos?
 
Para muchos hombres gays, llegar a los cuarenta años implica grandes cambios: dejar atrás la rumba constante, evaluar el proyecto de vida personal y empezar a pensar en el proceso natural de envejecimiento. Mientras en el Facebook de los amigos o familiares heterosexuales aparecen interminables fotos sobre matrimonios, hijos, nietos y asados en familia, muchos se cuestionan sobre lo que vendrá para ellos en la medida que se hacen mayores y temen a la soledad en esta etapa de la vida.
 
Precisamente para evitar la soledad, muchos emprenden una búsqueda intensa para encontrar una pareja y están dispuestos incluso a mantenerse en relaciones que no resultan satisfactorias o en las que sienten que están “comprando afecto”.
 
Sin embargo, estas situaciones pueden traer otros conflictos y no resuelven este dilema que abarca no sólo el ámbito de la pareja, sino también las preguntas existenciales sobre el sentido de la vida, las necesidades de un tejido social que acompañe esta transición y nuevos referentes que presenten una vejez diversa y satisfactoria.
 
Los adultos mayores gays no sólo son invisibles para la sociedad más amplia, sino que también suelen ser discriminados por su edad al interior de la comunidad LGBT en los círculos de amistades o por potenciales parejas, debido a que se valora la juventud y la belleza física por encima de todo.
 
Según investigaciones científicas, los hombres gays perciben el envejecimiento desde una edad más temprana y de forma más negativa que las personas heterosexuales o que las mujeres lesbianas.
 
Algunos señalan sarcásticamente que “la vida útil de un gay es muy corta”, tal como la que tendría un deportista profesional. Pero aquello que se dice en broma tiene un sabor amargo para quienes sienten que por su edad ya no tienen un lugar legítimo para habitar el mundo ni las posibilidades de interactuar con otros desde el reconocimiento de las experiencias vividas a lo largo de sus vidas.
 
Todavía cuesta comprender que la orientación sexual no entiende de edades y las personas LGBT que nacieron en las décadas de los 50, 60 y 70, del siglo pasado, son los viejos invisibles de ahora. Posiblemente, el rechazo, la represión, discriminación, homofobia -por ser como son- fueron las razones para que nunca salieran del clóset.
 
En relación al siglo pasado, hoy se enfrentan a otros retos. El matrimonio gay es una realidad reciente y muchos de los adultos mayores LGBT no tienen hijos o parejas legalmente reconocidas. Esto supone una vida en soledad.
 
Tampoco la vida sexual es la misma que hace unos años. A una mejor salud general se junta una percepción de la sexualidad en términos más sanos y abiertos. Pero estos elementos, que son positivos, conllevan nuevos riesgos.
 
POBLACIÓN LGTB – Y LA TERCERA EDAD
Según diversos estudios los gays mayores tienen dos veces más posibilidades de vivir solos que las personas heterosexuales. Si bien eso no es necesariamente negativo, la posibilidad de disponer de un cuidador cercano en caso de caer enfermos es diez veces menor.
 
El problema se acrecienta en todo el mundo cuando la persona ha tenido dificultades para conformar a lo largo de su vida una buena red de relaciones sociales. Muchos afrontan además la discriminación en los servicios médicos y sociales, e incluso tienen peor acceso a la asistencia sanitaria: la proporción de gays mayores que carecen de seguro sanitario es significativamente mayor que la de sus conciudadanos heterosexuales de la misma edad.
 
Los mayores homosexuales tienen problemas extras a los heterosexuales de su misma edad. Muchos potenciales beneficiarios de pensiones, no consiguen, sin embargo, ninguna ayuda financiera del gobierno, a diferencia de los viudos/as de parejas del sexo opuesto. En la mayoría de los países, las administraciones de Seguridad Social no reconocen a las parejas del mismo sexo, y no otorgan ningún tipo de beneficio a sus “viudos/as”.
 
Para colmo, muchas de estas personas deben también entablar una amarga lucha con los familiares del difunto/a, que no reconocen la relación de la pareja e intentan que los gays, por ejemplo, les dejen las casas de sus ex parejas, ya que legalmente puede corresponder a la familia del fallecido. Los gays al no tener hijos, al faltar sus padres por cuestión simplemente del paso del tiempo y por las relaciones con su familia, no siempre fluidas, o simplemente por deseo de mantener su independencia, sólo pueden contar, en el mejor de los casos, con sus amigos para afrontar el envejecimiento. Y como si esto fuera poco, deben lidiar con toda una sociedad atestada de prejuicios, que en la mayor parte de los casos, no duda en ponerse en su contra.
 
Sólo un puñado de países del mundo ha planteado soluciones a esta problemática hasta el momento. Ellos son: Australia, Estados Unidos, Alemania, India, Argentina y recientemente España. En ellos se han construido diversos geriátricos, conjuntos residenciales, centros de día y/o clubes de ancianos LGTB.
 
La creación de este tipo de albergues es una manera de evitar la marginación a la que son sometidos los ancianos gays en los centros tradicionales, con lesbianas que son forzadas a vivir en habitaciones distintas, acoso y maltrato por parte de los compañeros de residencia, cuidadores que se niegan a tratar a homosexuales e incluso transexuales que deben volver a vestirse de hombres antes de ingresar al lugar.
 
Estos mayores sufren un doble estigma: Junto al habitual rechazo hacia la vejez que fomenta la sociedad, ellos sufren además el estigma de su orientación sexual; muchos se niegan a ingresar en una residencia porque se verían obligados a ‘regresar al clóset’.
 
Estados Unidos es históricamente el principal impulsor de estos retiros para jubilados homosexuales. En 2002, en el estado de Florida, se inauguró Palms of Manasota, el primer resort del mundo creado exclusivamente para ancianos gays y lesbianas con mucho dinero, que ofrece una vivienda en la orilla de un lago y asistencia médica por 150.000 dolares. 
 
Los adultos gays y lesbianas jubilados pueden sentir cierto aislamiento. Por eso, en Estados Unidos, concretamente en Nueva York y San Francisco, se están creando algunas iniciativas para combatir este problema, como discotecas y bares especiales para adultos gays.
 
En Estados Unidos, ya han comenzado a montarse muchas redes informales de retirados. En Fort Lauderdale, Florida, donde hay una gran clase media homosexual adulta, se ha montado “Sage”, un club con cerca de 200 miembros, lo que lo transforma en uno de los centros más grandes del mundo.

 
                                    
                SAGE CENTER EN NUEVA YORK 1978
El envejecimiento para el colectivo LGTB ES MEJOR CON SAGE EN NUEVA YORK
Somos una organización nacional de apoyo y los servicios que ha estado mirando hacia fuera para ancianos LGBT desde 1978. Construimos comunidades acogedoras y mantener nuestros temas en la conversación nacional para garantizar un futuro satisfactorio para todas las personas LGBT.
 
Desde hace 40 años, SAGE ha trabajado sin descanso en favor de las personas mayores LGBT. Construido a partir del momento del levantamiento de Stonewall y el movimiento LGBT emergente derechos civiles, un grupo de activistas se reunieron para asegurar que las personas mayores LGBT podrían envejecer con respeto y dignidad. SAGE formó una red de apoyo a los ancianos LGBT que está todavía en marcha y crecimiento hoy en día. SAGE es algo más que una organización. Es un movimiento de amor, cuidar, activistas dedicados a proporcionar defensa, servicios y apoyo a los miembros mayores de la comunidad LGBT. Hemos luchado por los ancianos LGBT y todavía sigue la lucha por nuestros derechos. Núnca dejaremos de luchar por ellos. Exigiendo dignidad y respeto
 
En marzo del 2012 funciona El Sage Center, situado en el corazón de Manhattan, forma parte de un programa de ocho emprendimientos especiales lanzados por la alcaldía de Nueva York para mejorar la vida de los ancianos en la ciudad.
 
Lo consideramos el primer centro a tiempo completo de Estados Unidos para lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGTB) ancianos", indicó en el 2012 Christopher Miller, vocero del Departamento para la Tercera Edad de la Ciudad de Nueva York.
 
El centro ofrece programas vinculados con "el arte y la cultura, la alimentación y nutrición, salud y bienestar", según Sage (Servicios y Apoyo para LGBT), a cargo del emprendimiento por un acuerdo con la alcaldía y que se presenta como la organización más grande y antigua de Estados Unidos dedicada a los ancianos homosexuales. Entre los servicios que ofrece el lugar, los ancianos cuentan con un comedor que estará abierto para cenar y también durante los fines de semana, una diferencia con respecto a los centros tradicionales de este tipo.
 
El objetivo es que los ancianos homosexuales "puedan envejecer en buena salud, con seguridad financiera y amplio apoyo de la comunidad", dice Sage, fundado en 1978 y con 21 filiales en todo Estados Unidos.
 
"Los ancianos LGTB que viven solos duplican a sus pares heterosexuales y los que no tiene hijos los cuadriplican por lo que debemos asumir que el cuidado formal para  ancianos no existe para la comunidad LGTB", señaló Sage en un comunicado de prensa.
 
Según esta organización, los ancianos de la comunidad homosexual a menudo evitan buscar estos servicios necesarios por temor a la discriminación y tienen una tendencia a aislarse, en particular cuando se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, lo que tiene un enorme impacto en su salud y bienestar.
 
El Sage Center "no es un hogar de ancianos o geriátrico", precisó de todos modos el portavoz del Departamento para la Tercera Edad. Este primer centro trabaja para las cinco circunscripciones de Nueva York (Manhattan, Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island. Nueva York alberga la población urbana más grande de personas de Estados Unidos que se identifican como lesbianas, gay o bisexuales, según la alcaldía.
 
En total, la ciudad cuenta actualmente con 1,3 millones de ancianos (sobre una población de 8,17 millones de personas). Se espera un crecimiento del 46 por ciento en este segmento de edad en los próximos 25 años.
 
Además del centro para homosexuales, la iniciativa de la alcaldía de Nueva York incluye un innovador lugar, presentado también como el primero de Estados Unidos, para brindar servicios a los ancianos ciegos o con problemas de vista denominado ‘Visions’.
 
En la actualidad (2018) existen cinco centros  SAGE, en el Estado de Nueva York:
 
EDIE WINDSOR SAGE CENTER (MIDTOWN) - 305 7th Avenue, 15th Floor
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SAGE CENTER BRONX,  Unión Comunidad  Centro de Salud  - 260 Este de la calle 188 - Se habla español.
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SAGE CENTRO DE HARLEM - 220 West de la calle 143
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SAGE-GRIOT Brooklyn, GRIOT Círculo  - 25 Flatbush Avenue, 5th Floor
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CENTRO SAGE-PRIDE Staten Island, 25 Victory Boulevard, 3er piso
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En todos los centros hay comidas gratis o de bajo costo, en el Bronx se habla español.
Eventos culturales y sociales diarios.
Grupos de apoyo de salud, financieros, y de servicios sociales
Asistencia para los veteranos militares a través de SAGEVets
SAGEPositive programa para los ancianos que viven con el VIH / SIDA
Computadora y acceso a Internet en CyberCenters
    
                     
¿Qué piensas de los dilemas que enfrentan los hombres gays mayores?, ¿estos cuestionamientos también los enfrentan otras personas LGBT?, ¿qué alternativas crees que existen para asumir el envejecimiento como un proceso natural de la vida?
Te invitamos a dejar tus opiniones, ideas, experiencias y aportes sobre este tema.
      
 
                                                                                                                                                                                                      JOSÉ COLLAZO, DIRECTOR SAGE EN EL BRONX      
¡Lo mejor de todo en Sage del Bronx,  es que en este centro se habla español!

Fuente: ABC  & LIBERARTE & SAGE
TODAS LAS FOTOS TOMADAS DE LA WEB  SAGE     




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