Al menos unas 29 mujeres trans migrantes, originarias de México y Centroamérica, denunciaron abusos y tratos discriminatorios por agentes migratorios mientras estuvieron detenidas en el centro correccional de Cibola ubicado en Nuevo México, Estados Unidos.
La denuncia fue hecha a través de una carta escrita por las víctimas en el centro de detención, y enviada por correo a la organización Trans Queer Pueblo, quienes la difundieron en un video publicado en sus redes sociales.
En la carta, las trans detenidas entre abril y junio de 2019, denunciaron la falta de atención médica y tratos discriminatorios como desnudarlas para revisarlas por parte de agentes migratorios.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), tiene bajo su custodia a las mujeres trans firmantes de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba y Rusia que huyeron de la violencia y buscan asilo en el país del norte.
“Yo le dije a ICE que uno venía de sufrir de nuestros países y no valía la pena que nos tuvieran sufriendo en Cibola. Se sufre mucho en este lugar, el agua para tomar es reciclada, la que se usa en los baños sanitarios la pasan por filtro para reutilizarla, del grifo sale hasta con pedazos de papel higiénico”, dijo a Presentes Julissa Medrano, mujer trans salvadoreña migrante.
Julissa Medrano huyó en enero de este año de El Salvador por las amenazas de la pandilla Mara Salvatrucha MS-13, quienes la habían sentenciado a muerte por su identidad de género y orientación sexual. Estuvo detenida en Cibola desde el 3 de abril hasta el 3 de julio de 2019.
La unidad 900 es el espacio en Cibola asignado para las mujeres trans que esperan presentarse ante un juez migratorio para solicitar asilo. En la denuncia pública, las mujeres trans también expusieron que agentes migratorios las obligan a firmar documentos en inglés que no comprenden, muchos de estos papeles son órdenes de deportación “voluntaria”.
“En días pasados los trabajadores de esta unidad nos engañaron obligándonos a firmar hojas que no fueron explicadas, ni sabíamos cual era la verdadera finalidad”, denunció Karla Bautista, coordinadora del proyecto Liberación para Trans Queer Pueblo, quien leyó la carta de denuncia de las mujeres trans detenidas en Cibola.
Las mujeres que firman la denuncia pública dicen que no tuvieron la atención adecuada para personas con VIH; que no hay medicina para infecciones en la piel que han adquirido en el centro de detención y se les limita el uso del agua e implementos de limpieza personal.
“En la hielera (centro correccional) estuve trece días, y solo una vez me sacaron para bañarme, fue muy doloroso. Si me hubieran dejado más tiempo en Cibola, me hubiera vuelto loca”, expresó Julissa a Presentes.
De acuerdo a Julissa Medrano, “la hielera” de Cibola es un cuarto muy frío ubicado en el piso subterráneo del centro de detención. En ese espacio caben unas 10 personas, no hay camas, a las personas les entregan una alfombra para que la pongan en el piso para dormir y un pedazo de papel de aluminio para cubrirse del frío.
El centro de detención Cibola se encuentra en la villa Milán. La ciudad tiene apenas 11 kilómetros cuadrados y el 67 por ciento de su población es hispana o latina. Es la única instalación en donde se cuenta con un área específica para poblaciones diversas.
Antecedentes en Cibola
Cibola es el mismo centro donde en 2018 estuvo detenida cinco días Roxsana Hernández Rodríguez. Esta mujer trans de 33 años llegó a Estados Unidos en una de las caravanas migrantes que partieron de Honduras.
A Roxsana la trasladaron a Cibola el 16 de mayo de 2018, después de entregarse al servicio de migración para solicitar asilo en Estados Unidos. Roxsana estuvo cinco días en la ‘’hielera’’ donde tuvo un cuadro complicado de diarrea y vómitos. Después la trasladaron al hospital Lovelace Medical Center en Albuquerque. Allí permaneció ocho días en cuidados intensivos y falleció el 25 de mayo por neumonía, deshidratación y complicaciones asociadas al VIH.
De acuerdo a declaraciones del patólogo forense Kris Sperry -brindadas a medios de comunicación en noviembre de 2018- cuando se realizó una segunda autopsia a Roxsana, esta determinó que se encontró evidencia de abuso físico, como hematomas profundos en su abdomen y manos, así como evidencia de trauma por fuerza contundente.
Julissa estuvo en “la hielera” de Cibola entre el 11 y el 24 de marzo de 2019. Contó a Presentes que en ese tiempo estuvo sola y solamente le permitieron bañarse una vez en trece días, además, el papel de aluminio para cubrirse del frío se rompió y tuvo que soportar un clima al que nunca estuvo acostumbrada.
“Son bien malos, son ingratos, se ven cosas terribles. Pero la necesidad de salvar nuestra vida nos hace aguantar todo lo que tenemos que pasar en estos centros de detención, es doloroso”, dijo Julissa.
Julissa recuperó la libertad el pasado 3 de julio. Su caso fue atendido por la organización de Mujeres Latinas Transgéneras – TRANSLATINAS, quienes le ayudaron en el proceso legal de asilo y a sufragar los gastos de traslado hacia el estado donde Julissa reside en los Estados Unidos junto a una familiar. Al momento de su salida de Cibola, quedaron 41 mujeres trans que esperan respuesta a sus procesos migratorios.
Organizaciones como TRANSLATINA, que da asistencia legal a mujeres trans en proceso de asilo, están organizando actividades de denuncia pública sobre los casos de Cibola.