Familiares del líder opositor encarcelado en Cuba, José Daniel Ferrer, pudieron visitarlo este jueves en la prisión de Aguadores, en Santiago de Cuba, donde lleva casi cuatro meses detenido sin el debido proceso, según han denunciado organizaciones internacionales de derechos humanos.
La esposa de Ferrer, Nelva Ismaray Ortega, dijo a Radio Martí que las autoridades no permitieron el paso de los alimentos y medicamentos que llevaba. Tampoco recibieron la ropa, pues insisten en que el opositor vista el uniforme de reo, que este se niega a usar porque "sería como aceptar que es culpable".
El encuentro transcurrió bajo la estricta vigilancia de las autoridades penitenciarias y agentes de la Seguridad del Estado, en una oficina de uno de los jefes de la prisión. "No fue una visita privada", sino custodiada por tres oficiales, dijo Ortega.
"Lo trajeron esposado, violando todas las normas, delante de sus niños pequeños. Les ordenaron sentarse a distancia unos de otros. Le retiraron las esposas después que ya estaba allí, bajo la mirada de los agentes de la Seguridad del Estado y los carceleros", había explicado antes a Radio Martí Jorge Cervantes, uno de los coordinadores de Unión Patriótica de Cuba.
Ferrer "ha perdido bastante peso". Lo que come al día es "un baso de leche, un baso de agua con azúcar y un puñado de galletas" que es "lo poco que nos dejan entrar", afirmó la esposa.
La también doctora y activista de UNPACU no observó signos de golpiza. Las únicas lesiones que presenta Ferrer son picaduras de mosquitos. Aunque si le preocupa su estado de salud general, pues el prisionero "no está recibiendo atención médica". Tampoco está recibiendo "los medicamentos que necesita".
Según dijo Ferrer a su esposa, las autoridades de la prisión están condicionando el proporcionarle atención médica al hecho de que él vista de forma permanente el uniforme de reo. Ortega explicó que Ferrer solo ha aceptado llevar el uniforme durante las visitas familiares, porque es "la única vía de comunicación que tiene".
Sobre el juicio dijo que "hasta el momento no le han dicho nada"
Los carceleros no permitieron a la familia entregar nada por escrito a Ferrer, "ningún tipo de papel" -según explicó antes Cervantes-, pero de forma verbal expresó su agradecimiento por el ayuno del 24 de enero en solidaridad con su caso, y con el de todos los presos políticos cubanos.
Ortega dijo que Ferrer le orientó escribir una carta en su nombre a los gobernantes Raúl Castro y Miguel Díaz Canel con el reto de que "por una vez sean valientes" y liberen a los otros tres activistas de UNPACU: Roilán Zárraga Ferrer, José Pupo Chaveco y Fernando González Vaillant, a quienes el régimen está usando de "escudo" para mantenerlo en prisión.
"Sobre mi tumba, gladiolos, girasoles y rosas blancas..."
Ferrer dijo a su esposa que "no tiene miedo, que va a seguir luchando" hasta el final. En una especie de testamento político, el opositor expresó una última voluntad: que en su tumba haya gladiolos (en homenaje a las Damas de Blanco), girasoles (símbolo de la revolución de los girasoles que lleva adelante UNPACU) y rosas blancas (por los versos de José Martí).
El líder opositor dijo a Ortega que la única vía que tiene el régimen en su caso, para no dar su brazo a torcer, es "sacarlo del país o matándolo", y que él "no va a salir del país".
"Fue un momento bastante fuerte, porque uno no desea pensar en esas cosas", dijo la mujer.
Ferrer permanece encerrado en una celda de castigo. De seis de la tarde a seis de la mañana sus carceleros le proporcionan un colchón sucio para que duerma, pero le niegan tener consigo los alimentos, medicinas y aseo que su familia le lleva a prisión. Lo podrían hasta "envenenar y él ni se entera", dijo Ortega.
El opositor compara -en versos que dictó a su esposa- la celda en la que lo mantienen cautivo con "una fría tumba".
"Prácticamente lo están enterrando vivo", dijo la mujer.
La visita duró cerca de dos horas. Acompañaron a Ortega cuatro de los hijos de Ferrer: Fátima Victoria, de 15 años; José Daniel, de 17; Daniela Patricia, de 2 años, y Daniel José, de siete meses de nacido.
La activista de UNPACU y expareja de Ferrer, Lettys Rachel Reyes, expresó en Twitter su frustración por los términos bajo los que se realizó la visita al padre de su niña.
"La tristeza y el dolor me consume, hoy mi Daniela Patricia d 2 años de edad pudo ver a su padre @jdanielferrer luego de 4 meses sin verle, mi niña no dejaba de llorar cuando tuvo q irse y dejar de abrazar a su padre en prisión... triste pero cierto".
El régimen dilata el proceso: "no saben qué hacer"
Ferrer fue arrestado el 1 de octubre en su casa del barrio de Altamira, en Santiago de Cuba, y llevado al cuartel provincial de la Seguridad del Estado. Luego fue trasladado a la prisión de Aguadores.
La Fiscalía pide una sanción de nueve años de cárcel para el opositor por supuestos delitos de lesiones y privación de libertad.
Ortega dijo que el régimen cubano no sabe cómo proceder bajo la presión de la solidaridad internacional, a la que se ha sumado el Parlamento Europeo, gobiernos, instituciones y personalidades de varios países del hemisferio.
Solo podrían hacer un juicio "a puertas cerradas" porque todo el caso es "una farsa", y organizaciones defensoras de derechos humanos como Amnistía Internacional han pedido que sea abierto y con participación de observadores que velen por el debido proceso.
"No sé o pronto, es la única respuesta que dos dan" cuando indagan sobre el juicio, concluyó Ortega.