Desde su tío, Jorge de Kent, a su sobrino, el vizconde de Linley, muchos son los gays y bisexuales presentes en la vida de la reina Isabel II. Lord Mountbatten pondrá la guinda este mes casándose con su novio.
Lord Ivar Mountbatten (derecha) y su futuro marido, James Coyle
Breve historia de la homosexualidad en la corte de Isabel II
El 22 de septiembre, lord Ivar Mountbatten, primo tercero de Isabel II y sobrino nieto del último virrey de la India, se casará en su quinta georgiana de Devon con James Coyle, un director de servicios aéreos al que conoció hace dos años mientras esquiaba en Verbier, Suiza. Su exmujer, Penny, será la madrina de una boda que promete hacer historia por ser la primera gay celebrada en la familia real británica.
Es una revolución que, no obstante, suponemos que en el palacio de Buckingham solo ha tenido la fuerza de conseguir que la reina levantara las cejas. Una por el lejano parentesco que la une con el novio (suele decirse que es su primo sin matizar que es solo uno de los más de doscientos primos terceros que debe de tener Isabel II) y otra porque se suponga que ha roto un tabú. La boda de Mountbatten, si acaso, es un paso más en el largo camino de baldosas amarillas que conduce al reino mágico del primer rey con rey consorte... y que empezó a pavimentar el emperador Adriano con la lápida de Antínoo hace casi dos mil años.
No hace falta escalar muy alto en el árbol genealógico de Isabel II para encontrar las plumas de un amor homosexual. En solo dos saltos, llegamos por ejemplo a Jorge de Kent, uno de los tíos paternos de la reina y padre del actual duque de Kent. Se casó en 1934 con la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, pero para entonces ya duraba 11 años su romance con el famoso dramaturgo y compositor Noël Coward. El duque, muy aficionado al teatro, la música y la decoración, pidió que se lo presentaran tras el estreno de London Calling!, el primer musical importante de Noël Coward. Gertrude Lawrence, actriz en esta obra, contaría luego que descubrió al príncipe en su camerino probándose una peluca de largos rizos rubios. Su relación, confirmada por el dramaturgo, duró 19 años.
Al tío de Isabel II se le relacionó además con el historiador y espía británico Anthony Blunt, con Jorge Ferrara (hijo del embajador de Argentina en Reino Unido), e incluso con el príncipe Luis Fernando de Prusia, primo lejano suyo. También tuvo amantes mujeres: la estrella de cabaret afroamericana Florence Mills, la rica heredera Poppy Baring, o la novelista romántica Barbara Cartland. Su boda con Marina de Grecia y Dinamarca, no obstante, parece ser que se arregló después de que un arquitecto parisino amante suyo empezara a chantajearle.
Jorge de Kent murió en un accidente de avión cuando Isabel II tenía solo 16 años. La futura reina de Inglaterra, sin embargo, siguió creciendo en un ambiente bastante tolerante. Su madre, Isabel Bowes-Lyon, disfrutaba particularmente de la compañía de gays como Cecil Beaton, el compositor Benjamin Britten o incluso el decadente Stephen Tennant. El propio Noël Coward era amigo suyo. Solía entretenerla tocando el piano en Clarence House. “Yo en su lugar no lo haría, los cuentan antes de traerlos”, se dice que le murmuró al dramaturgo cuando vio que, al subir juntos la escalera de palacio en una gala, Coward miraba lascivamente a los soldados allí apostados.
Otra anécdota cuenta cómo la reina madre telefoneó desde su habitación a sus lacayos con el siguiente mensaje: “Cuando las viejas reinas hayáis acabado lo que estéis haciendo allí abajo, ¿podríais subir a ponerle una copa a esta vieja reina?”. Cuando un político conservador le aconsejó no emplear a homosexuales en palacio, ella le contestó que entonces tendrían que pasarse al auto-servicio. William Tallon, su mayordomo y confidente, era gay y tuvo un lance amoroso con un chapero del Soho en su sillón favorito de Clarence House.
Lady Di recogería su testigo como perfecta mariliendre. Y no solo por su amistad con Elton John o George Michael: una noche, cuando tenía 27 años, la princesa se disfrazó de hombre para poder entrar en un bar gay con Freddie Mercury, el humorista Kenny Everett y la actriz Cleo Rocos. Antes, los cuatro habían estado emborrachándose y jugando a doblar a Las chicas de oro en casa de Kenny Everett (a Diana le tocó el personaje de Dorothy). La princesa Margarita, con la que la reina madre vivía en Clarence House, también frecuentó a amigos homosexuales después de casarse con lord Snowdon, supuestamente bisexual. Uno de los mejores amigos de éste, Jeremy Fry, iba a ser su padrino de bodas, pero tuvo que ser sustituido por el doctor Roger Gilliat al descubrirse que había sido arrestado tras ser sorprendido manteniendo sexo con otro hombre. La homosexualidad fue delictiva en el Reino Unido hasta el verano de 1967.
Isabel II también ha tenido buenos amigos gays. Uno de los más leales fue Patrick Plunket, séptimo barón de Plunket y secretario privado de la reina, aunque lo cierto es que nunca se le conoció una aventura amorosa y es posible que sencillamente fuera asexual. Otro trabajador de palacio homosexual al que la monarca llamó amigo fue Michael Trestrail, su guardaespaldas personal durante nueve años. Dejó de serlo después de que, en 1982, un hombre lograra colarse en el dormitorio de la reina. Se sentó al borde de su cama y empezó a hablarle de sus problemas familiares, además de declararle su amor. Un amante de Michael Trestrail aprovechó el incidente para chantajearle y el guardaespaldas se vio obligado a dimitir.
Otras veces los chantajes de esa clase han afectado a la familia real. El vizconde de Linley, hijo de la princesa Margarita, se vio por ejemplo involucrado en un escándalo parecido después de que dos hombres le pidieran 50.000 libras por no publicar un vídeo en el que se le veía manteniendo relaciones sexuales con uno de sus ayudantes, además de entregándole un sobre con cocaína.
También al famoso lord Louis Mountbatten, tío materno de Felipe de Edimburgo, un grupo de guardias reales le acusaron de estar envuelto en un affaire con varios de ellos. Otros amantes que en algunas biografías se le adjudican son el duque de Windsor, con el que habría tenido una aventura durante el tour que en 1920 hicieron juntos por el Imperio Británico, o Peter Murphy, su secretario personal.
Incluso del príncipe Carlos, de una sensibilidad artística similar a la de su tío abuelo Jorge de Kent, se publicó en un tabloide que había sido cazado besando a un “toy boy”. Era falso, pero en 2003 se habló también de la supuesta homosexualidad del príncipe de Gales cuando uno de sus valets denunció que había sido violado por otro de sus trabajadores y que un día que fue a servirle el desayuno descubrió a éste en la cama con él. Carlos de Inglaterra emitió un comunicado desmintiéndolo y declarando que su valet sufría problemas mentales.
¿Ha apoyado alguna vez la reina públicamente los derechos de los homosexuales? En un discurso pronunciado en el parlamento el año pasado, se refirió por primera vez al tema diciendo que su gobierno “abordaría el problema de la discriminación salarial por raza, creencias religiosas, género, discapacidad u orientación sexual”. En privado, se cuenta que se alegró mucho cuanto tuvo que rubricar la ley de matrimonios entre personas del mismo sexo, aunque según otras fuentes solo es partidaria de las uniones civiles. Por supuesto, ha nombrado caballeros y damas de la Orden del Imperio Británico a numerosos gays y lesbianas: a Ian McKellen, a Elton John, a Carol Ann Duffy, a Judith Anderson…
Es el príncipe Guillermo el que sin embargo lleva la delantera en este asunto: en 2016, unos meses antes de que lord Ivar Mountbatten decidiera salir del armario, el futuro príncipe de Gales protagonizó la portada de junio de la revista gay Attitude. “Nadie debería ser acosado por su sexualidad”, declaraba en la portada.
También su hermano, el príncipe Harry, ha demostrado su compromiso con la comunidad LGTB en muchas ocasiones. En 2008, por ejemplo, salvó de una agresión homófoba a James Wharton cuando ambos se entrenaban en el ejército. La reina escogería luego a Wharton como su escolta en la boda de los duques de Cambridge. Meghan Markle es otra gran defensora de los derechos de la comunidad LGTB y se espera que precisamente esta sea una de las principales luchas abanderadas por la flamante duquesa de Sussex.
Habría que mencionar también al príncipe Eduardo. Fue él quien apoyó a lord Ivar Mountbatten, gran amigo suyo y padrino de su hija, lady Louise, para que hiciera pública su relación con James Coyle.
En diciembre de 2017, el rector de la catedral anglicana de Glasgow pidió rezar para que el príncipe George resulte ser gay. Si su plegaria fuera atendida y el hijo de los duques de Cambridge fuese “bendecido por el Señor con el amor de un joven y apuesto caballero”, el futuro rey de Inglaterra todavía encontraría algunos obstáculos en lo que atañería a su heredero. Los derechos de sucesión al trono británico se heredan solamente por vía de sangre, por lo que los hijos que eventualmente el rey Jorge y su consorte adoptaran quedarían excluidos. La boda de lord Mountbatten, digámoslo así, es el trailer de una película todavía en fase de preproducción.
DIEGO PARRADO
JORGE DE KENT, TÍO PATERNO DE LA REINA ISABEL II
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