Desde el inicio de la presidencia de Donald Trump, las deportaciones de cubanos han aumentado a más de 800 en el año pasado, dado que Washington implementa una política más dura y ha restringido el criterio de quiénes tienen derecho a pedir asilo.
Ello ha afectado a miles de cubanos, que durante décadas se beneficiaron de la política estadounidense de otorgamiento de asilo, y de la renuencia del régimen cubano de aceptarlos de vuelta, aseguró la agencia AP.
Por muchos años, los cubanos que huían de la Isla gozaron de privilegios especiales en Estados Unidos, al tener asegurada la residencia si llegaban a territorio estadounidense, bajo la política "pies secos, pies mojados".
Sin embargo, durante sus últimos días en la presidencia, Barack Obama puso fin a esa medida y obligó a La Habana a recibir de vuelta a ciudadanos que recibieran órdenes de deportación.
Pero desde que Trump asumió la presidencia, los cubanos que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos se han topado con más obstáculos, incluyendo una nueva norma aprobada el mes pasado, según la cual no reciben refugio los que hayan pasado por un tercer país sin haber solicitado asilo allí primero.
Por otro lado, el régimen cubano sigue renuente a aceptar el retorno de sus ciudadanos deportados y es uno de diez países que Washington considera "recalcitrantes", junto con China, Vietnam, Irán, Bután, Camboya, Eritrea, Hong Kong, Laos y Pakistán.
Esta situación dificulta al Gobierno estadounidense implementar a cabalidad sus medidas contra el asilo, y deja en la incertidumbre a muchos cubanos.
Unos 21.000 cubanos han llegado a puntos de cruce en la frontera méxico-estadounidense desde octubre pasado, el triple de los 12 meses anteriores, según cifras de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (Immigration and Customs Enforcement, conocido como ICE).
Otros miles de cubanos han quedado "varados" en listas de espera en ciudades del norte de México, bajo un programa según el cual los migrantes deben esperar al sur de la frontera mientras sus procesos de asilo son estudiados.
De los cubanos que han recibido permiso para entrar en Estados Unidos, muchos han sido puestos en libertad y esperan la fecha de su audiencia de asilo, pero cientos más han sido entregados al ICE.
Unos 5.000 cubanos han recibido órdenes de deportación desde que se implementó el nuevo acuerdo con Cuba, y de ellos 1.300 han sido deportados, según cifras del ICE.
En agosto pasado, las autoridades de EEUU realizaron la deportación masiva de cubanos más grande de la historia, cuando devolvieron a La Habana a 120 personas.
No está claro cómo el Gobierno cubano trata a la gente que regresa tras ser deportada de Estados Unidos, pero activistas de derechos humanos aseguran que pueden ser sujetos a represalias por haber pedido asilo allá, especialmente los que denunciaron haber sido perseguidos. En comparación, los mexicanos o centroamericanos que son deportados usualmente son recibidos con agrado.