Nos han hecho creer que los temas relacionados con la orientación e identidad sexual, no se tocan. Nos han hecho creer que no hay que pedir ayuda. Que estos temas molestan al resto de la humanidad y que si no se mencionan, mucho mejor. Lo peor de todo es que nos lo hemos creído y ese sentimiento de culpa que solemos llevar a cuestas tampoco nos lo ha puesto fácil.
¿Y qué hemos sacado de todo esto? Hacer de nuestra orientación sexual un problemón, un asunto complicado y prohibido. Lo que no se menciona, no existe. Pero nosotr@s sí existimos. ¿Qué tal si lo hacemos de otra manera?
Lo que me parece interesante y enriquecedor es ver en qué momentos de la vida te puede ayudar un proceso de Coaching LGTB. Hay algo que debes saber, estos procesos están centrados en ti y en lo que depende de ti. Siempre consciente de las decisiones que tomas. No tenemos el poder de cambiar al otro, así que dejemos de hacerlo. Son muchos los temas que se llevan a las sesiones, pero quiero hablarte de los tres más habituales y donde se necesita más ayuda en procesos de orientación sexual.
Dudas sobre la orientación sexual
Tener clara la orientación sexual es muy importante. La duda paraliza y si no te aclaras, posiblemente estarás dando vueltas sin avanzar en la vida. Solo desde la claridad es cuando empezamos a tomar decisiones. Es el primer paso para empezar a responsabilizarnos de nuestra situación. Aquí está bien descubrir tu parte emocional, que piensas y que te dices.
También lo podríamos llamar “miedo a la repercusión”. Lo digo porque la mayoría de personas que vienen con este tema, al final se dan cuenta que es más miedo que dudas. No soy muy partidaria de las etiquetas, pero un buen uso de ellas, alivia y tranquiliza a la persona. Nos dan la oportunidad de pisar fuerte y a partir de ahí, continuar.
Salir del Armario
Este es el tema estrella. No todo el mundo está preparado para, una vez sabe su orientación, soltarlo como si nada. Más bien diría que la mayoría de personas no están preparadas.
Para las que estáis pasando por este momento, sabéis perfectamente el malestar y sufrimiento que esto puede producir. Son muchos los impedimentos que te llevan a no dar el paso. Algunos pueden parecer externos (familia, amigos) y otros internos (miedos, dudas). Para mí todos son internos. Están presentes debido a como percibes tu realidad y como eres como individuo. Ej.: si tu padre no te acepta, lo importante a trabajar es como tú vives esa situación.
Hay varias emociones que están continuamente fastidiando la situación. Las más representativas son: el miedo (al rechazo, abandono, que no te acepten), la vergüenza (estar viviendo algo que no está “bien”) y la culpa (del daño que puedas hacer a los tuyos). El miedo es perceptivo y se le ve el plumero antes, pero la vergüenza y la culpa están tan escondidas que la mayoría de personas se sorprenden al darse cuenta. Son sibilinas y las tenemos tan negadas que ni las vemos.
En el proceso de salir del armario, una de las cosas que brillan por su ausencia o está a bajo nivel es la autovaloración, seguridad, autoestima y la autoimagen. Esto perjudica mucho porque la actitud suele ser de: “no puedo, no merezco, no sé, no saldrá bien, no sirvo…”. Así que sí o sí, es fundamental trabajar la autoimagen que cada uno tiene de sí mismo, como se ve, que piensa y que siente. Quien haya salido del armario sabrá por propia experiencia que nada más hacer visible la orientación sexual te sientes más segura y eso, en gran medida, se debe a la toma de decisiones y la sensación de que sí se puede hacer el cambio.
Otra cosa que se trabaja en las sesiones es la “película” que todos en algún momento nos hemos montado. Me refiero a la posible historia sobre lo que sucederá cuando digas que eres, lesbiana, gay, bisexual; Cuando algo preocupa es fácil posicionarse en el peor de los escenarios, lo que se suele llamar “la escena temida”. Somos los guionistas, directores, actores, productores de nuestra historia, eso quiere decir que también tenemos el poder de cambiarla, pero en cambio, actuamos como si no dependiera de nosotros y nos ponemos en plan víctimas de la situación, de “pobre de mí” y culpabilizar lo que nos rodea. Este rollo que nos montamos, nos da pie a justificarnos: “no lo hago por mi padre, no lo hago por mis amigos, no lo hago”.
¡Deja de excusarte en los demás! date cuenta que eres la persona que ha de vivir y dirigir la vida, es la mejor manera de responsabilizarte y de activar el cambio. Sé que no es fácil cambiar ese chip y por eso mucha gente necesita trabajarlo en un proceso de Coaching LGTB.
¿Y después qué?
Cuando nuestra necesidad vital es salir del armario, hacer visible nuestra Orientación Sexual, dejar de escondernos, tomar nuestras propias decisiones conscientemente…solo pensamos en lo positivo que será cuando hagas ese cambio, y es cierto. No pensamos en que abrimos nuestro campo de vida. Dejamos de vivir en nuestro micro mundo y empezamos a ver más allá.
Vivir más allá es mostrarse y eso te lleva a vivencias nuevas. Vivencias que antes no te permitías por miedo e inseguridad. ¿De verdad crees que cuando das el paso de salir del armario, tu forma de ser, vivencias y aprendizajes, empiezan de cero? La respuesta es no.
Aunque se produce un cambio importante en ti, sigues siendo en general, la misma persona que antes de hacerlo. Tanto en lo que te rodea (tu familia es la misma, los amigos, el trabajo, los estudios) como internamente (algunas creencias son las mismas, tus comportamientos, como te relaciones, tus reacciones). Cuando te quitas la venda de los ojos, empiezas a ver que hay otras cosas que también te impiden encontrar el bienestar.
Un ejemplo que suelo dar por lo habitual que es: Te has pasado gran parte de tu vida haciendo verdaderos esfuerzos para ocultar tu Orientación Sexual. Posiblemente con esa sensación de “que no se note”. Eso te ha llevado a un comportamiento concreto y repetitivo, esconderte. Cuando estás en una situación que es semejante, es fácil que también tengas el mismo problema: hablar en público, relacionarte con confianza con otras personas o situaciones más concretas y que tienen relación con ser “visible”: una entrevista de trabajo, encontrar pareja. Al fin y al cabo, llevas mucho tiempo que tu mente y tu cuerpo ven un peligro en ese comportamiento, ahora no pretendes que el cambio llegue de la noche a la mañana.
Resumiendo, todo lo que hemos pensado, como nos hemos comportado, que creencias hemos tenido, etc… tiene repercusión en cómo vivimos la ahora la vida y desde mi experiencia personal y profesional, lo vivido en tu proceso de Orientación sexual tiene mucha repercusión en tu vida.
Hay algo que tenemos que tener claro, seguimos siendo personas del colectivo LGTB y lo seremos siempre. Da igual si nuestra Orientación Sexual fluye y cambia. Así que salir del armario es el primer paso de muchos por venir.
Coaching LGTB, es un proceso de coaching personal especialmente enfocado y diseñado para el hombre gay, su entorno y la comunidad LGTB en general. El coaching, anglicismo que procede del verbo inglés to coach, «entrenar») es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir cumplir metas o desarrollar habilidades específicas.
ACERCA DE LA AUTOR
Sandra Toledano - LGTB Coach
Me dedico a acompañar a personas del colectivo LGTB, a través del coaching y la terapia, principalmente para ofrecer esa “otra manera”. La manera en la que dejas de vivir la vida de los demás para vivir la tuya.