A lo largo de la historia, el contexto para los LGBT ha cambiado para bien y para mal. En algunas culturas, ser gay o lesbiana era algo aceptado socialmente. Tal es el caso de la cultura inca en Sudamérica, donde en algunas regiones, las relaciones entre personas del mismo sexo tenían una connotación religiosa.
Los usos y costumbres de la América precolombina eran totalmente distintos a los que se vivían en Europa. Mientras que en el viejo continente se veía a los LGBT de manera reprobable, del otro lado del charco la historia era completamente diferente.
Los incas tenían una cosmovisión peculiar en cuanto a la homosexualidad. Ellos veían estas uniones desde un punto de vista diferente. Incluso entre los restos que aún se conservan de esta cultura hay registros de que las relaciones entre personas del mismo sexo eran socialmente aceptadas.
La homosexualidad y su conexión religiosa
El Imperio inca o incaico se extendía por toda la costa occidental de América del Sur, desde el norte de Chile hasta el sur de Colombia. En la región andina no existía una aceptación total hacía los homosexuales. Sin embargo, en la parte de la costa central y norte había mucho más apertura.
De acuerdo a los registros históricos, en la parte que actualmente es el territorio de Ecuador, los habitantes creían que para que un hombre fuera chamán tenía que ser homosexual. La explicación a esto es que se creía que un hombre gay —a quien llamaban hualmishcu— tenía una conexión divina con la sabiduría.
Las relaciones lésbicas también tenían un amplio apoyo. Las mujeres gozaban de diversos privilegios entre los incas. Ellas podían desenvolverse en la sociedad de una manera totalmente libre, incluso se les daban concesiones para ir al campo de batalla a pelear. Uno de los devotos de las mujeres lesbianas —llamadas holjoshta— era el rey Kapak Yupanqui, quien les tenía un gran cariño.
La llegada de los españoles a tierras incas
En los textos que dejaron los cronistas españoles que llegaron al Nuevo Mundo también hay registros de estas historias. Sin embargo, la percepción que tenían los europeos de la homosexualidad chocaba completamente con las ideas de los incas. Uno de los textos más contundentes corresponde a Pedro Cieza de León, quien hace mención al pecado nefando en algunas regiones del imperio.
«Cómo el demonio hacía entender a los nativos de estas partes que era ofrenda grata a sus dioses tener indios que asistiesen en los templos para que los señores tuviesen con ellos conocimiento, cometiendo el gravísimo pecado de la sodomía».
Asimismo, Álvar Nuñez Cabeza de Vaca deja ver en sus crónicas el rechazo de los españoles hacia las relaciones homosexuales. Cabe mencionar que en los relatos de Nuñez hay constancia de los que podrían ser los primeros matrimonios entre personas del mismo sexo en América.
Con la conquista de América se impusieron nuevas formas de pensar.
Finalmente, a causa de las reprimendas de los conquistadores, la tolerancia y aceptación a los LGBT desapareció de la cultura inca. Sumado a esto, las nuevas leyes impuestas desde España a sus dominios en América castigaban con severidad el «pecado de la sodomía».