Según mis cálculos, bastante conservadores, lleva siendo el año de los culos desde al menos 2014 y, pese a ello, seguimos sin entender nuestros propios traseros. Como sociedad, se nos da bien apreciar visualmente un buen culo y componer temas pegadizos sobre él, pero no somos tan buenos a la hora de plantearnos cómo obtener placer físico de nuestro propio trasero, y menos a la hora de estimular la próstata.
No en vano hay mujeres trans que consideran que su punto g está en la próstata. Y es que, al igual que el punto g, la próstata es un punto de placer que, si se toca y estimula de la forma apropiada, puede llevar a tu pareja de 0 a 11 en la escala de placer. “Obviamente, también puedes disfrutar de un buen orgasmo de pene”, dice Adam Lewis, inventor de juguetes sexuales y fundador de Hot Octopuss, “pero diría que, de media, un orgasmo de próstata es una experiencia mucho más intensa y duradera que un orgasmo normal”.
La estimulación de la próstata ⎯ya sea mediante masaje, juguetes sexuales o practicando el pegging⎯ es un poco como bailar una canción lenta: puedes bailar solo, pero seguramente sea mejor hacerlo con otra persona. Tomé nota de ello y pedí a Lewis y la asesora sobre sexo y relaciones Lianne Young que me dieran consejos para dar el mejor orgasmo de próstata a tu compañero.
“La próstata es una glándula ubicada en el interior del ano, justo debajo de la vejiga”, explica Lewis. “Se encuentra a unos 5 o 10 cm, no muy profunda. Es decir, que puede tocarse con los dedos”.
En términos médicos, la próstata produce un fluido que se mezcla con el esperma para crear el semen. “Es la etapa previa a la eyaculación”, añade Young. “Por tanto, si estimulas la próstata, ese proceso se acelera y se incrementa el placer”.
Técnicamente, ¡todo el mundo! Las personas con vagina tienen las glándulas de Skene (a veces denominadas “ próstata femenina”), ubicadas cerca del extremo inferior de la uretra. Este grupo de glándulas se asemeja a la próstata, aunque no tiene ninguna función relacionada con la producción de esperma. Sin embargo, para este artículo vamos a hablar de la próstata que tienen los tíos escondida en el agujero del culo.
Cómo dar un masaje de próstata
“Empieza con los dedos”, recomienda Young, “y usa un guante” (Young recomienda usar guantes y condones con todos los juegos y juguetes sexuales para garantizar el máximo grado de limpieza; ¡sexo seguro, gente!). Lewis añade que, si a tu pareja le preocupa mucho el tema de la limpieza, en lugar de los dedos, se puede empezar con algún juguete para estimular la próstata. “Estos juguetes están diseñados específicamente para ese propósito”, señala. “Minimiza los problemas de higiene que pueda tener tu pareja”.
Ambos coinciden en que el lubricante es absolutamente necesario. “Mucho, mucho, mucho lubricante”, enfatiza Lewis. “Lo mejor es coger el bote y echar lubricante alrededor del ano y en el interior”. Esto va bien para relajar la zona antes de pasar a lubricar también un juguete o el dedo.
Una vez tu compañero se sienta cómodo y relajado, puedes empezar a penetrar poco a poco. “Durante los primeros 30-60 segundos, deja que se acostumbre a la sensación de tener algo dentro”, recomienda Lewis. “Empieza a moverlo cuando ya se haya acostumbrado un poco”.
Young también recomienda que sea él quien empuje hacia abajo, en lugar de tú desplazar el dedo hacia arriba. “Quien esté siendo penetrado debería tener el control”, explica, y añade que el hecho de poder controlar la profundidad de la penetración ayuda a quien la recibe a relajarse.
Una vez que tienes el dedo en su interior, “has de doblar la punta del mismo modo que lo haría alguien que quiere tocar el punto g a una mujer”, dice, añadiendo que es como si quisieras decirle a alguien “ven aquí” con el dedo. “Tienes que jugar con ese punto, masajearlo”.
Pero ¿cuánta presión hay que ejercer para el masaje? ¿Estamos hablando de presionar como si estuviéramos amasando una masa madre diminuta o más bien de acariciar y rozar levemente la zona? “Te acercas más con la primera descripción”, nos cuenta Lewis. Hay que ejercer presión continua… Es un masaje a fondo, más que una caricia. Con una caricia no haces nada. Por eso se llama masaje de próstata, porque hace bastante presión para estimularla”.
Como todo lo relacionado con el sexo, hasta dónde podéis llegar dependerá de ti y tu compañero. Aseguraos de que fluye la comunicación y de que tienes el consentimiento de tu pareja en todo momento. “¡Tienes que preguntárselo primero, no hacerlo sin decir nada!”, advierte Young. “No te vengas arriba, tampoco. Aquí el que tiene que disfrutar es tu compañero, no tú”.
Puedes acompañar el masaje tocándole el pene o simplemente centrarte en la próstata, si bien Lewis asegura que llegar a un orgasmo únicamente de próstata requiere más tiempo de lo que creemos. “Un orgasmo de pene puede ocurrir bastante rápidamente, pero el de próstata lleva tiempo, como unos buenos 15 minutos”.
¿Cómo sé si lo que estoy tocando es la próstata?
Si tú o tu pareja alguna vez habéis tocado el punto g, sabréis que tiene una textura distinta a la del resto de la vagina, como más rígida y abultada. Con la próstata no ocurre lo mismo, aunque sí se nota una diferencia respecto al resto de la zona. “Al tacto parece como una canica grande”, señala Lewis, “que destaca del resto del canal anal, que es muy suave”, lo cual facilita su localización.
“La próstata está conectada al pene, por eso es tan sensible”, añade Young. “Desde la base del pene, si continuaras hacia dentro, llegarías cerca de donde se encuentra la próstata”.
Por eso es posible estimular la próstata de forma indirecta masajeando el perineo, la zona entre el ano y los testículos, aunque la estimulación será considerablemente más leve de esta forma.
En cualquier caso, un masaje perineal podría ser un buen comienzo si tu pareja quiere introducirse en el estímulo de la próstata o necesita acostumbrarse primero. Piensa en ello como el equivalente anal de probar un sofá de IKEA antes de comprarlo y que te lo lleven a casa.
¿Por qué es placentero el masaje de próstata?
Para quien no tenga próstata, puede ser difícil imaginar por qué da placer un masaje en esa glándula con forma de canica, pero la próstata tiene un montón de terminaciones nerviosas y pasa la mayor parte de la vida de su dueño sin recibir atenciones y sin que la toquen.
“A diferencia de otras partes del cuerpo, como el pene, la próstata no recibe estímulos, pese a tener todas esas terminaciones nerviosas y ser un órgano muy sensible al tacto y la presión”.
De hecho, Young incluso usó la palabra “éxtasis” para definir lo que se siente con un orgasmo de próstata. “Es lo más mágico que te pueda pasar”, añade.
Cómo aplacar los nervios de la primera vez
Es comprensible que tu compañero esté un poco nervioso, sobre todo si su único experiencia con la próstata se reduce a los nada eróticos tactos rectales del médico. Si te ha dicho que le gustaría probar un poco de estimulación de la próstata pero ves que cuando os desnudáis se pone cada vez más nerviosos, no fuerces la máquina. “Obviamente, déjalo. Podéis retomarlo en cualquier otro momento”, señala Young.
Si lo que le preocupa es la higiene, lo más seguro es que no haya nada de qué preocuparse. “Puedes aplicarte una lavativa”, dice Young, “aunque no se lo aconsejo a todo el mundo porque la mayoría no sabe cómo hacérsela bien. Otra opción es esperar a que hayas vaciado el intestino y lavarte la zona por fuera”. Lewis coincide con ella: “Ese riesgo se puede minimizar drásticamente si vas al lavabo pocas horas antes de la sesión, tras lo cual tienes que lavarte bien las manos”.
Y ¿qué pasa si tú eres quien siente nervios? “Es como con cualquier cosa novedosa”, señala Lewis. “Igual que cuando te compras un televisor nuevo lees las instrucciones de uso, lo mismo pasa con los masajes de próstata. ¡Infórmate primero! Si tu compañero te pide que le hagas un masaje de próstata y tú sabes cómo va, ese conocimiento te dará la tranquilidad de saber que lo estás haciendo bien”.
Zing Tsjeng; traducido por Mario Abad, fin de año 2018