Cronología de todos los momentos en que Trump afirmó que el coronavirus no era un problema muy serio en EEUU, que los contagios pronto se reducirían a cero y que el Gobierno controlaba la situación.
Todo lo que Trump dijo durante semanas
para negar la gravedad de la crisis del coronavirus
Estados Unidos también tiene su Fernando Simón, incluso de mayor experiencia. Se llama Anthony Fauci, tiene 79 años, es doctor experto en inmunología y jugó un papel clave en la lucha contra el sida. Desde 1984 es el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y ahora es uno de los miembros del gabinete de crisis sobre el coronavirus en la Casa Blanca. Ha trabajado con gobiernos republicanos y demócratas y ha sido elogiado por políticos de los dos partidos.
Muy pronto pasó a ser la voz más autorizada de las comparecencias de miembros de la Administración en el Congreso y ante los medios. Donald Trump llegó a decir que se había convertido en "una estrella televisiva". Nunca embellece la realidad y da la respuesta más concisa y clara a preguntas complejas. Nunca ha prometido que una vacuna contra el coronavirus llegará muy pronto. Es una dosis permanente de realidad en un país en que algunos políticos que siguen negando la evidencia, como un senador republicano que ha dicho que miles de personas mueren en accidentes de tráfico y que no por eso se paraliza la economía.
Fauci no ha aparecido esta semana en dos días seguidos en las ruedas de prensa diarias de la Casa Blanca sobre el coronavirus, pero regresó al estrado el viernes. Pronto se hizo notar al afirmar que a día de hoy no es conveniente usar cloroquina, un fármaco para la malaria, como tratamiento contra el coronavirus si no se hacen antes las pruebas necesarias para confirmar que es útil y que no es contraproducente. El día anterior, Trump se había mostrado confiado en que la cloroquina pueda emplearse.
Estas citas informativas son monopolizadas por Trump y sus combates dialécticos habituales con los periodistas. El presidente de EEUU no para de llamar "virus chino" al coronavirus con la intención de contestar a las críticas al Gobierno norteamericano por su tardía y complaciente respuesta a la enfermedad, ni siquiera cuando los reporteros le dicen que esa denominación está provocando ataques a los estadounidenses de origen asiático.
Después de que el jueves Trump discutiera con los periodistas sobre esa expresión, el viernes la utilizó en el primer minuto de su intervención.
"Usted es un periodista horrible"
No quiere escuchar malas noticias ni previsiones pesimistas. "¿Qué diría a los americanos que se sienten atemorizados?", le preguntó un periodista de NBC. "Diría que usted es un periodista horrible. Eso es lo que le diría", respondió. Creo que esa es una pregunta desagradable. El pueblo americano quiere respuestas y esperanza, y usted está haciendo sensacionalismo".
En los últimos días, Trump ha dado un giro en su discurso y ya no oculta por completo la gravedad de la amenaza. La clave de su cambio, como en el caso de Boris Johnson en Reino Unido, ha sido un estudio de epidemiólogos del Imperial College de Londres, cuya proyección indica que si no se toman medidas drásticas en EEUU, pueden llegar a morir hasta 2,2 millones de personas.
Sin embargo, Trump había insistido durante semanas en que el problema no era muy serio en el país, que las infecciones pronto se reducirían a cero y que el Gobierno controlaba la situación.
Esta es una cronología de algunas de sus frases en esta crisis.
22 enero. "Todo va a ir bien. Lo tenemos todo bajo control".
24 enero. "Todo va a funcionar bien".
30 enero. "Creemos que lo tenemos todo bajo control".
2 febrero. "Prácticamente, hemos acabado con la llegada (de viajeros) desde China".
7 febrero. "Cuando el tiempo sea más caluroso, esperemos que el virus se haga más débil y finalmente desaparezca" (días después, incluso puso una fecha: "En abril, supuestamente morirá con el calor")
14 febrero. "Estamos en buena forma".
19 febrero. "Creo que todo va a ir bien".
24 febrero. "El coronavirus está muy controlado en Estados Unidos". "Me parece que la Bolsa empieza a tener buen aspecto".
25 febrero. "Pueden preguntar por el coronavirus, que está perfectamente bajo control en nuestro país. Hay unas pocas personas que lo tienen". "Estamos muy cerca de conseguir una vacuna".
26 febrero. "Gracias a todo lo que hemos hecho, el riesgo para el pueblo americano continúa siendo muy bajo". "Los 15 casos (de contagios) que hay ahora van a bajar en unos pocos días a cerca de cero". "Muy pronto serán cinco personas y podrían ser una o dos en muy poco tiempo".
28 febrero. "Va a desaparecer (por el coronavirus). Algún día, será como un milagro y habrá desaparecido".
2 marzo. "Creo que tendremos una vacuna relativamente pronto".
6 marzo. "Me gustan estas cosas. Realmente, lo entiendo. La gente se sorprende de que lo entienda. Todos estos doctores (presentes en la rueda de prensa) me dicen: '¿Cómo sabe tanto de esto?'. Quizá tenga una habilidad natural. Quizá debería haberme dedicado a esto en vez de presentarme a presidente".
10 marzo. "Desaparecerá. Mantengan la calma. Desaparecerá. Van a pasar muchas cosas buenas. El consumidor está preparado. El consumidor es muy poderoso en este país gracias a lo que hemos hecho con los recortes fiscales, con los recortes en normas reguladoras. El consumidor nunca ha estado en una mejor posición que ahora".
11 marzo. "Creo que estamos pasando por esto sin problemas".
12 marzo. "Va a desaparecer gracias a lo que yo hice y a lo que la Administración hizo con China. Tenemos sólo 32 fallecidos".
15 marzo. "Es un virus muy contagioso. Es increíble. Pero es algo sobre lo que tenemos un gran control". "No, no asumo ninguna responsabilidad (cuando una periodista le dijo que Fauci había dicho que no todo el mundo podía hacerse el test, cuando Trump había dicho que sí se podía, y que eso era un "fracaso").
16 marzo. "Si se refiere al virus, no, no está bajo control en ningún país del mundo".
17 marzo. "Siempre he sabido que esto es una pandemia real. Pensaba que era una pandemia mucho antes de que le llamaran pandemia".
En estos momentos, EEUU tiene más de 14.000 casos confirmados de coronavirus –una tercera parte de ellos en el Estado de Nueva York–, que han ocasionado 159 muertes.
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