La encargada de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Habana, Mara Tekach, anunció este viernes que los visados para los cubanos servirán para una sola entrada a EEUU. Las visas será válidas solamente por tres meses.
La medida, que comenzará a ser efectiva a partir del 18 de marzo, afecta directamente a las visas categoría B2 para visitas familiares, consultas médicas, viajes de turismo y compras, que hasta el momento eran otorgadas por cinco años y permitían múltiples entradas.
Según Tekach se trata de un “alineamiento de reciprocidad” que se está realizando en las embajadas de Estados Unidos en todos los países.
“Cuando un país otorga una visa o tarjeta de turismo a ciudadanos estadounidenses por un determinado período, nosotros haremos lo mismo para los ciudadanos de ese país que reciben una visa estadounidense”, explicó la funcionaria.
Cuba otorga a los estadounidenses una visa que permite una sola entrada y es válida por dos meses y prorrogable por otro mes. En cambio, EEUU otorgaba a los cubanos visado por cinco años que permitía múltiples entradas. Los estadounidenses tienen prohibido visitar Cuba como turistas, sin embargo pueden viajar si califican en alguna de las 12 categorías que el gobierno permite.
La funcionaria aclaró que no habrá cambios en otras categorías de visado a nacionales cubanos. Quienes conservan un visado válido de cinco años podrán continuar utilizándolo hasta que expire.
La medida resulta un balde de agua fría para los cubanos con familiares en EEUU, dijeron varias personas a este diario. También afecta a un grupo de cuentapropistas que realizan compras en el sur de la Florida y en México, que exonera de visado a los cubanos que cuentan con visa estadounidense.
“Tengo la visa americana desde hace tres años. La utilizo para ir a Miami y también a Cancún a comprar las cosas que necesito para mi negocio. Esto me tranca el dominó [me afecta]”, dijo vía telefónica Yonierkys Estupiñán, un joven emprendedor que administra un restaurante privado y otros negocios en Cienfuegos, en el centro de la isla.
Estados Unidos comenzó a otorgar visados de cinco años a los cubanos en el 2013, poco antes del proceso de restablecimiento de relaciones entre ambos países llevado adelante por el gobierno del ex presidente Barack Obama.
Sin embargo, los cubanos están entre los que más negativas reciben al pedir una visa de turismo a EEUU.
Con la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, las relaciones con la isla han empeorado. Trump acusa a La Habana de no proteger a 26 diplomáticos afectados por presuntos ataques acústicos en La Habana y redujo en un 60 por ciento el personal diplomático en Cuba.
Además, el presidente Trump ha criticado a la isla por sus violaciones a los derechos humanos y el papel que juega en el sostenimiento del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. El gobierno cubano ha negado cualquier tipo de vínculo con los presuntos ataques acústicos y rechazó que tenga injerencia en la crisis en Venezuela, su principal aliado económico.
Trump implementó parcialmente el título III de la Ley Helms-Burton para permitir que norteamericanos puedan demandar en cortes de EEUU a empresarios que “trafiquen” con propiedades confiscadas por el gobierno de Fidel Castro a inicios de la década del 60. Por el momento solo se podrán demandar a las empresas que están en una lista negra del Departamento de Estado por considerarse patrimonio de militares y la inteligencia en la isla.
Desde que EEUU redujo su personal diplomático en la isla, las solicitudes de visado para turismo, visitas familiares y emigración tienen que ser atendidas en consulados de EEUU en terceros países, lo que ha elevado el gasto y las complicaciones de las familias para realizar este tipo de trámites.
EEUU y Cuba tienen un acuerdo migratorio firmado por el ex presidente Bill Clinton en 1996 que garantiza el otorgamiento de 20,000 visas anuales a los cubanos para evitar la inmigración ilegal desde la isla, que hasta entonces había provocado un número indeterminado de muertes en el Estrecho de la Florida en la llamada crisis de los balseros. Tras la reducción del personal diplomático en la embajada de EEUU en La Habana, por primera vez en 22 años ese acuerdo no se cumplió en 2018.
“UN GOLPE PARA EL CUBANO DE A PIE”
Emilio Morales, director de Havana Consulting Group, con sede en Miami, calificó la medida como “un golpe para el cubano de a pie” y no para el gobierno de la isla.
“Quienes verdaderamente se van a sentir esto son las decenas de miles de personas que tienen ese tipo de visado y que no están necesariamente relacionadas con el gobierno. Muchos de ellos abastecen el mercado subterráneo en la isla, por lo que ese será un efecto colateral”, indicó el economista.
Morales resaltó que algunos cubanos utilizaban este tipo de visado para trabajar clandestinamente en el sur de la Florida y luego regresar a la isla. “Otros se dedicaban a comprar mercancía aquí para revenderla en Cuba. También están los que llevaban paquetes y remesas a la isla. Todo este intercambio entre ambas orillas se resentirá con la nueva medida”, acotó.
Debido en parte a la precaria situación en Venezuela, Cuba está al borde de una nueva crisis como la que experimentó en los años 90 tras la desaparición de la Unión Soviética, según han vaticinado varios expertos. La relación con la diáspora cubana es vital para la isla y un 90 por ciento de ella vive en Estados Unidos. Según The Havana Consulting Group, en 2017 las remesas en efectivo que llegaron a la isla representaron el 50.8 por ciento de los ingresos totales anuales de la población.
MARIO J. PENTÓN, MARZO DE 2019