La broma colosal del payaso Donald Trump —chotear al cartel Clinton y los demás grupos de presión del establishment en la lid presidencial— ha provocado tanto llanto entre las banderías rivales que, por sus canales de propaganda, se vertieron lágrimas hasta en los funerales del presidente Bush y del senador McCain, después de haberlos vilipendiado en vida, tan sólo para anti-trumpear. Así, los republicanos buenos serían aquellos que van muriendo y no cuadraban con Trump; los demás tienen que seguir arrostrando ese espectáculo circense de la idiotez liberal denominado colusión entre Trump y Rusia.
La penúltima función sobrevino el viernes 25 de enero, a las 6 de la mañana, en Fort Lauderdale (Florida). El sexagenario Roger Stone, exconsejero de Trump, fue arrestado en la casa donde vive alquilado con su esposa de origen cubano Nydia Ber(l)tran, tres gatos, dos perros y ningún arma. A tal efecto el cirquero Bob Mueller movilizó 29 agentes del FBI con chalecos antibalas y armas automáticas, dos vehículos blindados y dos anfibios más una ristra de SVU. La función se transmitió en vivo gracias al periodismo de altura de CNN, que de madrugada puso una cámara frente a casa de Stone antes de que los bufones del FBI cerraran el teatro (sic) de operaciones.
Estas payasadas son tantas que se atropellan. Y como de matar a Trump tratan, se agolpan unas a otras y por eso no lo matan. Van rapidísimo contra Trump o Rusia para insinuar tales o cuales conexiones antes de que la verdad se calce las botas y salga a caminar por la cintura cósmica de Internet. Repasemos este decálogo de ejemplos ilustrativos.
1. BuzzFeed, que se pregona como “empresa de noticias y entretenimiento social” por Internet, reportó este 16 de enero que el Procurador Especial Bob Mueller tenía correos electrónicos y hasta testigos de que Michael Cohen, exabogado de Trump, había recibido instrucciones de este para mentir al Congreso sobre un proyecto de Trump Tower en Moscú. CNN y MSNBC repicaron la noticia y agregaron comentarios en que impeachment se repitió unas 200 veces hasta que un vocero del propio Mueller vino a desmentirla.
2. The Guardian, diario liberal británico con sitio web específico para Estados Unidos, dio el 27 de noviembre de 2018 el palo periodístico de que Paul Manafort, fugaz jefe de campaña de Trump, había entrado tres veces, sin ser visto, a la embajada de Ecuador en Londres para conversar con el wikileakero Julián Assange. Fue un palo de ciego, como tantos otros, pero hasta USA Today se atrevió a divulgarlo.
3. CNN metió el bombazo, el 27 de julio de 2018, de que Michael Cohen atestiguaría ante Mueller que Trump, quien había declarado no estar al tanto, sabía de antemano que su hijo, su yerno y Manafort iban a reunirse el 9 de junio de 2016, en la Trump Tower de Nueva York, con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya, quien venía anunciando trapos sucios de Hilaria Clinton, pero a la hora del cuajo se contrajo a su habitual activismo contra la Ley Magnitski (2012).
Esta bomba no detonó en la cara de Trumpoloco, sino del payaso de barrio CNN. El abogado defensor de Cohen, Lanny Davis, desmintió el reportaje hasta en el detalle de que “al ser contactado por CNN [había] declinado comentar”. CNN no ha explicado aún por qué mintió.
Entretanto el presidente del Comité sobre Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff (D/CA), venía alardeando con que Donald Trump Jr. había llamado por teléfono a su padre antes, durante o después de la reunión. Los registros indican que sólo llamó a sus amigos y hombres de negocios Brian France (Nascar) y Howard Lorber (Vector Group).
4. CNN también anunció con grandilocuencia, el 9 de diciembre de 2017, que Donald Trump Jr. había recibido oferta de acceso a los correos electrónicos hackeados del Comité Nacional Demócrata (DNC) y de John Podesta, jefe de campaña de Hilaria Clinton, antes de publicarlos WikiLeaks. MSNBC saltó al ruedo con que tenía “confirmación independiente”. Sólo que la oferta a Trump Jr., por un hijo de vecino, vino después que los correos electrónicos estaban a disposición del público. Ni CNN ni MSNBC ni la CIA han explicado cómo “múltiples fuentes independientes” pudieron equivocarse en la fecha. Tampoco procedieron a identificarlas.
5. NBC News y MSNBC sacaron partido de la intriga con los ataques sónicos a diplomáticos en La Habana. El 11 de septiembre de 2017 difundieron que detrás de estos hechos está Rusia. Nadie ha dado pie con bola todavía en cuanto a qué armas fueron utilizadas. La grabación presentada por AP de los “sonidos extraños” escuchados por los diplomáticos indica canto de grillos.
6. CNN sacó el 22 de junio de 2017 que, siendo asesor de Trump, Anthony Scaramucci estaba vinculado a un fondo de inversiones ruso bajo investigación del Senado americano. CNN se vería obligada retractarse y a instar la renuncia de los tres reporteros involucrados.
7. La revista Fortune soltó el 12 de junio de 2017 que la cadena de televisión RT (antes Russia Today) había hackeado a la cadena de televisión pública por cable y satélite C-SPAN (USA), que a su vez había “confirmado” el hackeo. Lo que confirmó C-SPAN fue había afrontado una breve interrupción de su livestream por error interno.
8. The Washington Post se apeó el 30 de diciembre de 2016 con que piratas informáticos rusos habían “invadido la red eléctrica de USA para privar de calefacción a los residentes de Vermont durante el invierno”. El senador demócrata Patrick Leahy declaró que no tomaría a la ligera esta “amenaza directa” a su estado. Todo trajo su causa de la ligereza con que WaPo informó sobre un software malicioso detectado en una laptop sin nada que ver con Rusia ni con la red.
9. The Washington Post puso a Estados Unidos en vilo el 24 de noviembre de 2016 con que el Kremlin se había infiltrado masivamente en Internet. “Más de 200 sitios webs” fueron vehículos de propaganda rusa en las elecciones, con audiencia combinada de “al menos 15 millones de estadounidenses”. Las desinformaciones plantadas por los rusos en Facebook fueron vistas “más de 213 millones de veces”. Pasaron dos semanas sin que WaPo se dignara a esclarecer que aquellas estadísticas no tenían pies ni cabeza.
10. La revista en línea Slate colgó el 31 de octubre de 2016 que, al investigar si la campaña de Trump había sido hackeada, expertos en informática se toparon inesperadamente con que Trump se valía de un servidor de Internet para comunicarse en secreto con un banco ruso. Como era de esperar, Trump no tenía ningún servidor secreto ni vinculado a Rusia.
Así por el estilo tenemos incontables espectáculos de un circo ripiera [1] que va para dos años con Mueller —y para tres contando los cirqueros iniciales de la CIA y del FBI— con una noticia de hace 100 años (Rusia interfiere en USA) sin que nadie relacionado con Trump —ni ningún otro ciudadano americano— haya sido acusado de conspiración con Rusia o algo parecido.
Coda
Fuera del encuadre de la cámara de CNN quedó justamente el pasaje de la acusación contra Stone que exonera a Trump y su campaña de toda maraña con WikiLeaks y el hackeo de los correos electrónicos del DNC, Podesta, Clinton y la madre de los tomates.
Stone ‘pregonaba haber oído que WikiLeaks tenía información nociva contra Hilaria Clinton. La acusación asevera que, tras publicarse los primeros resultados del hackeo, “un alto funcionario de la campaña de Trump recibió la orientación de contactar a Stone sobre qué otras cosas se publicarían y qué otra información tenía WikiLeaks contra la campaña de Clinton”.
¡Anjá! Trump tiene que mandar a un campañero a averiguar con Stone en qué anda y qué tiene WikiLeaks porque nada sabía de antemano. Si la intención de enterarse de peripecias del cartel Clinton es criminal, casi todos los americanos serían culpables.
Notas
[1] ABC News reportó que el candidato presidencial Trump pidió al general Flynn entrar en contacto con los rusos, a pesar de que —como es natural para todo presidente entrante— se lo pidió después de haber sido electo; The New York Times atribuyó a Manafort proveer al oligarca ruso Oleg Deripaska, “cercano al Kremlin”, datos de las encuestas sobre las elecciones, aunque realmente se dieron a ucranianos; Bloomberg y The Wall Street Journal (des)informaron que Mueller había exigido al Deutsche Bank los registros financieros de Trump, pero todavía se espera por ellos, ya que esto nunca ocurrió…
Arnaldo M. Fernández, Broward 2019