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General: Recordando a Orlando Zapata Tamayo en el aniversario de su muerte
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Da: cubanet201  (Messaggio originale) Inviato: 27/02/2020 18:19
ORLANDO ZAPATA TAMAYO,  MÁRTIR CUBANO
Se cumplen otro aniversario del fallecimiento de  Orlando Zapata Tamayo a raíz de una huelga de hambre. Su nombre será recogido en la historia de Cuba como “el hombre que encendió la chispa necesaria para demostrar que la oposición interna unida si puede lograr objetivos importantes”.
 
 La muerte que nos cambió la vida
YOANI SÁNCHEZ | 14YMEDIO
El teléfono sonó con un timbre apagado, como si estuviera al final de un largo pasillo. Respondí y la voz al otro lado hablaba de muerte, huelga de hambre, prisión y mencionaba un nombre que nunca había escuchado. El 23 de febrero de 2010 murió Orlando Zapata Tamayo, después de 86 días sin ingerir alimentos, y su fallecimiento dio paso a uno de los momentos más dolorosos y fecundos de la historia reciente de Cuba.
 
Hubo un tiempo en que las noticias viajaban lentamente, en que nos enterábamos años después de lo que había ocurrido en nuestro propio país y a pocos metros de nuestra casa. Pero esa larga era de secretismo y oscuridad informativa empezó a quebrarse un día de hace diez años, a partir de la muerte de un hombre que se negó a comer en protesta por las condiciones de su encarcelamiento.
 
Zapata había nacido en 1967, trabajado como albañil y en el momento de su muerte era poco conocido, pero ya había protagonizado varias acciones en la calle y aparecía en el libro Los disidentes, que el oficialismo había hecho para denigrar a los opositores. Cuando dejó de respirar, solo había un par de fotos públicas suyas, pero en pocos días su rostro de ojos hundidos y pómulos salientes se volvió familiar para millones de personas dentro y fuera de la Isla.
 
"Ya estaba agonizando cuando autorizaron que le dieran atención médica", me comentó una opositora a la que llamé aquella misma noche para más detalles. En ese 2010 todavía muy pocos activistas tenían un teléfono móvil y reconstruir la historia de lo sucedido era sumamente complicado. No solo había que lidiar con el miedo de las fuentes y los cercos policiales, sino también con las dificultades para comunicarse.
 
Así supe que la familia era de Banes y que su madre había venido a acompañarlo en la sala del hospital Hermanos Ameijeiras donde pasó su última noche. "El hospital está tomado por la Seguridad del Estado y no hay manera de acercarse", me aclaró un activista de derechos humanos que había intentado obtener más detalles sobre la hora de la muerte y de un posible funeral.
 
Para ese momento, hacía al menos dos años que habían aparecido en Cuba las primeras cuentas de Twitter en manos ciudadanas que se actualizaban fundamentalmente a través de mensajes de solo texto (SMS). Se trataba de mensajes a ciegas, porque solo era posible emitir contenido pero no leer respuestas ni retuitear a terceros. No obstante, la red del pájaro azul se convirtió en el principal camino para sacar noticias de la Isla.
 
Recuerdo que desde el mismo día de la muerte de Zapata, era muy visible el nerviosismo de la Seguridad del Estado ante la fuerza que iba ganando la noticia. Alrededor de las casas de varios líderes opositores comenzaron a montarse los primeros operativos y sus líneas telefónicas fueron inhabilitadas. Obtener información era cada vez más difícil.
 
Mi esposo, el periodista Reinaldo Escobar, y yo decidimos llegar hasta el Instituto de Medicina Legal de La Habana, porque intuimos que el cuerpo debía estar ahí. Era de noche y la avenida Rancho Boyeros tenía extensas zonas sin iluminación, así que avanzamos a través de las sombras. Al acercarnos vimos un operativo de vigilancia y fingimos ser una pareja que buscaba privacidad. El truco funcionó y dimos un brusco giro hacia la derecha para acercarnos a Medicina Legal.
 
Allí, bajo un tenue cartel lumínico, que apenas permitía distinguir su rostro, estaba Reina Luisa Tamayo, la madre del opositor. Nunca nos habíamos visto pero el dolor tiene la capacidad de tejer vínculos y nada más preguntarle comenzó a contar. Faltaban minutos para entrar a vestir el cuerpo de su hijo y todavía estaba en la fase de no creer que no volvería a verlo otra vez. Saqué mi móvil y le pedí unas palabras sobre lo sucedido.
 
Aquel breve mensaje, filmado en una sobrecogedora oscuridad, fue el primer testimonio directo de lo sucedido con Zapata Tamayo. Ninguna de las dos podíamos imaginar lo que aquel video iba a desatar. Para ella sería el inicio de un largo camino de reivindicaciones y denuncias, para mí un paso trascendental en mi trabajo periodístico. "Ha sido un asesinato premeditado", dijo con claridad aquella noche y todavía hoy recuerdo la mezcla de firmeza y tristeza en sus palabras.
 
La mujer, acompañada por una de sus hijas, detalló que en la prisión habían dejado encerrado a su hijo en una celda cuando se declaró en huelga de hambre, que como castigo le limitaron el agua y que cuando finalmente autorizaron a llevarlo al hospital ya se sabía que poco podía hacerse. Ni siquiera había logrado despedirse de él, porque lo que estaba sobre la cama de terapia intensiva era un cuerpo inerte y frío.
 
Nos quedamos un poco más junto a la madre y alrededor nuestro el operativo policial se estrechaba y estaban muy molestos los miembros de la Seguridad del Estado porque habíamos logrado burlar la vigilancia. Los minutos que transcurrieron entre ese momento y en que logramos  salir de allí para publicar aquel video han sido los más largos de mi vida. Dividimos fuerzas, Reinaldo logró llevarse tras de sí a la mayoría de los segurosos y yo me escabullí por una pequeña calle cercana a la Torrefactora de café.
 
Una hora después, desde la conexión a internet de un hotel, logramos publicar las imágenes. En pocas horas los mensajes de textos iban y venían de un móvil a otro, todo el mundo quería tener más detalles y la protesta iba en aumento. En medio de aquella vorágine surgió la primera etiqueta nacida al interior de la Isla que se hizo rápidamente viral. Eran unas simples tres letras #OZT pero se convirtieron rápidamente en una marea de rechazo
 
En las horas posteriores a la muerte de Zapata ocurrió uno de los procesos de unidad y cohesión de la sociedad civil independiente más inspiradores que recuerdo. Ahora, en que las críticas arrecian por la desunión de la oposición y la falta de objetivos comunes entre los grupos de la sociedad civil, no vendría mal recordar esos trascendentales momentos en que disidentes, periodistas independientes, blogueros y activistas han unido esfuerzos.
 
La respuesta oficial fue desproporcionada. Arrestos masivos, corte de servicio telefónico y una intensa campaña de fusilamiento de la reputación contra el fallecido se llevó a cabo en los medios oficiales. De Zapata el Noticiero de la televisión cubana aseguró que tenía un "largo historial de delincuencia" y hasta llegó a transmitir la grabación de una cámara oculta hecha a su madre en el interior del hospital, violando todo principio ético de privacidad.
 
Pero, a pesar de la difamación y los actos represivos, no pudieron evitar que la noticia sacudiera a toda Cuba, que varios organismos internacionales condenaran lo sucedido, que los principales medios de prensa internacionales reportaran la muerte y que Orlando Zapata Tamayo se convirtiera en un punto de confluencia de las fuerzas democráticas.
 
Fueron días de duelo social y, al mismo tiempo, fue una pequeña victoria sobre el Partido Comunista porque logramos quitarle el monopolio de la información sobre la vida nacional. A diferencia de la muerte del líder estudiantil Pedro Luis Boitel, en 1972 tras una huelga de hambre, el fallecimiento de Zapata había podido ser contado con la suficiente inmediatez como para provocar una extensa repulsa. Meses después de su sacrificio, comenzó el proceso de excarcelación de los presos de la Primavera Negra.
 
Aunque la "historia oficial" ha querido darle el mérito de aquellas liberaciones a las negociaciones entre el Vaticano, el Gobierno español y la Plaza de la Revolución, lo cierto es que fue la muerte del opositor la que puso contra las cuerdas al castrismo. Su fallecimiento, unido al aumento de las protestas de las Damas de Blanco en las semanas posteriores a aquel febrero y la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, provocaron un clima de indignación insostenible para el oficialismo cubano.
 
Ha pasado una década y aunque la falta de libertades sigue marcando el día a día en esta Isla, ese 23 de febrero de 2010 es sin duda la efeméride en que iniciamos una nueva etapa. Un hombre que se negó a comer y usó su propio cuerpo como arma de protesta cambió la Cuba que conocíamos y contribuyó a transformarnos en lo más profundo de nuestra esencia.
 
Recuerdan a Orlando Zapata Tamayo en décimo aniversario de su muerte
Orlando Zapata Tamayo falleció el 23 de febrero de 2010 en un hospital de La Habana a los 43 años, tras 86 días en una huelga de hambre.
 
Con esa acción exigía el cese de las golpizas por parte de oficiales del orden interior de las cárceles y vestir uniforme de preso político y no de preso común. El gobierno cubano se negó a aceptar sus demandas y él mantuvo la protesta hasta las últimas consecuencias.
 
Durante la huelga de hambre y como un castigo ejemplar lo mantuvieron incomunicado y le retiraron de la celda todas sus pertenecías y el agua, aún cuando el opositor no había renunciado a beberla, denunciaron varios opositores.
 
Al tiempo que su salud empeoraba y los reclamos de familia y activistas en las afueras de la cárcel se intensificaban fue trasladado a la cárcel camagüeyana de Kilo 7.
 
Al mismo tiempo la familia y los activistas de la Alianza Democrática Oriental (ADO) se trasladaron hasta Camagüey para exigir atención al caso del opositor.
 
En esta instalación, sufrió también los abusos del Teniente Coronel Julio César Bombino, quien se negó a darle ningún tipo de respuesta a los reclamos y apenas permitió breves visitas a su mamá Reyna Luisa Tamayo.
 
La salud empeoró y la máxima dirección del país ordenó el traslado hacia el hospital de la cárcel Combinado del Este en La Habana que se convirtió en la antesala de la muerte. De ahí lo sacaron para un hospital en La Habana donde le informaron a la familia que había fallecido.
 
Zapata Tamayo fue arrestado en marzo de 2003 y en mayo de 2004 fue sentenciado a tres años de prisión por "falta de respeto", "desorden público" y "resistencia". Posteriormente fue juzgado varias veces por otros cargos de "desobediencia" y "desorden en un establecimiento penal", la última vez en mayo de 2009. Cumplía una condena total de 36 años.
 
Su muerte subrayó "la necesidad urgente" de que expertos internacionales en derechos humanos visitaran el país y velaran por el cumpliemiento de las obligaciones del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, alertó entonces Amnistía Internacional, que lo había declarado prisionero de conciencia.
 
"La trágica muerte de Orlando Zapata Tamayo es una terrible muestra de la desesperación que enfrentan los presos de conciencia que no ven ninguna esperanza de ser liberados de su encarcelamiento injusto y prolongado ", dijo Gerardo Ducos, investigador caribeño de Amnistía Internacional en un comunicado publicado a raíz de la muerte del opositor cubano.
 
Los restos de Zapata fueron exhumados y trasladados a Miami en junio del 2011. Permanecieron depositados en el Mausoleo de los Veteranos de Bahía de Cochinos hasta que la familia decidió mudarse a Kentucky.
 
A diez años de la infausta fecha, este cubano humilde de la raza negra, que con su vida defendió el respeto a los derechos humanos en la isla, es recordado por muchos.​
 
Rolando Rodríguez Lobaina, entonces líder de la ADO en la fecha que Zapata Tamayo inició la huelga de hambre, asegura que al hombre, que tantas golpizas y castigos sufrió en las cárceles de la isla por su actitud contestaría y su posición firme de defender los derechos humanos, "debe recordársele hoy más que antes".
 
Junto a una veintena de activistas de la ADO Rodríguez Lobaina estuvo en Holguín y Camagüey apoyando a la familia en las afueras de las cárceles y denunciando al régimen por no atender los reclamos del opositor.
 
La muerte de Zapata marcó un punto importante de la historia de Cuba en las últimas décadas, aseveró el activista. Recuerda que el deceso del opositor en manos de la dictadura y en condiciones “que solo los carceleros conocían, retumbó en cada rincón del país y el pueblo entendió la falta de límites en la crueldad del régimen”, precisó.
 
Considera que tras la muerte de un activista en prisión reclamando mejoras carcelarias y respeto a los derechos humanos, muchos países en el mundo también cambiaron la forma de ver la isla.
 
“Hubo un punto de giro importante y las naciones que miraban al gobierno con ojos benevolentes se percataron de lo que era capaz de hacer la dictadura contra las voces disidentes”, precisó.
 
El hecho fue ampliamente divulgado y denunciado en las redes sociales.
 
Rodríguez Lobaina insiste en que ahora más que antes "tanto en el exilio como en la isla” se deben considerar las acciones altruistas del hombre que dio la vida por el respeto a los derechos de todos los cubanos.
 
El opositor cubano Guillermo (Coco) Fariñas, que iniciara una huelga de hambre el día de la muerte del activista para exigir la liberación de los presos políticos y tomar el relevo en la lucha de Orlando Zapata por la libertad de los encarcelados y el respeto a los derechos, señaló que debe ser recordado como la persona que nunca se rindió.
 
"Fue consecuente con sus ideas y dio su vida por la libertad de expresión de opinión y por la democracia", dijo.
 
Recordó que era un hombre humilde "con una inteligencia natural que le hizo comprender que los principios están por encima de cualquier tipo de capacitación que se tenga".
 
Fariñas considera que Zapata Tamayo se convirtió en un símbolo de la rebeldía: “Nunca lograron que claudicara, ante las presiones que constantemente la Seguridad del Estado, en nombre del gobierno castrista ordena contra los opositores".
 
“Él es la demostración de que hay cubanos capaces de dar la vida por la libertad. Su nombre será recogido en la historia de Cuba como “el hombre que encendió la chispa necesaria para demostrar que la oposición interna unida si puede lograr objetivos importantes”, concluyó Fariñas.
 


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Da: cubanet201 Inviato: 27/02/2020 18:22
 
 


 
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