“El pueblo estadounidense y las personas de todas las confesiones en este país pueden tener confianza. Tienen un campeón y un defensor de la fe y la libertad religiosa en el presidente Donald Trump. Es verdad. ¡Desde el inicio de esta administración, el presidente Trump ha tomado medidas para garantizar que el gobierno federal nunca más penalice a nadie por sus creencias religiosas! "
El vicepresidente Mike Pence declaró esto seria y enfáticamente como parte de sus comentarios preparados fuera de la Casa Blanca el 2 de mayo, el Día Nacional de Oración de los Estados Unidos para el 2019.
En 1988, el Congreso aprobó la Ley Pública 100-307 en la que se pedía al Presidente que emitiera una proclamación cada año que designara el primer jueves de mayo como un "Día Nacional de Oración".
Como es habitual en este Vicepresidente de Stepford. Sin embargo, todos podemos ver más allá de su hipocresía y las mentiras que expone cada vez que mueve los labios. ¿No se da cuenta de que vivimos en una era de comunicaciones masivas con fácil acceso a la información? Esta información incluye lo que Donald Trump, este "defensor de la fe y la libertad religiosa", ha declarado y promulgado durante su campaña electoral y desde entonces se estrelló en la Oficina Oval.
"Yo, Donald J. Trump, estoy pidiendo un cierre total y total de los musulmanes que ingresan a los Estados Unidos hasta que los representantes de nuestro país puedan averiguar qué diablos está pasando".
La proclamación de Trump no era una mera amenaza. Poco después de asumir el cargo, firmó una orden ejecutiva que suspendía la inmigración de siete naciones de mayoría musulmana y el programa de refugiados de nuestro país.
Siguiendo demandas de numerosos estados, alegaron que su orden violaba las libertades religiosas constitucionales y equivalía a una virtual prohibición musulmana. Trump luego firmó otras dos órdenes ejecutivas, que eran meras revisiones de la primera.
Más demandas cuestionaron su constitucionalidad, mientras que Trump justificó sus acciones por "seguridad nacional".
La Corte Suprema de los Estados Unidos finalmente confirmó la tercera versión de la administración de su prohibición de viajar al restringir la entrada a ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Corea del Norte y Venezuela.
El privilegio cristiano y sus suposiciones.
La Casa Blanca emitió una declaración unos días antes del Día Nacional de Oración, que decía:
“Yo, DONALD J. TRUMP, Presidente de los Estados Unidos de América, en virtud de la autoridad que me confiere la Constitución y las leyes de los Estados Unidos de América, proclamo el 2 de mayo de 2019 como el Día Nacional de Oración ... He puesto aquí mi mano el treinta de abril, en el año de nuestro Señor, dos mil diecinueve, y de la Independencia de los Estados Unidos de América, los doscientos cuarenta y tres ".
Trump no tan sutilmente inclinó su "mano este treinta de abril, en el año de nuestro Señor, dos mil diecinueve", ya que el "nuestro Señor" a quien Trump se refiere es Jesús de Nazaret, supuestamente nacido ese año cuando el tiempo cristiano parecía empezar.
Como candidato republicano a la presidencia, Trump eligió al gobernador de Indiana, Mike Pence, quien se convirtió en un producto político de fama popular al disparar la primera salva en la guerra conocida como el movimiento de "Restauración de la Libertad Religiosa". Él promulgó una ley aprobada por su legislatura estatal que permite a las empresas rechazar el servicio a las personas LGBTQ y a los miembros de todos los otros grupos que los propietarios consideran heréticos a sus creencias, juicios y preceptos.
Desde entonces, este movimiento en expansión ha ganado apoyo en las casas estatales de todo el país, como se ejemplifica en la ley de "libertad religiosa" de Mississippi basada en el modelo de Indiana. Y en 2016, Carolina del Norte aprobó su HB 2, la Ley de Seguridad y Privacidad de las Instalaciones Públicas, que incluía una sección que prohibía a las personas trans ingresar a un baño que difería del sexo oficialmente asignado en su certificado de nacimiento.
Donald Trump, al elegir a Mike Pence, agregó a las personas LGBTQ a su ya larga lista de "otros", que incluye a los mexicanos y a todas las personas de herencia centroamericana y sudamericana, musulmanes, personas con discapacidades, todas mujeres, además de cualquier persona que apoye al El movimiento "Vive Matter". Al elegir a Mike Pence, Trump doblegó sus intentos de dividir y conquistar al electorado inculcando miedo al prometer a la intolerancia la "libertad" para discriminar al máximo de la ley sin la amenaza de enjuiciamiento.
El teórico social, Gunnar Myrdal, viajó por todo Estados Unidos a fines de la década de 1940 y examinó a la sociedad estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial, y descubrió una grave contradicción o inconsistencia, que calificó de "un dilema estadounidense".
Encontró un país, fundado en un compromiso primordial con la democracia, la libertad, la libertad, la dignidad humana y los valores igualitarios, que coexistía con patrones profundamente arraigados de discriminación racial, privilegiando a los blancos y subordinando a las personas de color. Si bien el racismo ciertamente permanece, esta contradicción se ha reformulado poderosamente para que la erudita religiosa, Diana Eck, la considere contemporánea.
Eck escribió:
“El nuevo dilema estadounidense es el pluralismo religioso real, y plantea desafíos a las iglesias cristianas de Estados Unidos que son tan difíciles y divisivas como las de la raza. Hoy en día, la invocación de una América cristiana asume un nuevo conjunto de tensiones a medida que crece nuestra población de vecinos musulmanes, hindúes, sikh y budistas. "El ideal de una América cristiana está en contradicción con el espíritu, si no con la letra, del principio fundamental de la libertad religiosa en Estados Unidos".
En términos de cómo se mantiene y fortalece este privilegio, la "hegemonía", según Antonio Gramsci, describe las formas en que el grupo dominante dominante disemina con éxito su forma particular de realidad social y visión social de tal manera que se acepte como sentido común. , como "normal", como universal y como parte del orden natural, incluso a veces por aquellos que están marginados, desempoderados o invisibles por él.
Hegemonía cristiana
Este es el caso de los cristianos en general y predominantemente de los protestantes de la línea principal en el contexto de los Estados Unidos, a pesar de que solo un 30% de los habitantes del mundo se definen como cristianos.
Según Weinbaum, “la democracia es un medio para el control social, no a través de la fuerza manifiesta, sino a través de tácticas secretas, que dictan las normas de la sociedad”. Esta hegemonía religiosa mantiene la marginalidad de las religiones, religiones y comunidades espirituales ya marginadas.
Una forma de hegemonía es la "hegemonía cristiana", que defino como el sistema general de ventajas otorgadas a los cristianos. Es la institucionalización de una norma o estándar cristiano, que establece y perpetúa la noción de que todas las personas son o deberían ser cristianas, privilegiando así a los cristianos y al cristianismo, excluyendo las necesidades, preocupaciones, prácticas culturales étnicas y religiosas y experiencias de vida de las personas que son no cristiano A menudo, aunque en ocasiones sutil, la hegemonía cristiana es opresión por intención y diseño, pero también se presenta en forma de abandono, omisión, eliminación y distorsión.
Al servicio de la hegemonía se encuentra lo que se denomina "discurso", que incluye las ideas, las expresiones escritas, los fundamentos teóricos y el lenguaje de la cultura dominante. Estos se implantan dentro de redes de control social y político, descrito por Michel Foucault como "regímenes de verdad", que sirven para legitimar lo que se puede decir, quién tiene la autoridad para hablar y ser escuchado y lo que se autoriza como verdadero o como la verdad. .
El concepto de opresión, entonces, constituye algo más que las acciones crueles y represivas de los individuos sobre otros. A menudo implica un sistema global de diferenciales de poder y privilegio social por parte de grupos dominantes sobre grupos subordinados basados en identidades sociales atribuidas o estatus de grupo social. Y este no es simplemente el caso en sociedades gobernadas por líderes coercitivos o tiránicos, sino que también ocurre incluso dentro de las prácticas cotidianas de las sociedades democráticas contemporáneas.
Basándonos en las investigaciones pioneras de Peggy McIntosh sobre el privilegio blanco y masculino, podemos, por analogía, entender que el privilegio cristiano constituye una serie de beneficios aparentemente invisibles, no ganados y en gran parte no reconocidos otorgados a los cristianos, con los cuales a menudo inconscientemente caminan por la vida, como si cargando una mochila tirada sobre los hombros.
Este sistema de beneficios confiere dominio a los cristianos al tiempo que subordina a los miembros de otras comunidades de fe así como a los no creyentes. Estas inequidades sistémicas están generalizadas en toda la sociedad. Están codificados en la conciencia del individuo y entretejidos en la trama misma de nuestras instituciones sociales, lo que da como resultado un orden social estratificado que privilegia a los grupos dominantes a la vez que restringe y desvalora a los grupos subordinados.
Al "desempacar" la mochila del privilegio (ya sea el cristiano, el blanco, el hombre, el heterosexual, el cisgénero, la clase propietaria de una propiedad, el cuerpo temporal, el inglés como primera lengua y los ciudadanos nacidos en Estados Unidos, adultos y otros) es tomar conciencia y desarrollar una conciencia crítica de su existencia y cómo afecta la vida cotidiana de aquellos con y sin este privilegio.
Podemos comenzar a desempacar la mochila del privilegio cristiano presionando al gobierno de los Estados Unidos para que elimine las posiciones con impuestos de los Capellanes del Congreso y termine el Día Nacional de Oración, la participación del gobierno en el Desayuno Nacional de Oración, las invocaciones religiosas en ceremonias gubernamentales tales como como inauguraciones presidenciales, y la eliminación de las palabras "bajo Dios" de la Promesa de Lealtad y de nuestras monedas y billetes.
Separemos verdaderamente la religión del gobierno y el gobierno de la religión.
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