El pequeño gigante asiático no renuncia a su robusto desarrollo económico, tecnológico y social, que tiene como base la tradición cultural y la democracia instaurada en los años 1980
A solo 100 millas de China continental, tan sólo separada por un estrecho de mar y 70 años de independencia, la isla de Taiwán luce sus campos color verde y una robusta economía que tiene como base la democracia instaurada en los años 1980.
La República de China fue originalmente establecida en el vasto territorio asiático el 1 de enero de 1912, tras la caída de la última dinastía imperial, contra la que el pueblo chino se levantó el 10 de octubre del año anterior.
No obstante, tres décadas después la divergencia de ideas conllevó a una guerra civil y los rebeldes comunistas tomaron el poder, y el Partido Nacionalista Chino o Kuomintang, que presidía la República de 1912; se estableció en la isla de Taiwán bajo el mando del general
Chiang Kai-shek y mantuvo el nombre de República de China.
La historia cataloga al militar como un estadista de mano dura, que mantuvo la ley marcial en la isla por casi 40 años. Empero, también lo reconoce por haberle hecho frente a la amenaza constante del Gobierno de Pekín por someter el territorio taiwanés.
Desarrollo
A mediados de los años 1950, cuando el pequeño país de apenas 14.000 millas cuadradas libraba una batalla internacional para ser reconocido como nación, “comenzó a desarrollar su maquinaria industrial y en solo 10 años se convirtió en una potencia económica”, recordó el historiador James Stuart, del California Institute of Integral Studies.
Aún bajo el estatuto institucional de un solo partido político, liderado por Chiang Kai-shek, Taiwán reforzó su condición económica con industrialización y orientación tecnológica de última generación hasta alcanzar el seudónimo del milagro taiwanés y formar parte entonces del selecto grupo de los Cuatro Tigres de Asia, junto a Singapur, Korea del Sur y Hong Kong.
Cambios
En medio del escenario que significaba la llamada Guerra Fría en los años 1970, entre Estados Unidos, Unión Soviética, China y otras potencias occidentales, “la relevancia política internacional de Taiwán resultó afectada ante la insistencia del régimen de Pekín y la mayoría de los países optaron por rezagar al Gobierno de Taipei al rango de ‘aliado’ sin representación diplomática”, apuntó el académico.
Incluso la asamblea de la Organización de Naciones Unidas aprobó la entrada de China continental, cuyo nombre oficial es República Popular China, a cambio de la salida de Taiwán como pidió el régimen de Pekin.
Entonces, el 1 de enero de 1979 surgió el Taiwan Relations Act entre los gobiernos de Taipei y Washington, en el que se define el concepto de amistad sin relaciones diplomáticas oficiales para “mantener la paz, la seguridad y la estabilidad” en torno a la isla, al mismo tiempo que mantienen “la continuidad de las relaciones culturales y comerciales” entre ambos países.
Siete años después, tras la muerte de Chiang Kai-shek, Taiwán proclamó paulatinamente una serie de cambios políticos y optó por la celebración de elecciones democráticas, con la presencia de varios partidos políticos.
“A diferencia del régimen de Pekín, hoy Taiwán es reconocido por su sólida democracia y economía, respeto a la diversidad política y derechos humanos”, subrayó el profesor californiano.
Entretanto, el pequeño gigante asiático, con 24 millones de habitantes, continúa dando lecciones de desarrollo económico y tecnológico, al mismo tiempo que cuida con recelo la sociedad tradicional china y se perfila como un destino turístico natural y cultural a tener en cuenta, donde no se restringe al visitante como sucede en su vecino del norte.
DERECHOS LGTB EN TAIWÁN
Taiwán legaliza el matrimonio homosexual, un fallo histórico que lo convierte en el primer lugar asiático en aprobar esta ley
La homosexualidad en Taiwán (oficialmente República de China), es ampliamente aceptada por la población taiwanesa. Taiwán es considerado como uno de los países más progresistas en Asia Oriental y Asia en general. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son legales; sin embargo, las parejas del mismo sexo y los hogares encabezados por parejas del mismo sexo aún no son elegibles para las protecciones legales disponibles para las parejas de distinto sexo.
A la Marcha del Orgullo LGBT de Taiwán de asistieron cerca de 90 000 participantes, convirtiéndola en la segunda mayor marcha del orgullo LGBT en Asia, detrás de la realizada en la ciudad israelí de Tel Aviv, lo que ha llevado a muchos a referirse a Taiwán como uno de los países más liberales de Asia.
El 24 de mayo de 2017, el Tribunal Constitucional dictaminó que las leyes matrimoniales actuales son inconstitucionales y que las parejas del mismo sexo deberían tener el derecho a casarse. El tribunal le ha otorgado al Parlamento (Yuan Legislativo) un máximo de dos años para enmendar o promulgar leyes para que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea legalmente reconocido. Según el fallo del tribunal, si el Parlamento no lo hace antes del 24 de mayo de 2019, el matrimonio entre personas del mismo sexo pasará automáticamente a ser legal.
Los legisladores de Taiwán aprobaron un proyecto de ley que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo, una decisión histórica que hace de la isla autogobernada el primer lugar en Asia en aprobar la legislación sobre matrimonio homosexual.
La votación se produjo casi dos años después de que el Tribunal Constitucional de la isla dictaminara que la ley existente, que decía que el matrimonio era entre un hombre y una mujer, era inconstitucional. El panel de jueces dio al Parlamento de la isla dos años para enmendar o promulgar nuevas leyes.
Taiwán legaliza el matrimonio homosexual, un fallo histórico que lo convierte en el primer lugar asiático en aprobar esta ley
A solo una semana de la fecha límite de dos años, los legisladores en el Yuan Legislativo de Taiwán aprobaron un proyecto de ley para hacer realidad el matrimonio entre personas del mismo sexo. Entrará en vigencia el 24 de mayo.
Aunque la isla tiene una gran comunidad gay y su desfile anual de orgullo gay es el más grande de Asia, el tema de la igualdad en el matrimonio ha dividido a la sociedad taiwanesa. En un controvertido referéndum en noviembre de 2018, el 67% votó para rechazar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En los últimos meses, los grupos conservadores han hecho campaña contra la reforma del matrimonio entre personas del mismo sexo, presionando por una ley que vea a los matrimonios homosexuales redefinidos como algo más cercano a las uniones del mismo sexo.
Decenas de miles de personas desafiaron la lluvia torrencial para manifestarse a favor del matrimonio homosexual fuera del Parlamento, cuando los legisladores comenzaron a votar sobre tres proyectos de ley, uno presentado por el Gabinete de la isla —que en última instancia fue el que fue aprobado— y dos proyectos, presentados por grupos conservadores, que fracasaron.
El exitoso proyecto de ley del Gabinete fue el único que usó la palabra “matrimonio”. Fue respaldado por grupos LGBTQ, a pesar del hecho de que podía ver a las parejas del mismo sexo negadas a los derechos que gozan las parejas heterosexuales, como la adopción y el matrimonio en todo el país.
Taiwán celebra las primeras bodas homosexuales: “Ser gay no ha sido fácil”
Cientos de parejas se casan en el día de entrada en vigor de la primera ley en Asia que legaliza los matrimonios entre personas del mismo sexo
Hsiao Hsuan y su ya marido, que llevan juntos 12 años, han sido una las primeras parejas homosexuales que se han casado en Taiwán. Como ellos, cientos de parejas se han casado este viernes en la isla, día en que ha entrado en vigor la primera ley en Asia que legaliza estos enlaces. Vestidos los dos con traje rosa y pajarita, se mostraban felices ante la prensa, enseñando sus anillos, tras haber dado el anhelado paso. A media jornada, ya se habían formalizado 363 matrimonios -116 de hombres y 247 de mujeres-, según los datos del Ministerio del Interior recogidos por la agencia oficial taiwanesa CNA.
"Ser gay en Taiwán no ha sido fácil. Me siento afortunado de tener el apoyo de mis amigos, de mi familia y de mi otra mitad", afirmó ante los periodistas Hsiao, quien todavía recuerda la primera ocasión en que enarboló la bandera arcoíris en la isla. Fue durante el desfile del orgullo, uno de los más importantes que este colectivo celebra en Asia. "Ondeé la bandera con mucho entusiasmo durante el desfile, pero tenía mucho miedo de llevarla de camino a casa", recordó el joven, quien añadió que se sentía "orgulloso" de la nueva normativa.
Varios años, incluso décadas, es lo que han esperado muchas parejas en la isla para poder casarse. Taiwán hizo historia el pasado viernes, al aprobar el Parlamento por amplia mayoría -66 votos a favor y 27 en contra- el matrimonio entre personas del mismo sexo. El Legislativo tenía de plazo hasta este viernes para regularizar la situación de las parejas del mismo sexo, después de que en una histórica sentencia, el Tribunal Constitucional de la isla considerase en 2017 que la prohibición del matrimonio homosexual era anticonstitucional.
"Este es un hito con un gran significado, tanto para China (el nombre oficial de Taiwán es República de China) como para Asia entera", contó este viernes el director ejecutivo de la organización Pflag China, Ah Qiang, quien añadió que la nueva ley "sugiere que la sociedad de la cultura confuciana también puede aceptar parejas del mismo sexo".
"Para la comunidad gay, la igualdad matrimonial ha puesto fin a la era del prejuicio y la discriminación, donde los gays eran considerados ciudadanos de segunda clase ahora han ganado la igualdad y la dignidad que merecen", añadió el activista.
Dos de las hoy unidas en matrimonio fueron Yu Ya-ting y Huang Mei-yu, una pareja de lesbianas que se mostraron muy satisfechas de completar lo que definieron como un "proceso legal atrasado", siete años después de que celebraran su primer matrimonio bajo la tradición budista. "Nuestra primera boda tuvo lugar en 2012 y la de hoy es la segunda. Ahora tenemos no solo la bendición de los dioses, sino también de nuestros padres y de la sociedad", destacó Huang después de registrarse.
Para Liping Xie, alcanzar su sueño ha supuesto también una larga espera: "Realmente, ha sido un tiempo muy largo. Realmente todos lo entienden, todos lo aceptan", apuntaba hoy esta mujer de 56 años que lleva 36 junto con su pareja. "Iría hasta el infierno con ella", exclamaba, tras formalizar su unión en el registro civil de Banqiao.
Aunque la euforia reinó en los juzgados, en opinión de Ah todavía queda mucho por hacer y falta tiempo para que la ley verdaderamente permee en la sociedad. "La igualdad de la ley es solo un aspecto, pero la sociedad de Taiwán todavía necesita promover la aceptación y abrazar a la comunidad LGBT de manera más equitativa y amigable", señaló.
En opinión del activista, la nueva situación de Taiwán podría tener "un efecto de demostración positiva en la China continental", donde la homosexualidad se vive todavía como algo mayoritariamente clandestino. Pese a que la homosexualidad fue despenalizada en China en 1997 y desclasificada como un desorden mental en 2001, todavía muchos chinos ven esta condición sexual como una enfermedad, mientras el Gobierno carece de cualquier tipo de protección a este colectivo que en China está formado por unos 70 millones de personas.