Cuando hace decenas de años llegué a este país, una de las tantas cosas que aprecié fue que la efeméride más importante de la nación se celebraba con un picnic, una comida familiar o entre amigos, o si acaso una barbacoa en el centro de trabajo (una vieja tradición que creo se ha perdido ¿o no?, como en la película Pajama Game), en que los jefes servían la comida a los empleados, parte de la hipocresía nacional pero parroquial al fin y al cabo. Pero nada de desfiles militares, aviones, vehículos de guerra. Nunca escuchar un discurso del “líder”, nunca los tanques a la calle, nunca un vuelo rasante de aviones sobre la capital. Ahora parece que Trump va a cambiar la nación, lamentable y peligrosamente.
Como en los “buenos tiempos” de la Unión Soviética, Corea del Norte, la República Popular China y la Cuba de Fidel Castro.
Ello para no remontarse a otras naciones y otras épocas de triste recordación.
Donald Trump celebra el 4 de julio con la participación de tanques, aviones, helicópteros y vehículos militares.
Las celebraciones públicas anuales y la exhibición de fuegos artificiales en el National Mall de la capital del país, hoy se verán superadas por el evento “Salute to America” de Trump, donde los militares tendrán un papel prominente.
Múltiples exlíderes militares están expresando públicamente su consternación, en lo que llaman el último ejemplo de como el actual mandatario estadounidense está politizando las fuerzas armadas, informa Politico.
“Esto parece que se está convirtiendo en mucho más un evento del Partido Republicano, un evento político sobre el presidente, que una celebración nacional del 4 de julio, y es desafortunado tener precisamente a los militares metidos en el medio de eso”, dijo el teniente general (general de cuerpo de ejército) retirado David Barno, quien comandó las tropas estadounidenses en Afganistán bajo el mando del presidente George W. Bush.
“El presidente está utilizando a las fuerzas armadas en un plan político para su campaña de reelección y creo que es absolutamente obsceno”, agregó el mayor general retirado del ejército William Nash, un veterano de Vietnam, la Guerra del Golfo y las operaciones de mantenimiento de la paz en los Balcanes.
El Pentágono ofrece pocos detalles sobre el despliegue de material militar y el alcance de su participación, refiriendo las consultas a la Casa Blanca. Pero un pequeño contingente de tanques y otros vehículos blindados ha llegado a la capital de la nación y, según informes de prensa, se exhibirá antes del discurso de Trump en el Lincoln Memorial.
“Habrá vehículos militares en exhibición en el ‘Salute to America’”, confirmó el Pentágono en un comunicado el martes.
“Mientras tanto, el Departamento del Interior confirmó a Politico la semana pasada que los Blue Angels de la Armada llevarán a cabo un vuelo a baja altura de exhibición y un Equipo de Simulacros de Infantería de Marina participará en la celebración.
La participación de otros aviones puede incluir cazas F-22 y F-35, uno de los aviones utilizados como Air Force One, e incluso un bombardero furtivo B-2 masivo, según CNN. Además, la ABC informó que un avión Osprey MV-22 “tiltrotor” estará disponible y el evento podría marcar el debut público del nuevo helicóptero presidencial del Cuerpo de Marines, el VH-92.
Sin embargo, el 4 de julio no es tradicionalmente un día festivo centrado en las fuerzas armadas, a diferencia de las celebraciones del Día de la Bastilla en Francia que tanto impresionaron a Trump en 2017 e inspiraron su interés en una gran exhibición militar.
“Las exhibiciones militares como esta son una táctica favorita de aquellos que quieren envolverse en los símbolos de quiénes somos en lugar de realmente celebrar lo que somos”, dijo Jason Dempsey, excomandante del Ejército que estudia el ejército y la sociedad en el Centro para una Nueva Seguridad Americana, un centro de análisis no partidista.
“El ejército está desempeñando un papel cada vez más fundamental en la vida política estadounidense”, agregó Dempsey. “Esto encaja en esta tendencia cada vez más preocupante y en aumento de identificar a Estados Unidos como un Estado militarista. El 4 de Julio en Estados Unidos debería ser mucho más que nuestras fuerzas armadas y nuestra capacidad para luchar contra el resto del mundo”.
Barno dijo que los planes del cuatro de julio eran “muy inusuales”.
“Creo que uno de los grandes riesgos es que los militares están siendo utilizados de cierta manera como apoyo político”, dijo.
El presidente de Estados Unidos está politizando las fuerzas armadas, al estilo de los dictadores latinoamericanos.