El estado de Arizona ha derogado una ley que desde 1991 prohibía presentar de forma positiva la homosexualidad en las escuelas. La presentación de una demanda judicial ha acelerado la derogación de la ley, una decisión que en este caso ha sido compartida por legisladores demócratas y republicanos (aunque varios de estos últimos se han opuesto) y por el gobernador del estado, el republicano Doug Ducey. Todavía quedan otros seis estados en Estados Unidos con legislaciones similares.
La norma fue aprobada en 1991, y tenía como objeto regular la forma en la que las escuelas daban formación a sus alumnos sobre el VIH/sida. Era una época en la que la pandemia se cobraba miles de vidas y las administraciones públicas estadounidenses comenzaban a introducir formación en las escuelas para combatirla. Sin embargo, el temor a que una mayor educación sexual se tradujera en una mayor información sobre las relaciones homosexuales llevó a que diversos estados implementaran limitaciones como la ahora derogada. La ley de Arizona, en concreto, prohibía de forma expresa «promover un estilo de vida homosexual», «presentar la homosexualidad como un estilo de vida alternativo positivo» y «sugerir que algunas prácticas sexuales son prácticas seguras de sexo homosexual».
Los legisladores republicanos de Arizona, un estado tradicionalmente «rojo» (proclive a votar republicano), se habían resistido durante años a derogar la norma, denunciada por el activismo LGTB estadounidense junto a otras similares de Alabama, Luisiana, Mississippi, Oklahoma, Carolina del Sur y Texas. La presentación, el pasado 28 de marzo, de una demanda por la organización Equality Arizona ante una corte federal en representación de dos estudiantes LGTB, uno de primaria y otro de secundaria, alegando que la norma violaba la protección igualitaria de sus derechos que garantiza la 14ª enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, ha precipitado sin embargo los acontecimientos. La demanda contaba, por una parte, con el apoyo de la superintendente de Educación de Arizona, un cargo de elección directa que en estos momentos ocupa la demócrata Kathy Hoffman, y que paradójicamente era una de las demandadas. Por otra parte, el fiscal general del estado, Mark Brnovich, decidía, pese a su filiación republicana, que no defendería la ley ante la justicia federal.
Una situación comprometida que vaticinaba una derrota judicial, y ante la que la legislatura de Arizona, en cuyas dos cámaras los republicanos tienen ligera mayoría, decidía mover ficha derogando la ley. Primero lo aprobó la Cámara de Representantes, el pasado miércoles, por 55 votos contra 5. Un día, el pasado jueves, lo hacía el Senado, por 19 a 10. Ese mismo día el gobernador Doug Ducey estampaba su firma sobre la reforma.
La decisión ha sido ampliamente saludada por los grupos de defensa de los derechos civiles de las personas LGTB, que esperan que pueda servir para mejorar tanto la formación que los escolares reciben sobre VIH/sida como, de forma más general, la vida de los menores LGTB, que se veían privados de una representación positiva de la realidad homosexual. La batalla sigue viva, no obstante, en otros seis estados del sur que todavía mantienen legislaciones similares, los ya mencionados Alabama, Luisiana, Mississippi, Oklahoma, Carolina del Sur y Texas.