Las crisis del VIH y Covid-19 se han desarrollado de manera similar con respuestas gubernamentales ineptas y la estigmatización de ciertos grupos.
Debido al coronavirus, los 7 millones de personas que viven en el área de la Bahía de San Francisco han estado a un paso de un cierre total desde el martes. En medio de todos los planes cancelados, las pequeñas empresas y las interrupciones en la vida cotidiana, se destaca otro aplazamiento conmovedor: el regreso del Memorial Project Aids Memorial Quilt al parque Golden Gate se ha retrasado. Una pandemia viral, una cuya escala no hemos captado completamente, ha interactuado con otra.
Muchos estadounidenses han establecido paralelismos entre el VIH y Covid-19, señalando la respuesta inepta del gobierno, la estigmatización de ciertos grupos y el heroísmo de los trabajadores de salud de primera línea. Como un reinicio macabro de un programa de televisión, algunas de las mismas personas han regresado. Deborah Birx , una doctora de VIH en el ejército de EE. UU. Que luego se convirtió en coordinadora de SIDA Global de los Estados Unidos, ahora se desempeña como coordinadora de respuesta para la fuerza de tarea del Coronavirus de la Casa Blanca. Anthony Fauci, inmunólogo, ha sido director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas desde 1984.
"Tuvimos otra epidemia silenciosa: el VIH", dijo Birx en una conferencia de prensa de la Casa Blanca el lunes. "Y solo quiero reconocer que la epidemia del VIH fue resuelta por la comunidad: los defensores del VIH y los activistas que se pusieron de pie cuando nadie escuchaba y llamaron la atención de todos".
Sus palabras son inequívocamente directas, pero para muchos, la comparación es cautelosa. El VIH ha matado a casi 40 millones de personas en todo el mundo desde principios de la década de 1980, aproximadamente 700,000 de las víctimas eran estadounidenses, casi 20,000 de ellas en San Francisco . El coronavirus no ha demostrado ser tan letal. Contratarlo ciertamente no es la sentencia de muerte que el VIH fue durante tantos años, y algunos defensores son reacios a impulsar la analogía.
"Ambos son virus, obviamente, y hay algunas partes superpuestas de esto que obviamente se pueden comparar", dice John Cunningham, el director ejecutivo del National Aids Memorial en San Francisco, que se había programado para debutar la colcha a principios Abril, por el 150 aniversario del parque Golden Gate. “Pero en su totalidad, nunca quisiera hacer esa comparación directa. Dicho esto, el National Aids Memorial y el Aids Quilt se toman muy en serio nuestra responsabilidad de compartir las historias de la epidemia y las historias de un virus trágico que sucedió en una comunidad ".
Que el área de la Bahía es un punto focal en ambas epidemias no se pierde con el activista de sida Cleve Jones. Cuando la ciudad de San Francisco se involucró en la lucha contra el VIH, estaba gastando más que el gobierno federal, dice.
"La similitud más evidente es que ambas pandemias comenzaron con las administraciones republicanas y un presidente republicano que no reconoció la gravedad de la situación", dice Jones. "Y el fracaso de una respuesta temprana fuerte tuvo consecuencias trágicas".
Las similitudes se extienden a la nomenclatura. En los primeros días, antes del término "enfermedad de inmunodeficiencia adquirida", Aids se conocía como Grid, por "inmunodeficiencia relacionada con los homosexuales", cuando no se llamaba simplemente "cáncer gay" o "peste gay", es decir . Cuando Donald Trump insiste en tuitear sobre el "virus chino", afirma estar jugando cara a cara con la propaganda del partido comunista de que el virus es de origen estadounidense . Pero ignora los peligros de hacer chivos expiatorios en un momento de pánico.
Los tropos racistas, como el estigma homofóbico hace 35 años, también pueden inspirar una falsa confianza en los grupos que presumen que no se verán afectados.
"En los primeros días de la epidemia de SIDA, nos dijeron que solo afectaba a las personas homosexuales", dice Jones, "cuyo resultado fue la muerte de decenas de millones de hombres, mujeres y sus hijos heterosexuales".
Pero antes de que se les dijera a los millones de residentes en el Área de la Bahía de los seis condados que se refugiaran en su lugar, un meme se había extendido ampliamente entre los estadounidenses LGBTQ +. Tiene dos paneles, superior e inferior. El superior dice: "Heterosexual: no puedo creer que el gobierno simplemente ignore una epidemia que amenaza miles de vidas". El panel inferior dice: "Gays: no dices ..." superpuesto sobre una imagen del edredón del Memorial del SIDA distribuido en el National Mall en Washington DC.
Es un poco duro y demasiado simplificado, tal vez. Pero la pregunta que presupone es válida en una región cercana al cierre, porque para algunas personas, el VIH y el coronavirus no están separados en absoluto. El miedo entre los sobrevivientes a largo plazo del VIH / SIDA es potente, según el Dr. Lary Abramson, un médico retirado de San Francisco que trató a pacientes durante las primeras fases de esa epidemia.
"Puedo decirles que las personas que conozco que actualmente están tomando medicamentos para el VIH, que han sobrevivido a nuestra plaga, están tomando precauciones extremas", dice. "No quieren acercarse a este coronavirus y están haciendo todo lo posible para seguir las pautas que los NIH están promulgando".
Para las generaciones más jóvenes, el instinto es esencialmente lo contrario: unirse en tiempos difíciles. Aunque posiblemente la aceptación social de las personas LGBTQ + nunca haya sido tan alta, las personas queer buscan refugio en los espacios queer. ¡Juanita MORE !, una conocida artista de drag de San Francisco cuyas fiestas han recaudado decenas de miles de dólares por diversas causas LGBT, tiene que equilibrar su defensa de la vida nocturna con un mensaje constante de "¡Quédate en casa!"
"Como madre de tantas personas en San Francisco, he notado que muchas personas están pasando un mal momento, y lo hicieron todo el tiempo hasta que se instaló la cuarentena", dice. “Cuando estábamos en el primer año de la crisis del SIDA, eso también fue difícil para mucha gente, y la razón era que todos acababan de llegar a San Francisco. Acababan de liberarse y salir, y nuevamente les dijeron que no podían. Esas comparaciones, para mí, son las mismas ”.
Hasta el jueves, unos 70 san franciscanos han dado positivo por coronavirus, mientras que aproximadamente 15,000 viven con el VIH. Para Cunningham del National Aids Memorial, el trauma persiste.
"Viví en Castro durante los días más oscuros de la epidemia", dice Cunningham, refiriéndose al famoso barrio gay de San Francisco. “Y desde que Covid-19 apareció en escena, ha habido una ola creciente de emociones dentro de mí y de otros. He tenido muchas conversaciones y está provocando mucho dolor y enojo sin resolver ”.
Pero, dice, el noble impulso de ayudarse unos a otros, dentro de los límites de una orden de refugio en el lugar, es un paralelismo bienvenido entre el VIH y el coronavirus.
“Lo que dio esperanza e impulsó a las personas a salir de lo que fue una tragedia, con la discriminación y los prejuicios y la falta de una respuesta del gobierno, vimos algunos de los mejores de la humanidad. Vimos vecinos ayudando a los vecinos. ... Algunos de los mejores ejemplos de lo que significa ser una comunidad nacieron allí".
Si las personas no pueden alimentarse entre sí, siempre podemos registrarnos con una llamada telefónica o con Zoom. Con respecto al liderazgo en salud pública bajo una administración presidencial republicana conservadora, Cunningham observa que es "irónico que dos de nuestros héroes, Anthony Fauci y Deborah Birx, estuvieran allí en los días de la crisis del SIDA y estén aquí hoy".
Jones también nota la surrealidad de su presencia.
"Una de las cosas que casi todos los sobrevivientes que conozco han comentado es lo inquietante que es verlos allí arriba sonriendo y asintiendo con la cabeza mientras este tonto continúa", dice. “Uno solo puede imaginar lo que está sucediendo dentro de su cabeza. Creo que ambos están, cada día, probablemente presentando los grados de daño: si criticaran demasiado a Trump, serían despedidos ".
De hecho, Fauci ha sido notablemente efusivo en sus elogios para el presidente. Pero para las enfermeras del hospital general de Zuckerberg San Francisco como Sasha Cuttler, la presencia tranquilizadora de figuras capaces en la cima no necesariamente se traduce en una respuesta adecuada en el terreno. Allí, también, una semejanza con los años de crisis del SIDA es inquietante.
“Lo que me sorprende es el desprecio casual de la voz de las enfermeras y otras personas en primera línea. Esa [comparación] no está apagada en absoluto ”, dice Cuttler, y agrega que han sido retirados de la enfermería de campo en represalia por hablar con los medios sobre la falta de urgencia y coordinación en las pruebas de Covid-19.
Como ocurrió con los pacientes de Sida durante la década de 1980 en el Ward 86 experimental y dirigido por enfermeras del hospital, los cuidadores de primera línea son "predominantemente mujeres y personas queer", agrega Cuttler. “Y lo estamos haciendo con amor y cuidado, dejando en claro a los pacientes que hacemos este trabajo porque es nuestro trabajo, y no les tenemos miedo ni los juzgamos. Ambas epidemias se utilizan para culpar a las personas de su propia enfermedad y hacer algo malo para propagarla.
Mientras tanto, la información errónea ha continuado sin cesar, en gran parte de voces prominentes. Al mostrar una considerable ignorancia de por qué se instó a los residentes del Área de la Bahía a quedarse en casa, y de cómo funcionan los medicamentos contemporáneos contra el VIH, el comentarista conservador Mark Steyn comentó en el programa de Rush Limbaugh que "Es una gran ciudad gay, San Francisco, y están los que tienen todos los sistemas inmunes comprometidos de todos los inhibidores de la proteasa y todo lo demás. Y no quieren que todos los gays caigan muertos bajo la vigilancia del alcalde de San Francisco ".
Esas palabras podrían haber sido pronunciadas el martes o cualquier martes de 1986.
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