La sistemática violación de derechos fundamentales forma parte de los grandes «éxitos» logrados por el socialismo del siglo XXI en Venezuela. Cuanto más han cuestionado los propios venezolanos al chavismo, el régimen ha demostrado su disposición a emplear toda la fuerza necesaria para conseguir su objetivo fundamental que no es otro que preservarse en el poder. Desde hacer la vida imposible a los líderes de la oposición al asesinato de docenas de manifestantes en las protestas del año pasado, el Stalin en versión tropical que es Maduro ha demostrado con creces su falta de escrúpulos.
La muerte del concejal Fernando Albán mientras se encontraba detenido en el Helicoide, la siniestra sede caraqueña del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), habría sido un paso más en el descrédito de un régimen del que ya no se sabe muy bien si es más corrupto que sanguinario. La defenestración de disidentes es algo que los venezolanos asocian con las dictaduras militares que sufrieron múltiples países iberoamericanos en los años setenta. Un pasado muy obscuro cuya denuncia ha servido al régimen de Maduro para obtener bastante millaje populista.
Ante las dudas y las condenas generadas dentro y fuera de Venezuela, el fiscal jefe Tarek William Saab ha intentado cerrar lo ocurrido con ayuda de una versión oficial que tiene más agujeros que un queso suizo: Albán se suicidó saltando del décimo piso del SEBIN donde se le estaba interrogando por su supuesta implicación en el atentado con drones-bomba perpetrado el pasado agosto contra Maduro.
Los líderes de la oposición, con el respaldo de múltiples gobiernos extranjeros, no se creen tanta patraña y acusan al régimen de torturar y asesinar al político detenido en el aeropuerto de Maiquetía al retornar de un viaje a Estados Unidos. Es más que notorio el historial de ensañamiento contra alcaldes y concejales venezolanos que intentan mantener una mínima resistencia democrática. Desde hace tiempo, el régimen se rige por el espeluznante principio estalinista de «muéstrame el hombre y te encontraré el delito».
EE.UU. responsabiliza a Maduro por su «implicación» en la muerte del concejal detenido
La Casa Blanca ha condenado este miércoles «la implicación» del Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la muerte del opositor Fernando Albán, que perdió la vida el 8 de octubre cuando estaba bajo custodia de las autoridades del país.
«Estados Unidos condena la implicación del régimen de Maduro en la muerte del concejal opositor venezolano Fernando Albán», señaló la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado.
La portavoz recordó que las autoridades venezolanas detuvieron a Albán el pasado 5 de octubre, a su regreso de la Asamblea General de las Naciones Unidas, «donde habló al mundo sobre la importancia de devolver la democracia al pueblo de Venezuela».
Tres días más tarde, mientras estaba bajo la custodia del servicio de inteligencia de Venezuela, falleció.
La versión del Gobierno venezolano es que Albán se suicidó, pero el Parlamento de este país, de mayoría opositora, responsabilizó el martes al Ejecutivo de Maduro del «homicidio» del concejal y pidió a la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) investigar su muerte.
Después de este suceso, la Casa Blanca pidió hoy «la liberación inmediata de todos los presos políticos venezolanos» y exigió a Maduro que «tome medidas directas y creíbles para restablecer la democracia en Venezuela».
«La Administración Trump continuará incrementando la presión sobre el régimen de Maduro y sus integrantes hasta que se restablezca la democracia», indicó Sanders.
Una fuente de la Oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense declaró a Efe que el Ejecutivo de EE.UU. solicita una «investigación independiente» de los hechos.
El concejal opositor fue encarcelado en las dependencias del Servicio Bolivariano de Inteligencia por su supuesta responsabilidad en el atentado fallido contra Maduro del pasado 4 de agosto.
La Fiscalía venezolana informó ayer de que el edil supuestamente implicado en el ataque se suicidó lanzándose desde el décimo piso de un edificio policial cuando iba a ser trasladado a tribunales.
Albán era concejal en el municipio caraqueño de Libertador, sede de todos los poderes públicos y territorio considerado bastión del chavismo gobernante.
PEDRO RODRÍGEZ, OCTUBRE DE 2018