Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: REINAR, LA LEY FUNDAMENTAL DEL CASTRISMO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanolibre  (Mensaje original) Enviado: 10/08/2018 15:26
COSAS Y CASOS DE CUBA
Los promotores de la nueva carta magna castrista no pretenden institucionalizar los derechos sino continuar fundamentando constitucionalmente sus inmunidades, mientras adecuan lenguaje y forma a la actualidad. No hay trascendencia en el retiro de algunas consignas y calificativos, ni aun de una eventual supresión del atroz capítulo V de la Constitución de 1976, mientras que sean las mismas personas las que usurpan el poder.

Reinar, ley fundamental del castrismo
                     PEDRO CORZO
Bajo las dictaduras, en particular las ideológicas identificadas con el totalitarismo, las leyes, específicamente las Constituciones, son solo reflejo de las propuestas e intereses de quienes gobiernan, difiriendo mucho de los proyectos constitucionales que razonan que la libertad y el respeto a la dignidad humana son los objetivos fundamentales.
 
Las leyes cubanas son irrefutablemente autoritarias y extremistas, pero la dificultad mayor radica en quienes la aplican, como lo ha demostrado la historia en estos casi sesenta años. Lo que prima en la isla son las necesidades de quienes detentan el poder, no lo establecido en una constitución que por sí misma viola los derechos ciudadanos.
 
Los promotores de la nueva carta magna castrista no pretenden institucionalizar los derechos sino continuar fundamentando constitucionalmente sus inmunidades, mientras adecuan lenguaje y forma a la actualidad. No hay trascendencia en el retiro de algunas consignas y calificativos, ni aun de una eventual supresión del atroz capítulo V de la Constitución de 1976, mientras que sean las mismas personas las que usurpan el poder.
 
A pesar que la nomenclatura que tiene el monopolio de la fuerza es la verdadera constitución porque es Ley y Orden a la vez, en la ecuación del anteproyecto no hay ni una microscópica alusión a la libertad de prensa, el pluralismo político y al derecho inalienable del ciudadano a elegir libremente a sus gobernantes.
 
Para los déspotas cubanos las constituciones y sus legislaciones complementarias solo sirven para prestar apariencia de institucionalidad al gobierno. Las leyes solo se aplican para beneficio de la autoridad, condición que no niega la necesidad de educar cada vez más a los individuos en cuáles son sus derechos y cómo defenderlos, a la vez que sean instruidos en el aprovechamiento de aquellas coyunturas legales que puedan favorecerles.
 
Las evidencias demuestran sobradamente que sería contrario a la naturaleza del régimen que factores ajenos al poder en la isla puedan aportar ideas o influenciar mínimamente en la toma de decisiones, no obstante en lo que atañe al producto final es imperioso estar al tanto del desarrollo y la conclusión del mismo.
 
El principal promotor de esta carta magna es Raúl Castro, uno de los auspiciadores de la de 1976. Él junto a sus secuaces estuvo involucrado en la elaboración de los postulados y en el montaje cerrado y opresivo en los que se desarrollaron las asambleas que conocieron aquellas propuestas, en honor a la verdad, los que postulan esta farsa solo intentan disponer de un desodorante más fuerte que amortigüe los nefastos efluvios y múltiples fracasos que la corrupta dictadura ha ocasionado por sesenta años.
 
No se pueden esperar cambios sustanciales de quienes instrumentan un proyecto constitucional que solo busca legitimidad ante la comunidad internacional. El objetivo es “cambiar para que todo siga igual”. Establecer nuevas normas sobre las cuales ejercer la misma absoluta dominación de las últimas décadas es lo importante, además de seguir ejecutando la autoridad y la fuerza que de ella se derivan.
 
Es cierto que para muchos es atractivo que en el anteproyecto constitucional se elimine el concepto de comunismo, que se reconozca algo de propiedad privada y que hasta se limite la edad del futuro mandatario, a su vez que el poder ejecutivo adquiere otras características, pero todo esto es irrelevante si la carreta continúa conducida por los mismo bueyes, como diría uno de los muchos campesinos cubanos que combatieron con las armas en las manos a la dictadura.
 
Sin duda alguna cuando en Cuba se restaure la democracia, es imperativo ir a una constituyente que responda a los valores democráticos, pero mientras las formas castristas sean las hegemónicas, los cubanos libres y sus aliados deberían enfocar sus recursos en la destrucción del actual orden.
 
Para la autocracia castrista, las constituciones y sus legislaciones complementarias solo sirven para dar una apariencia de institucionalidad al gobierno, por eso uno de sus promotores, miembro del Consejo de Estado, dijo erradamente que el nuevo documento tendría artículos pétreos obviando que son los moncadistas, los herederos de Fidel y Raúl Castro, los que están todavía en plena Edad de Piedra.
 
ACERCA DEL AUTOR:
Pedro Corzo: Periodista, Conferencista y escritor, nació en Santa Clara, 1943. Trabaja en Radio Martí desde 1998 y es columnista de El Nuevo Herald..  Conferencista y escritor. Residió en Venezuela durante doce años y colaboró allí en varios medios de información. Ha producido varios documentales históricos entre ellos Zapata, Boitel y Los Sin Derechos.   Entre sus libros se cuentan Cuba, Cronología, Perfiles del Poder, La Porfía de la Razón, Guevara Anatomía de un Mito, Cuba, Desplazados y Pueblos Cautivos y El Espionaje Cubano en Estados Unidos. Ha producido varios documentales históricos entre ellos Zapata, Boitel y Los Sin Derechos.
 
Fuente:  Marti Noticias
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados