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De: CUBA ETERNA (Mensaje original) |
Enviado: 19/10/2018 16:59 |
CUBA Y EL RÉGIMEN CASTRISTA
Los cubanos, que no han comprendido muy bien lo sucedido debido a que el monopolio mediático del régimen solo transmite la parte de la información que le conviene, han visto lo ocurrido como algo "extraño" en el ambiente diplomático. La muy extensa y desfasada declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores les dejó más dudas que certezas.
Chusmería diplomática y presos políticos (Alen Lauzán)
¿Qué pasó en la ONU? 'Aquello parecía una pelea de perros'
Puro "chancleteo" del más bajo solar fue la actuación de los diplomáticos cubanos esta semana en Nueva York, encabezados por la embajadora ante ONU, Anayansi Rodríguez. A falta de argumentos para rebatir que el régimen mantiene 130 presos políticos en sus cárceles, la representación de La Habana intentó boicotear el debate.
Los cubanos, que no han comprendido muy bien lo sucedido debido a que el monopolio mediático del régimen solo transmite la parte de la información que le conviene, han visto lo ocurrido como algo "extraño" en el ambiente diplomático. La muy extensa y desfasada declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores les dejó más dudas que certezas.
"No entiendo nada, eso parecía una pelea de perros", comentó Pepe, un limpiabotas. "Dicen que los americanos estaban tratando de difamar a Cuba, pero si es mentira mejor sería dejar que vengan aquí y revisen esos casos. Si no lo permiten, es porque es verdad. Aquí todavía meten en prisión al que se mete en política, por eso todo el mundo está quieto en base", señaló.
"Dicen ahora que aquí nunca ha habido presos políticos y eso es una reverenda mentira. Yo conocí a varios presos políticos, pero ya se han ido para el norte".
Un profesor de la Universidad de Holguín, que prefirió el anonimato, dijo que siempre que se conecta a internet en su trabajo intenta leer noticias sobre Cuba de medios oficiales y alternativos.
"Veo que se está volviendo una cosa distintiva de los diplomáticos cubanos formar esos shows de baja calaña en eventos importantes cuando no logran imponer sus estrategias y ardides", apuntó.
En la Cumbre de las Américas de Perú "pasó lo mismo", recordó. "Al no poder rebatir las acusaciones, se sienten acorralados y acuden a la chusmería y al desorden. Dan vergüenza. Pero no puedo decir esto a mis alumnos ni en la calle porque pierdo mi trabajo y mi carrera. Hay que estar callado".
"Meten en prisión a los disidentes por delitos comunes para poder esconder la verdadera causa; eso es un hecho, no una calumnia ni una hipótesis. Gracias a internet, con las redes sociales y los medios digitales, ya no se puede esconder. Qué bueno que al menos Estados Unidos, con todos sus defectos, se preocupa por los problemas de Cuba, porque en el resto del mundo se dan la lengua con esta gente (el Gobierno)".
Raúl, un joven campesino y emprendedor, opinó que los diplomáticos "se aprovechan se esas reuniones para sobresalir y ganar puntos".
"Forman esa pelea y se hacen los más comunistas porque seguro con eso llaman la atención de los de arriba para subir. Esta gente no tiene remedio, tienen la cara dura, critican a Estados Unidos y no les da pena que todos los cubanos queremos irnos para allá", apuntó.
"Yo tengo un tío al que hicieron talco por meterse en eso de los derechos humanos. Estuvo preso poco tiempo en la cárcel, pero en la casa fue como un prisionero, no podía moverse sin permiso de los segurosos. Por suerte se pudo ir para Nueva York, como refugiado. No ha vuelto ni de visita, lo maltrataron mucho".
La prensa oficial presenta episodios de histeria como los protagonizados por los diplomáticos en la ONU como "actos patrióticos" o de "defensa de la verdad de Cuba". Aunque muchos cubanos ya no se dejan manipular, siempre hay quien se entusiasma con el tono solemne de los locutores de la televisión estatal.
"Los americanos siempre están tratando de difamar a Cuba. La Revolución tiene que defenderse del enemigo y esos disidentes se hacen pasar por presos políticos, pero lo que son es unos mercenarios, que le hacen el juego al imperio (Estados Unidos) por unos dólares", dijo José Antonio, extrabajador civil de las Fuerzas Armadas.
"Si les damos un chance destruyen esta Revolución que tanta sangre ha costado y no dejan que progrese con el bloqueo y la guerra sucia".
Quienes lo escuchaban se miraron entre sí, movieron la cabeza y escondieron la risa, pero no rebatieron su criterio.
Estados Unidos presentó en una sesión convocada por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas una campaña para denunciar la situación de los presos políticos en Cuba, condenados en procesos fabricados por la Seguridad del Estado y bajo supuestos delitos comunes.
Frecuentemente, los presos y sus familiares denuncian golpizas de carceleros y reos comunes incitados por la Seguridad del Estado, negación de la atención médica, las visitas familiares y el derecho a la libertad condicional, además de condiciones infrahumanas de encarcelamiento.
"En nuestro país no existen prisioneros políticos desde el propio triunfo de la Revolución en 1959", afirma la más reciente declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba (MINREX), en rechazo a la sesión impulsada por el Gobierno de EEUU en la ONU por la liberación de los presos políticos cubanos.
Resulta imposible que un país sea gobernado por una misma familia durante más de medio siglo (ahora con Miguel Díaz-Canel como presidente títere), que por casi medio siglo se permita solamente un partido político, y que no exista en todo este tiempo, y hoy mismo, ningún preso político.
Para soltar mentiras de este calibre desde un ministerio hay que contar con una prensa oficialista. Es decir, esclava.
El nerviosismo devenido en chusmería y violencia del que dio muestras la diplomacia del régimen en la ONU demuestra su incapacidad para el debate y la discusión. La declaración publicada después por el MINREX está repleta de acusaciones a la política externa e interna estadounidense. ¿Por qué, tal como hace esa declaración, la diplomacia del régimen no pudo dedicarse, en esta y otras ocasiones, a rebatir argumentos ajenos y defender los propios?
Por miedo, evidentemente. Por incapacidad. Porque no sabría sobreponerse a la argumentación de sus opositores.
Es por ese miedo y esa incapacidad que el régimen no puede prescindir de una prensa servil, de unos diplomáticos gritones, de los actos de repudio y de las prisiones políticas.
ANTONIO RODRÍGUEZ PAZ, HOLGUÍN - OCTUBRE DE 2018
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Con la Brigada de Respuesta Rápida de sus funcionarios, la embajadora cubana ante la ONU demostró los métodos represivos del gobierno de la Isla. Lo primero que tiene que saber un diplomático es educación formal, como comportarse, sentarse, vestirse, hablar y hacerse escuchar.
Diplomacia cubana:
Espectro del socialismo irreversible
De una bolsa tan voluminosa como ella misma, la Dra. Olga Miranda sacó un fino mantel blanco y unas servilletas, colocó platos, cubiertos y copas para los supuestos comensales. La muy respetada directora jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba impartiría la primera clase de Derecho Diplomático a lo atónitos alumnos, iniciadores del Instituto de Servicio Exterior, actualmente ISRI. ¿Qué tenía que ver ese despliegue con su asignatura? Muchos habían oído decir que se divertía los domingos con los juegos de béisbol y la pizza en el estadio del Cerro. Pero la vajilla no pegaba con el béisbol. Era el año 1971.
Lo primero que tiene que saber un diplomático es educación formal, como comportarse, sentarse, vestirse, hablar y hacerse escuchar; por ahí empezaremos, dijo. Al finalizar ese primer año, la doctora se arrellanó en la primera fila para desternillarse de la risa con nuestra pequeña obra de teatro: lo aprietos y metidas de pata de ineptos diplomáticos, y las canciones del grupito de aspirantes a músicos y cantantes (yo una de ellos). Por cierto, que fueron montados con mucho rigor y divertidos ensayos, gracias a la gran actriz Adria Santana, y el músico-trovador Tatica. En el curso introductorio habíamos tenido el privilegio de recibir las clases de los doctores Cañas Abril y Manuel Moreno Fraginals.
El MINREX tenía que proletarizarse. El grupo era tan amplio como desnivelado, desde un obrero sin gran instrucción y residente en un solar, hasta egresados de preuniversitario procedentes de Santiago de Cuba o Miramar. Entre prejuicios, ambiciones, oportunismo y persecuciones característicos de la época, muchos quedaron en el camino. Pero existía un afán de “pulirse”, porque las chancletas y la bravuconería, si las había, nunca llegarían cerca del Dr. Raúl Roa García. El incisivo y culto canciller había prohibido la vulgar costumbre de los rulos en el pelo e implantó los uniformes–trajes de chaquetas de verano e invierno a las mujeres, para que, en esa época de carencias y sayas-tubos, lucieran dignamente presentables.
La competencia por demostrar eficiencia, escalar, siempre aduciendo la defensa de la revolución, había sido distintiva entre los diplomáticos cubanos, en particular los asignados al sistema de la Organización de Naciones Unidas, con el propósito de rotar durante muchos años por Nueva York, Ginebra, Bruselas, Estrasburgo, París, Roma, y La Haya; el exclusivo mundo del diálogo, los conciliábulos, las negociaciones y las relaciones.
Los performances de los embajadores cubano-ginebrinos, destacadamente en la Cumbre de Panamá (2016), secundado por el entonces ministro de Cultura Abel Prieto, y la ONU (Nueva York el 16 de octubre pasado), encumbrado por el MINREX y los medios, evidencian la depauperación de la continuidad. El general-presidente Raúl Castro y el flamante presidente Miguel Díaz-Canel pierden las rimbombancias de sus esmeradas representaciones en la ONU, las reuniones con influyentes ejecutivos, legisladores, artistas, dignatarios eclesiales, y los ritmos populistas.
De nada vale referirse en los medios nacionales a la Excma. Sra. Anayansi Rodríguez Camejo, cuando la Embajadora y Representante Permanente de Cuba ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, había vociferado y golpeado el escaño en el Consejo Económico y Social (ECOSOC), el 16 de octubre, cual toque de tambor en un bembé, y llevado por las calles cubanas durante un Mitin de Repudio a los cubanos que osan expresar opiniones distintas a las permitidas por el gobierno. Con la Brigada de Respuesta Rápida formada por los funcionarios acreditados como miembros de la misión cubana, ocupó la sala para boicotear e impedir que se escuchara a los anfitriones. Todo se vio a través de la televisión de la ONU en vivo.
Estados Unidos comenzaban una campaña por la liberación de los prisioneros políticos cubanos denominada “Jailed for what” (¿Preso por qué?), presentada por la embajadora Kelley E. Currie, acompañada por el secretario general de la OEA Luis Almagro, el alto funcionario de la Oficina Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado, Michael Kozak, el director ejecutivo del Instituto de la Raza e Igualdad Carlos Quesada, y el expreso cubano Alejandro González Raga. También presentaron un breve video, enviado por Miriam Cardet, a quien el gobierno cubano impidió viajar a Nueva York, para denunciar la situación de su hermano el Dr. Eduardo Cardet, arrestado en Velasco, Holguín, el 30 de noviembre de 2016.
Esos diplomáticos reflejan la sociedad cubana de los decenios del “desmerengamiento” revolucionario. Los niños y jóvenes sin educación formal, que no dicen “usted, por favor”, sino gritan “tú, p…”. Las niñas de tres años ejecutando bailes pélvicos en las presentaciones “artísticas”; los mayorcitos creciendo con los gritos de padres y maestros; el tuteo de los conductores de las Mesas Redondas a los entrevistados sin importar edad ni rangos; y las orientaciones del presidente a sustituir la chabacanería, los medios hegemónicos, la música extranjerizante. En fin, la libertad de creación y crecimiento económico, por la represiva cultura revolucionaria: los gritos de la Misión de Cuba en la ONU.
Miriam Leiva, Villa Clara, 1947. Periodista independiente desde 1995. Vicepresidenta de Sociedad de Periodistas Manuel Márquez Sterling. Miembro fundadora de Damas de Blanco en marzo de 2003. Diplomática, profesora invitada del Instituto Superior de Relaciones Internacionales. Funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, del cual fue expulsada en 1992.
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