Los insultos y las críticas más crueles a la comunidad gay
No hay duda de que la comunidad gay ha pasado, y sigue pasando, por multitud de adversidades dentro de nuestra sociedad. Las agresiones homófobas siguen estando, lamentablemente, a la orden del día, y por eso hemos recalcado en multitud de ocasiones la importancia de visibilizar y apoyar al colectivo LGTB. No obstante, no todas las agresiones son físicas, ya que muchas veces las palabras, o la forma de utilizar el lenguaje en los medios de comunicación, puede resultar incluso más hiriente que un ataque físico. Por eso, queremos hacer un repaso por las críticas destructivas más habituales y repetidas hacia nuestra comunidad, porque el hecho de conocerlas nos puede servir para evitarlas en el futuro.
Vamos a empezar poniendo al descubierto la plumofobia latente que existe tanto dentro como fuera del colectivo. En ocasiones es difícil frenar este tipo de actitudes cuando son externas a nosotros, pero resulta dantesco ver como dentro del colectivo hay tanta gente que muestra su rechazo a la pluma como si les fuera algo totalmente ajeno. Está claro que el hecho de no tener pluma no te hace mejor, pero sí te hace peor el hecho de señalar y rechazar determinados comportamientos femeninos en chicos gays. Parece mentira que, en ocasiones, seamos nosotros mismos nuestros mayores enemigos.
Otra de las críticas que nos encontramos año tras año es la relacionada con el Orgullo Gay. Los que atacan indicando que más que una reivindicación es una fiesta, habría que pedirles que nos indicaran en qué estatuto o ley está escrito que una reivindicación por nuestros derechos no pueda ser, al mismo tiempo, una fiesta a la diversidad y la visibilidad del colectivo. De hecho, en el Orgullo de cualquier ciudad puedes encontrarte tantas realidades como personas existen, haciendo que todo el mundo pueda sentirse representado. Habitualmente, este tipo de comentarios negativos los encontramos en personas que nunca han participado de dicha fiesta, por lo que hablan sin conocimiento de causa.
Estamos acostumbrados a que todos los estereotipos y tópicos de la comunidad gay emborronen un poco la percepción que el mundo fuera del colectivo puede tener hacia nosotros. El hecho de reducir una persona a su estereotipo más básico es una práctica tan común como difícil de evitar, y en la que más de uno hemos caído en alguna ocasión. Sobra decir que cada persona es un mundo, y que regirnos por dichos estereotipos no hace más que reducir nuestra visión del mundo. Conceptos dañinos como la promiscuidad o la vanidad deberían desaparecer de la mente de muchos y centrarnos en valorar a cada persona por lo que es, y no por lo que se supone que debe ser.
Si hablamos de la transexualidad, nos encontramos con un sinfín de críticas desde el desconocimiento, que hacen que este colectivo sea siempre uno de los más atacados. El odio y desconocimiento sobre el mundo trans ha sido siempre algo latente, y aunque estemos ganando en visibilidad, aún queda mucho por hacer para conseguir la igualdad. Incluso hoy día sentimos este rechazo dentro del colectivo, por lo que deberíamos seguir trabajando en ello desde la igualdad y el respeto.
Quizá todo esto provenga siempre de una falta de conocimiento. Afortunadamente, las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, y cada vez están mucho más preparadas y abiertas en estos temas. Sin embargo, aún existen muchas trabas a la hora de educar a los más jóvenes en la diversidad sexual. Impedir a los niños conocer la realidad LGBT es cortarles las alas de la libertad. Por eso, la educación debería convertirse en el primer paso para evitar comportamientos de odio y rechazo en el futuro.
Los has escuchado más de una vez: insultos más crueles a la comunidad gay
La violencia contra las personas homosexuales y la homofobia no solamente se traducen en golpes, palizas y agresiones físicas, sino que a veces esas agresiones son verbales. Tú, yo y todos hemos recibido alguna vez un insulto o incluso una amenaza por el mero hecho de ser homosexuales.
Los insultos más crueles a la comunidad gay se reflejan en cantidad de sustantivos, adjetivos y expresiones que a veces son francamente desagradables e hirientes.
Es el clásico insulto homófobo que siempre se repite. Por suerte los homosexuales ya nos hemos apropiado de él para darle la vuelta y utilizarlo de manera afectiva y amistosa entre nosotros mismos, como cualquier otro apelativo que se usa de manera cariñosa. Además de "maricón" se usa "marica" o "mariquita". muchas veces seguido con un "de mierda". El origen de estas palabras y su derivados lo encontramos en el nombre de mujer María o su diminutivo Marica, e identifican al gay con una mujer. No hablemos ya de machismo, como si ser una mujer fuera un insulto.
Para referirse a la pluma de un gay e insultarle y ridiculizarle a veces se utilizan animales, como la mariquita o la mariposa. ¿Por qué mariposón? Se identifica al gay con un ser débil y frágil como este insecto.
Vayamos ahora con los insultos bíblicos. La sodomía es un eufemismo para referirse al sexo anal que se ha extendido a referirse a la homosexualidad. Viene del pecado de Sodoma, aunque en la Biblia se dice que el pecado de Sodoma no fue tener sexo anal y la lujuria, sino la inhospitalidad.
Bujarra o bugarrón, que es un insulto de origen italiano: "buggeron" significa algo así como "estafador" en este idioma.
Luego tenemos los insultos que aluden más directamente al carácter sexual del gay, como "invertido" o uno que se usa mucho especialmente en América latina, "puto", con el que se identifica al homosexual con una prostituta. Se usaba en castellano en la Edad Media, pero ya no. Luego junto a "invertido" tenemos otros como "degenerado" o "pervertido", dando por hecho que todos los gays tienen problemas mentales y presentan comportamientos que deberían ser penalizados.
Siguiendo con el aspecto sexual, en ocasiones se usan "muerdealmohadas" y "soplanucas", para referirse al gay pasivo y al gay activo. También están los clásicos insultos gays que se refieren a la práctica del sexo oral, como "chupavergas", "comepollas", "chupapitos", "lamehuevos" y demás derivados y similares. No nos olvidemos de "rompeculos"
También hay quien identifica a los gays con los "pederastas" o quienes nos llama "locas". El origen de "sarasa" no se conoce, pero en Argentina significa "un largo etcétera" y en España se usa para hablar de un gay afeminado.
No olvidemos el "sidoso", dando por hecho que el sida es solamente cosa de homosexuales y los heterosexuales no pueden tener VIH.
Los insultos crueles que recibes por ser gay... todavía nos queda mucho por aguantar, sobre todo en un mundo en el que los más jóvenes siguen usando la palabra "gay" como insulto entre ellos o diciendo que "eso es muy gay" para referirse a algo malo o al rechazar alguna cosa. Ni los famosos gays se libran de los insultos que reciben a través de las redes sociales a diario.
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