Estados Unidos vive la más larga expansión económica en su historia, tras batir el récord de 120 meses seguidos de crecimiento, informa la BBC.
La última vez que esto había ocurrido fue en el período comprendido entre marzo de 1991 y marzo de 2001, según el Departamento Nacional de Investigación Económica (NBER).
Pero, aunque sea la expansión más larga en el tiempo, no es la más alta.
Bajo una perspectiva histórica, este récord ha sido más débil que otras expansiones, con un crecimiento anual promedio de 2,3 % en los últimos 10 años, mientras que en la década de los 90, fue de 3,6 %.
Aunque el presidente Donald Trump suele atribuir todo el crédito del crecimiento económico a su gestión, el ciclo expansivo comenzó con Barack Obama y ha seguido una trayectoria estable desde 2009.
“En la última década hemos visto bajas tasas de interés. Una gran cantidad de dinero fácil”, le dice a BBC Mundo Gary Hufbauer, investigador senior del centro de estudios Peter Institute for International Economics (PIIE).
“Esos bajos intereses más una política fiscal expansiva que aumentó el gasto y la deuda pública, han sido los principales motores de la expansión”.
En ese escenario, Trump implementó en 2018 uno de los mayores recortes de impuestos en la historia del país, que dejó menos recursos en las arcas fiscales y más dólares en las calles.
Este año el crecimiento ha ido bajando su ritmo desde 3,1 % en el primer trimestre a un 2,1 % en el segundo.
Aunque el desempleo ha disminuido desde un 10 % en octubre de 2009 a un 3,6 % (el más bajo desde 1969), el crecimiento de los puestos de trabajo ha sido más lento que el registrado en otras recuperaciones económicas.
Y si bien la mayor parte de la población activa tiene trabajo, eso no implica necesariamente que sean empleos de calidad.
“Muchas personas trabajan por horas y no tienen seguridad social”, explica Hufbauer.
Y desde otro punto de vista, a pesar del extenso crecimiento económico y el bajo desempleo, los salarios solo comenzaron a subir sustancialmente para la mayoría de la población hace unos meses.
Endeudados
Aunque Estados Unidos está pasando por uno de sus mejores momentos, “hay una insatisfacción en el ciudadano promedio”, apunta Hufbauer.
Detrás de esa insatisfacción hay problemas económicos relacionados con gigantescas deudas educacionales, el alto costo del cuidado de los niños y la salud.
El otro tema es que el precio de la vivienda se ha disparado en algunas zonas de Estados Unidos, encareciendo la renta o desplazando a las personas hacia los márgenes de las ciudades.
Aumento de la desigualdad
“Los ingresos del 1 % más rico se han duplicado en las últimas tres décadas”, le dice a BBC Mundo Mark Price, investigador, con sede en Washington, DC.
El experto argumenta que la evidencia muestra que los salarios han aumentado mínimamente en relación a la magnitud del crecimiento económico.
El salario mínimo (que hoy está en 7,25 % la hora) “le permite a un trabajador comprar menos de lo que podía adquirir en 1968 con ese mismo dinero”, agrega.
Según un estudio elaborado por Gabriel Zucman, profesor de la Universidad de California, Berkley, las 400 personas más ricas de Estados Unidos (entre los que están Jeff Bezos, Bill Gates o Warren Buffet) han triplicado su fortuna en los últimos 30 años.
En contraste, los ingresos que reciben la mayor parte de la población han caído en ese mismo período, según la Base de Datos de Desigualdad Mundial (World Inequality Database).
“La concentración de la riqueza ha vuelto a niveles que no se veían desde los años 20”, escribe Zucman en su investigación.
Como contraparte, otros economistas plantean que más allá de la desigualdad, el país en su conjunto ha seguido creciendo y las personas con menos ingresos se han beneficiado de la prosperidad.
Y critican que fijarse únicamente en la desigualdad es una forma muy sesgada de analizar los resultados de las políticas económicas.
Estados Unidos es ciertamente el país más rico del mundo y el que está creando más millonarios nuevos que ningún otro, tal como lo demuestran informes recientes, como el que elabora Credit Suisse.
De acuerdo con los datos de la última encuesta a consumidores que realiza la Reserva Federal cada tres años, el ingreso medio de los hogares aumentó 10 % entre 2013 y 2016.
Y aunque todavía está por debajo de su nivel previo a la crisis financiera de 2008 (cerca de $2.000 menos que en 2007, ajustado por inflación) los últimos datos disponibles sugieren una tendencia positiva.
¿Cómo se compara la desigualdad de EEUU con el resto del mundo?
La manera más común de medir la desigualdad entre los economistas es el Coeficiente de Gini, un método que le asigna a los países un puntaje que va de cero a 100, donde cero es la máxima igualdad.
Así, Estados Unidos ocupa el segundo lugar de los países más desiguales, después de China, según los datos más recientes del Banco Mundial.
La falta de recursos básicos para sobrevivir también golpea a la primera economía del mundo, que tiene cerca de 40 millones de pobres.
De hecho, el relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston, publicó a mediados del año pasado un informe lapidario en el que afirma que EEUU es el país rico con mayores niveles de desigualdad de ingreso y de riqueza.
La desigualdad “se manifiesta en bajos niveles educativos, un sistema de salud inadecuado y la ausencia de protección social para la clase media y los pobres, lo que a su vez limita sus oportunidades económicas e inhibe el crecimiento general”, dijo Alston.
“Estados Unidos tiene ahora una de las tasas más bajas de movilidad social intergeneracional de los países ricos”, agregó Alston.
El gobierno de Donald Trump criticó duramente el informe, acusándolo de contener “cifras exageradas” y de estar motivado por “razones políticas”.
¿Cuánto va a durar la expansión?
Como siempre hay pesimistas y optimistas. Los inversores están haciendo distintas apuestas sobre cuánto puede durar el boom económico.
Algunos creen que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) mantendrá el ciclo de crecimiento recortando tasas de interés, mientras que otros ven una desaceleración inminente que podría llegar en los próximos meses.
“Aún no vemos una recesión, pero seguimos preocupados”, escribió Torsten Slok, economista jefe del Deutsche Bank, destacando la incertidumbre que genera la guerra comercial entre Estados Unidos y China, entre otros factores.
Otra señal de advertencia es la temida “curva de yield invertida” o curva de rendimientos, un indicador que ha aparecido justo antes de las últimas siete recesiones en Estados Unidos.
Y eso es exactamente lo que está pasando ahora: lleva tres meses invertida.