En una larga publicación publicada en Instagram y su sitio web , Schock cuenta su historia de haber crecido en una familia religiosamente conservadora, racionaliza su oposición al matrimonio homosexual mientras era el Representante republicano del distrito 18 del Congreso de Illinois y ofrece una visión optimista de su futuro .

 

La noticia llega días después de que Schock fue visto una vez más viviendo como un hombre gay aparentemente orgulloso .

 

"Soy gay", comienza su publicación.

De su tiempo en el Congreso, dice:

 

“Siempre me gustó haberlo hecho y me lancé a la distracción del trabajo y lo que una vez entendí que era el éxito. Eso incluía ser receptivo a los intereses de los constituyentes en el distrito al que serví. Tal vez correctamente, tal vez no, supuse que revelarme a mí mismo como su congresista gay no saldría bien. Puse mi ambición sobre la verdad, que no solo me hirió a mí, sino a otros también ”.

 

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Schock justifica su antigua oposición al matrimonio homosexual como producto de los tiempos, una posición que alguna vez compartieron otros políticos prominentes como John McCain, Hillary Clinton y Barack Obama . Por supuesto, ninguno de estos políticos tenía la idea personal de ser gay.

 

El ex congresista no aborda sus otras posiciones antigay anteriores, como votar en contra de levantar la prohibición a las personas LGB que sirven en el ejército y votar para no extender las protecciones de delitos de odio para incluir la orientación sexual y la identidad de género. Su tiempo en el cargo le valió una calificación de 0% en el cuadro de mando del Congreso de HRC.

 

Sin embargo, ofrece este escenario de rehacer puramente hipotético:

 

“La verdad es que si estuviera en el Congreso hoy, apoyaría los derechos LGBTQ en todas las formas que pudiera. Me doy cuenta de que algunas de mis posiciones políticas son muy contrarias a la corriente principal del movimiento LGBTQ, y las respeto por esas diferencias. Espero que la gente me permita lo mismo ".

 

Schock también se pinta a sí mismo como una víctima de la homofobia de "silbato de perro", negando completamente que haya algo de verdad en su infame escándalo de decoración de oficinas de Downton Abbey .

 

Afirma que "nunca escuchó" del programa, y ​​agregó:

 

“Me tomó un tiempo darme cuenta de que realmente era solo la forma en que los medios de comunicación decían eso sobre mí en forma impresa ... para vincularme a un estereotipo. De hecho, si quieres aprender algo sobre los medios "despertados", busca mi nombre en Google y considera cuán prominentemente esa mentira inventada, aún sin una sola fuente que lo respalde, aparecerá en historias sobre mí por personas que de otra manera se hacen llamar periodistas Era otra forma, aunque más sofisticada, ser molestado por ser gay. Un silbato de perro.

 

Gran parte de las críticas dirigidas a Schock se han centrado en el hecho de que ha estado fuera y de disfrutar de las libertades ganadas a través del sudor y la sangre de una comunidad que perjudicó directamente durante su carrera política.

 

"Ahora puedo vivir abiertamente como un hombre gay gracias a las personas extraordinarias y valientes que tuvieron el coraje de luchar por nuestros derechos cuando yo no lo hice: activistas comunitarios, líderes y personas LGBT comunes", escribe. “Blogueros homosexuales que reunieron a personas para nuestra causa. Reconozco esto incluso ante las intensas y a veces viciosas críticas que he recibido de esas mismas personas ".

 

“En cuanto a mi familia, todavía recibo correos electrónicos ocasionales tratando de venderme en terapia de conversión, pero recientemente en la boda de nuestro pariente, mi madre me dijo que si hay alguien especial en mi vida, ella quiere conocerlos. Soy optimista sobre el futuro y estoy listo para escribir el próximo capítulo de mi vida ".

 

Esperamos sinceramente que este sea un primer paso significativo para Schock y que sus acciones respalden su aparente apoyo a las causas LGBTQ. Para alguien que hizo una carrera al oponerse a los derechos de los estadounidenses LGBT, descubrir su verdad y asistir a fiestas en el circuito no es una expiación.

 

Publicación

Soy gay.

 

Para aquellos que me conocen y para muchos que solo saben de mí, esto no será una sorpresa. Durante el año pasado, he estado trabajando en una lista de personas que sentí que finalmente deberían escuchar las noticias directamente de mí antes de hacer una declaración pública. Quería que mi madre, mi padre, mis hermanas, mi hermano y mis amigos más cercanos lo supieran primero.

 

El hecho de que soy gay es solo una de esas cosas en mi vida que necesitan una afirmación explícita, para eliminar cualquier duda y finalmente validar quién soy como persona. En muchos sentidos, lamento el tiempo perdido en no haberlo hecho antes.

 

Ofrezco mi historia como la experiencia de una persona. He llegado a creer que, en algunos aspectos, es solo una versión más pública de un viaje difícil y, en última instancia, ahora optimista, familiar para muchas personas LGBT.

 

Mi historia comienza en el medio oeste rural, como parte de una familia centrada en una fe y sus tradiciones particulares. En la Iglesia Cristiana Apostólica donde pertenecíamos, éramos habituales entusiastas. Mis padres hicieron todo lo posible para criarme a mí y a mis hermanos de acuerdo con los principios bíblicos tal como los entendían.

 

Cuando nuestra familia se mudó de nuestra granja en Minnesota a Peoria, Illinois, terminamos en una de las ramas menos rígidas de nuestra iglesia. Entonces, mientras nuestra congregación anterior había considerado, por ejemplo, mirar la televisión como una inactividad pecaminosa, la rama de Peoria lo dejó pasar.

 

En muchos sentidos, prospere en este entorno. Me ayudó a vivir con un sentimiento de propósito y me enseñó a tratar a los demás como me gustaría que me trataran. Memorizar versos de la Biblia, ir al campamento de la iglesia, asistir a servicios al menos dos veces por semana, ese era mi mundo.

 

Estoy seguro de que conocía a otras personas homosexuales en esos años de crecimiento, pero no creo que ninguno de nosotros lo supiera. Comprendí que las enseñanzas de mi educación eran bastante claras al respecto. Por eso, a medida que crecía y me sentía atraído por mi orientación natural, no quería pensar en ello. Siempre preferí forzar mis pensamientos en otras direcciones, dejando una respuesta final sobre eso para otro día.

 

Con ese fin, ayudó que yo también naciera una personalidad bastante centrada en los objetivos, impulsada para tener éxito y esforzarme en todo lo que sabía. Al principio de mi vida, me enfoqué en tener una ventaja en los negocios, comprar mi primer inmueble mientras aún estaba en la escuela secundaria. Pero cuando mi junta escolar local bloqueó mis intentos de graduación temprana, es ese mismo impulso lo que también me empujó a buscar un cargo electivo, primero en la junta escolar a los 19 años, a la legislatura de Illinois a los 23 y en el Congreso a los 27.

 

A pesar de ese éxito, o tal vez por eso, todavía vivía una vida bastante protegida.

 

Al llegar a Washington en 2009, como el miembro más joven del Congreso, recibí mucha atención. Confieso que lo disfruté, aunque en mi caso, la atención también se deslizó hacia la especulación. Yo era soltero y la gente comentaba cómo me vestía y mi preocupación por el estado físico. Se escribieron historias falsas. Incluso años después de mi estadía en Washington, todavía era lo suficientemente ingenuo como para preguntarme por qué los medios de comunicación publicarían una historia completamente falsa sobre mí y un programa del que nunca había oído hablar, y que aún no había visto, Downton Abbey.

 

Me tomó un tiempo darme cuenta de que realmente era solo la forma en que los medios de comunicación decían eso sobre mí en forma impresa ... para vincularme a un estereotipo. De hecho, si quieres aprender algo sobre los medios "despertados", busca mi nombre en Google y considera cuán prominentemente esa mentira inventada, aún sin una sola fuente que lo respalde, aparecerá en historias sobre mí por personas que de otra manera se hacen llamar periodistas Era otra forma, aunque más sofisticada, ser molestado por ser gay. Un silbato de perro.

 

Una vez en el Congreso, me gustó lo que siempre había hecho y me dejé llevar por la distracción del trabajo y lo que una vez entendí que era el éxito. Eso incluía ser receptivo a los intereses de los constituyentes en el distrito al que serví. Tal vez correctamente, tal vez no, supuse que revelarme a mí mismo como su congresista gay no saldría bien. Puse mi ambición sobre la verdad, que no solo me lastimó, sino también a otros.

 

También, en retrospectiva, me doy cuenta de que solo estaba buscando más excusas para ganar tiempo y evitar ser la persona que siempre he sido.

 

Me gusta pensar que habría resuelto todo esto de la manera correcta, si las circunstancias lo hubieran permitido. Al final resultó que, la oportunidad se desvaneció rápidamente a principios de 2015, cuando me encontré frente a una serie de cargos falsos relacionados con gastos de oficina y campaña. Esa prueba descendió rápidamente en una lucha de años para limpiar mi nombre, tan agotador que decidí renunciar a la Cámara y dedicarme casi a tiempo completo al esfuerzo.

 

Después de mi renuncia, no buscaba ni ocupaba un cargo electo por primera vez desde mi adolescencia. Pensar que estaba fuera del centro de atención política me preocupaba mucho menos de que otros supieran que era gay. Realmente quería decírselo a mi familia y me sentí listo para hacerlo, comenzando con mamá y papá. Pero justo cuando me sentía lo suficientemente cómodo para salir, los fiscales del gobierno armaron preguntas sobre mi vida personal y usaron insinuaciones en un intento por considerarme una persona de hábito engañoso y carácter cuestionable. Mi familia, amigos y ex empleados fueron citados y me hicieron preguntas curiosas sobre mi vida personal y de citas.

 

Desafortunadamente para los fiscales, lo más sensacional que aprendieron sobre mi vida personal fue que no tenía mucho de uno mientras estaba en el cargo. Pero las tácticas del gobierno en el enjuiciamiento de mi caso hicieron obvio que la salida sería mejor discutida después de que se retiraran los cargos en mi contra. Fue irónico y doloroso; justo cuando finalmente estaba listo para salir del armario, sentí como si alguien hubiera cerrado la puerta.

 

A pesar de todo el dolor que estos eventos trajeron a mi vida, estaba seguro de que la verdad ganaría y que sería libre de compartirla. Rechacé cualquier oferta de un acuerdo de culpabilidad e insistí en ir a juicio. El juicio nunca ocurrió porque, en marzo pasado, los fiscales del gobierno le pidieron al juez que desestimara la acusación y todos los cargos en mi contra.

 

Después de que los cuatro años de infierno legal finalmente terminaron en marzo pasado, la alegría de la reivindicación se encontró con la realidad de enfrentar mi verdad con las personas más cercanas a mí. Hice planes para ir a casa de mi madre para las vacaciones de Pascua y contarle lo que había evitado durante tanto tiempo.

 

En muchos sentidos, mi mente en ese momento también estaba orientada a recuperar el tiempo perdido, socialmente. Tengo entradas para el Festival de Música de Coachella con amigos. Unos días más tarde, me subí a mi auto, con todo el miedo y la ansiedad que supongo que muchos sienten cuando finalmente se van a tener esa conversación tan evitada con su familia. Creo que sería justo decir que la vida intervino.

 

A mitad del viaje, hablé con mi madre. Noticias de mi fin de semana en Coachella. Las imágenes en línea dejaron en claro lo que estaba en camino para contarle a mi madre en persona. Ella me dijo que me diera la vuelta y volviera a Los Ángeles. No fui bienvenido en casa por Pascua.

 

Para caracterizar algunas de estas conversaciones con mi familia en general, es justo decir que no ha sido un caso de aceptación y comprensión instantánea. Lo que tuve que compartir fue noticias desagradables para cada persona de mi familia, de la nada en algunos casos, y me encontré con tristeza, desilusión y citas poco comprensivas a las Escrituras.

 

Me dolió escuchar todo esto, por decir lo menos. Lo que temía de muchos de ellos había sucedido. Mi familia siempre había sido mis amigos más cercanos y grandes partidarios, en las buenas y en las malas. Y digo, no para despertar simpatía, sino con suerte, más bien, comprensión, me sentí bastante solo.

 

Mi enfoque desde entonces se basa en una apreciación de cuánto tiempo me llevó superar mi propia resistencia a ser gay. Por mucho que quisiera que mi familia cambiara rápidamente la forma en que lo ven, he aceptado el hecho de que podría llevar a mis seres queridos más tiempo del que me gustaría. Y me doy cuenta de que algunos nunca podrían aparecer.

 

Espero que, con el tiempo, mi familia venga a aceptarme como soy. Les recuerdo que sigo siendo el mismo Aaron que siempre han conocido, del que estaban tan orgullosos no hace mucho tiempo. Me doy cuenta de que, después de haber pasado por una dura y dura carrera profesional, he llegado a necesitarlos solo más.

 

Aunque a veces me siento como la estrella caída de mi madre, también me han advertido mis compañeros gays activos en política sobre qué esperar del público LGBTQ. ¿Dónde estaba yo, preguntarán, cuando estaba en condiciones de ayudar a avanzar temas importantes para los gays estadounidenses?

 

Nadie puede elegir cuando aprendemos las grandes lecciones de nuestras vidas. Los míos no han sido diferentes. En 2008, como republicano que se postulaba en un distrito conservador, tomé la misma posición sobre el matrimonio homosexual del candidato de mi partido, John McCain. Sin embargo, esa posición en contra de la igualdad matrimonial también la ocuparon Hillary Clinton y Barack Obama.

 

Ese hecho no hace que mi posición sea menos errónea, pero a veces es fácil olvidar que fueron los líderes de ambas partes quienes durante tanto tiempo entendieron erróneamente lo que era defender el derecho a casarse.

 

Como es el caso a lo largo de la mayor parte de la historia humana, aquellos que promueven el mayor cambio social nunca ocupan cargos electos. Ahora puedo vivir abiertamente como un hombre gay gracias a las personas extraordinarias y valientes que tuvieron el coraje de luchar por nuestros derechos cuando yo no lo hice: activistas comunitarios, líderes y personas LGBT comunes. Bloggers gay que reunieron a personas para nuestra causa. Reconozco esto incluso ante las intensas y a veces viciosas críticas que he recibido de esas mismas personas.

 

La verdad es que si estuviera en el Congreso hoy, apoyaría los derechos LGBTQ en todas las formas que pudiera. Me doy cuenta de que algunas de mis posiciones políticas son muy contrarias a la corriente principal del movimiento LGBTQ, y las respeto por esas diferencias. Espero que la gente me permita lo mismo.

 

Con ese fin, espero que otros puedan respetar que, para mí, ser gay no ha requerido entrar en un sistema de creencias completamente nuevo, desconectado de cualquier otra faceta de las experiencias de mi vida. No he superado un tipo de represión por otro.

 

Mirando hacia el futuro, espero que me encuentres reflejando crédito en la comunidad gay, diversa en su forma de pensar, creciendo en confianza, ganando en igualdad y aceptación. Soy una persona más libre, feliz de dejar ir los problemas que realmente nunca deberían haber sido tan problemáticos para empezar. La vida es mejor sin nada que temer u ocultar. Lo que sea que venga después para mí, al menos la historia será auténtica, y las cosas buenas generalmente se derivan de eso.

 

También espero que, al compartir mi historia, pueda ayudar a iluminar a los jóvenes, planteó mi forma de ser, buscando un camino de oscuridad y vergüenza. Y quizás algunos aspectos de mi viaje también les darán una pausa a sus padres y familiares antes de que decidan cómo van a reaccionar ante las eventuales noticias. La batalla por la igualdad se gana ya que los corazones y las mentes que una vez se opusieron a nosotros se enfrentan a un conjunto de hechos diferente de los que se les enseñó.

 

Este viaje me ha enseñado una valiosa lección: que, ya seas homosexual o heterosexual, nunca es demasiado tarde para ser auténtico y sincero contigo mismo.

 

En cuanto a mi familia, todavía recibo correos electrónicos ocasionales tratando de venderme en terapia de conversión, pero recientemente en la boda de nuestro pariente, mi madre me dijo que si hay alguien especial en mi vida, ella quiere conocerlos. Soy optimista sobre el futuro y estoy listo para escribir el próximo capítulo de mi vida.