“Porno y caramelos”, dice James Safechuck con un suspiro en el nuevo documental de HBO, Leaving Neverland, relatando uno de los innumerables encuentros sexuales que asegura que tuvo con Michael Jackson cuando era pequeño. La cinta de cuatro horas cuenta su historia y la de Wade Robson, otro joven que dice haber sido el niño amante secreto de Jackson durante muchos años.
En cada caso, según el documental, Jackson buscaba niños que lo mitificaran. Cautivaba a sus padres con vacaciones, casas y dinero, mientras manipulaba a los pequeños para que creyeran que eran cómplices responsables de sus delitos sexuales. La puesta en escena y la adulación de Jackson por parte de los niños resultaban entrañables (¿qué niño de los 80 no se emocionaría si le regalaran una chaqueta de “Thriller” o un gorro de “Smooth Criminal”?), lo que hace que el relato explícito y detallado de sus alegaciones contra Jackson sea aun más escalofriante y difícil de asimilar.
ames Safechuck conoció a Jackson cuando protagonizó con él el anuncio de Pepsi de 1988. Los dos se hicieron inseparables: Jackson a menudo se quedaba en casa de Safechuck e incluso lo llevó consigo, como si fuera una versión en miniatura de él, para que actuara en su gira Bad Tour. Según el propio Safechuck, el cantante lo agasajaba con joyas, entre ellas un anillo de diamantes que el joven llevó en una falsa ceremonia de boda que celebraron. Safechuck afirma que Jackson le ofrecía vino y realizaban actos sexuales a diario, tanto en el rancho de Neverland como en las habitaciones de hotel durante la gira (a su madre solían reservarle una habitación individual aparte).
Más o menos durante esa época, Jackson conoció a Wade Robson, que a sus 5 años acababa de ganar un concurso de imitaciones de baile. De igual modo que ocurrió con Safechuck, la familia de Robson asegura que Jackson los sedujo con una vida de lujos y mantuvo relaciones sexuales continuadas con su hijo. Cuando no estaban juntos, Jackson llamaba y enviaba faxes a Robson todos los días, llegando a veces a estar “seis o siete horas al teléfono”, según cuenta la madre de Robson.
El relato detallado de Safechuck y Robson —ambos en la treintena, actualmente— sobre los abusos sexuales a los que los sometió Jackson deja poco a la imaginación. Frases como “ropa interior manchada de sangre”, “se pellizcaba los pezones mientras eyaculaba” o “el pene de un adulto en mi boca, la de un niño de siete años” no resultan fáciles de digerir aunque tal vez sean necesarias si se tiene en cuenta todo lo que estos dos hombres van a tener que afrontar al decidir seguir adelante con sus acusaciones.
Los herederos de Jackson han intentado por todos los medios desacreditar a HBO, el director de Leaving Neverland y sus protagonistas mediante una carta de diez páginas dirigida a la productora en la que exponen sus quejas, como la de que no se debería dar pábulo a la declaración de Robson porque su padre tuvo problemas mentales y se quitó la vida.
El director de Leaving Neverland, Dan Reed, cree que las críticas de los herederos de Jackson no tienen fundamento alguno y espera que esto ayude a dar mayor importancia al problema de los acosadores sexuales en posiciones de poder. Hace poco contacté con Reed para hablar de la polvareda sentimental, jurídica y cultural que ha levantado su cinta y sobre si todos deberíamos dejar de escuchar música de Jackson.
VICE: Hay infinidad de libros, documentales y especiales de televisión que analizan la faceta psicológica de Michael Jackson, los abusos que sufrió de niño y la influencia que estos tuvieron en su conducta como adulto. ¿El hecho de que en tu documental no explores el mundo interior de Jackson es una decisión consciente?
Dan Reed: Es que no es una película sobre Michael Jackson, sino sobre los Robson y los Safechuck y sus relación con Jackson. Yo nunca llegué a conocer a Michael Jackson, nunca lo entrevisté; no sé qué aspecto de su vida o su perfil psicológico lo llevó a abusar de niños pequeños ni me interesa especular al respecto.
No creo que una infancia traumática tenga por qué determinar tu comportamiento cuando eres adulto. No todo el que ha sufrido abusos sexuales o ha tenido una mala infancia acaba cometiendo abusos también. Lo que me fascinaba de esta historia es la imagen que dan [Robson y Safechuck] del depredador sexual. Y como en esta historia está involucrado Michael Jackson, tendrá un alcance increíble. Esto pondrá de manifiesto hechos muy importantes sobre cómo se producen los abusos sexuales a menores, porque no ocurren como la gente se imagina.
Por eso tanta gente en Twitter se pregunta, “¿Por qué Robson defendió a Jackson durante el juicio? ¿Por qué no fue corriendo a decirle a su madre lo que Michael Jackson le estaba haciendo?”. Pues simplemente porque la cosa no va así. Y creo que este documental lo demuestra de forma detallada y conmovedora. Los acosadores pueden conseguir que sus víctimas se enamoren de ellos. Mira Wade, que asegura que toda su vida ha creído que su relación con Michael Jackson era positiva. Pero eso es mentira, y para él es muy difícil admitirlo.
Da la sensación de que esta historia no se centra tanto en las acusaciones de [supuestos] abusos sexuales por parte de Jackson como en la historia de estos dos hombres intentando lidiar con los abusos que sufrieron de niños.
Exacto. Hasta ahí llega la cinta, al momento en que Wade y James revelan a sus familias los abusos. Para mí, ese el culmen emocional del documental, más impactante incluso que la horrible y detallada descripción de los actos sexuales. Lo más duro es el momento en que, después de muchos años ocultándola, Wade finalmente le cuenta a su familia y su mujer la verdad.
La base de fans de Michael Jackson está hecha de una pasta especial y lo viven con una intensidad inusitada. ¿Cómo ha sido su reacción al documental?
Antes quiero dejar clara una cosa: Michael Jackson tiene decenas de millones de fans en todo el mundo. Gente que adora su música y tiene buenísimos recuerdos, bailando con una de sus canciones en su boda, o en un bar, o de la última vez que vieron a sus madres. Su música está entretejida en la vida de personas de todo el mundo, y la mayoría son simplemente gente a la que le gusta su música.
Pero también hay un grupo de fans que casi calificaría de secta y que están diciendo cosas muy feas [sobre el documental] en redes sociales. Y sus palabras son el reflejo del discurso que la familia y los abogados Jackson lleva dos décadas sosteniendo: el de culpar a las víctimas. Es algo que sucede muy a menudo en estos casos. Es lo que hacen de forma agresiva e implacable. Pero yo creo que en 2019 ya no pueden salirse con la suya tan fácilmente como antes.
La mayoría de los fans de Jackson son personas a las que les impacta mucho enterarse de estos casos de abusos por parte del cantante, como me pasó a mí. Yo, al principio, no tenía ningún prejuicio contra Jackson, no tenía una opinión formada sobre si era o no un pedófilo. Cabía la posibilidad de que fuera inocente. Yo creía que era un buen tipo que hacía buena música y parecía tratar bien a los niños, e imagino que mucha gente estaba también en esa zona gris. Pero por desgracia, la realidad es que era un depredador sexual y me da que muchas personas van a replantearse el concepto que tienen de él.
Estoy seguro de que tu siguiente pregunta va a ser: “¿Tendríamos que dejar de escuchar su música?”.
Está en mi lista de preguntas, sí.
[Risas] No creo que tengamos que crear un hashtag para boicotear la música de Michael Jackson, como ha pasado con R. Kelly. La obra de Jackson está tan imbuida en la vida de tantas personas que no es fácil erradicarla de golpe. ¿Quieres poner música de MJ en la fiesta de cumpleaños de tu hijo? Pues no sé. Yo no la pondría. ¿Que debería prohibirse? No lo creo. Es muy buena. Michael Jackson era un gran artista, pero también un pedófilo.
¿El guante de lentejuelas y la chaqueta de “Thriller” que Robson quema en los créditos finales eran los de verdad?
Yo no estaba presente cuando Wade quemó esos objetos, pero las pruebas fotográficas sugieren que sí, que eran los de verdad.
Teniendo en cuenta el incalculable valor que esos objetos podían llegar a tener, resulta especialmente interesante que los quemara, sobre todo cuando los herederos de Jackson argumentan que Robson está haciendo esto por dinero.
Claro, pero en todo caso, no me parece que el hecho de quemarlos sea lo que legitime su postura. Hay que verlo desde una perspectiva más amplia. Por ejemplo: ni Wade ni James recibieron dinero por grabar este documental ni tenían intereses económicos en el mismo.
Has recibido críticas por no aportar un contrapunto a las versiones de Robson y Safechuck.
Hemos incluido muchas críticas a Wade por parte de los fans de Jackson, declaraciones que hizo el propio cantante negando las acusaciones de abuso sexual y declaraciones de los abogados durante ambas investigaciones. Creo que hemos representado de forma exhaustiva la postura de Jackson y sus abogados.
Cierto. Simplemente no ha habido entrevistas más recientes hechas expresamente para el documental.
No, pero bueno, que yo sepa la postura de los herederos de Jackson no ha cambiado. Siguen manteniendo que es inocente.
Parece que para ti era importante incluir muchos detalles explícitos relativos a los [supuestos] abusos cometidos por Jackson a los niños, en lugar de conformarte con declaraciones genéricas del estilo “abusaron sexualmente de mí”.
Tuvimos que partir de la base de que se realizaron actos sexuales. Durante años, Jackson aseguró que dormía con niños de forma totalmente bienintencionada. Si no dispusiéramos de estos relatos explícitos de los abusos sexuales la gente podría pensar que solo hubo abrazos quizá demasiado íntimos o algún que otro roce de mejillas inapropiado. Creímos importante recalcar que hubo sexo, no solo tocamientos afectivos.
¿En algún momento pensaste que hubo gente en el entorno de Michael que sabía lo que estaba pasando o que incluso contribuyó a ello?
Ha de quedar claro que yo no encontré nada que sugiriera que alguien más participara en estos actos sexuales. Si lo que me estás preguntando es si creo que la gente que trabajaba con Jackson era cómplice de los abusos, te diré que es una pregunta pertinente para la cual no tengo respuesta. La vida de Jackson estaba gestionada las 24 horas del día por su personal. ¿Ninguna de estas personas tenía la menor idea de los abusos sexuales que cometía Jackson en Neverland y durante sus giras? ¿Qué pensaban que estaba haciendo el cantante con un niño en la cama todas las noches?
¿Te pareció que las experiencias de Robson y de Safechuck eran solo la punta del iceberg?
Yo creo que hubo muchas otras víctimas. Quisimos centrarnos en James, Wade y sus familias, quienes mantuvieron una relación muy larga con Jackson. Estoy seguro de que saldrán a la luz otras víctimas cuando ellos crean que es el momento. Ya se verá.
¿Cómo afectó la muerte de Jackson a la viabilidad de la película?
Quizá habría sido más difícil hacerla si siguiera vivo. La gente todavía teme a Jackson y sus abogados. En mis entrevistas con personas vinculadas a la investigación, vi que tenían miedo de la capacidad del equipo de Jackson para hacer callar a muchas de las víctimas. Se sirven de investigadores privados sin escrúpulos y no les importa pelearlo hasta el final. El poder de su maquinaria es aterrador.
Al margen de la muerte de Jackson, el trato que se da hoy a las víctimas de los abusos sexuales ha cambiado mucho respecto a 1993, año en que salieron a la luz las primeras acusaciones. ¿Crees que el movimiento #MeToo ha influido de algún modo en la acogida de este documental?
Claro que sí, es increíble. También hay otro elemento que ha ayudado: en Gran Bretaña hay un presentador muy famoso de un programa para niños, Jimmy Savile, al que la Reina incluso nombró caballero, pero que resultó ser un prolífico y violento violador de niños que abusó de cientos de víctimas. Tuvo que pasar mucho tiempo para que se aceptara esa realidad. Cuando yo hice el documental, el caso era ya muy sonado.
Y luego, justo antes de Sundance, se estrenó el documental de R. Kelly. Digamos que hemos tenido mucha suerte de vivir esta tendencia de creer a las víctimas de abusos sexuales, en lugar de culparlas. No creo que hoy día Jackson se hubiera ido de rositas como en los 90.
¿Cómo les va a Robson y a Safechuck? ¿Han conseguido alejarse de todo mientras se estrena el documental?
Qué va, están exultantes. El estreno en Sundance supuso un punto de inflexión en sus vidas. Cuando terminó la sesión, el público les dedicó una ovación y gritaban “¡Os creemos!”. Se les llenaron los ojos de lágrimas. Creo que estaban impactados porque era la primera vez que se les daba reconocimiento. Estaban acostumbrados a que no se les creyera y se les denigrara. Para ellos es un momento muy importante.
Se ha editado la entrevista por motivos de extensión y claridad.