Las mejores mascarillas del mundo son las de Jakub y Dawid Mycek-Kwiecinski, una pareja gay residente de Polonia que, para luchar contra la pandemia de coronavirus y de paso contra la homofobia, cosieron con los colores de la bandera LGBT.
Los enamorados ahora regalan sus bonitos cubrebocas en las calles, a las que salen únicamente para repartirlas y protegidos con todas las medidas de protección, pensando que con este granito de arena pueden llevar un poco de alegría al mundo.
"Muchas personas llaman a los homosexuales una plaga, por lo que pensamos que podríamos ayudarlos a cambiar de opinión aportando nuestro granito en una plaga real", contó uno de los jóvenes a medios locales.
Para hacerse de 300 mascarillas, le pidieron a su abuelita una máquina de coser y pudieron manos a la obra hasta que las publicaron en Facebook, donde cientos de personas comenzaron a preguntarles cuál era su precio, así que optaron por comprar más material y se lo hicieron llegar a sus fans, quienes se prestaron para hacer la mano de obra.
Pero esta no es la primera vez que los Mycek-Kwiecinski se convierten en un éxito viral con sus increíbles videos para normalizar la diversidad sexual y de género, pues en 2017, su canción de Navidad celebrando a las familias LGBT se convirtió en la sorpresa número uno de Polonia.
No obstante, su país de residencia no reconoce su relación y esta es la razón por la que la pareja gay viajó a España a celebrar su boda. Asimismo, Jakub informó que no sólo el matrimonio entre personas del mismo sexo es ilegal en Polonia, sino que también lo despidieron de su trabajo como presentador de televisión debido a su orientación sexual e identidad de género.
Jakub Kwiecinski y Dawid Mycek documentaron su filantropía en un video de YouTube , destacando el amor y el aprecio que recibieron por el equipo de protección personal con el tema del Orgullo. La respuesta positiva fue conmovedora y, francamente, sorprendente, considerando lo hostil que Polonia ha sido históricamente (y recientemente) hacia las personas LGBT y la igualdad queer.
Un tercio de los municipios de la nación aprobó resoluciones en los últimos años que prohíben la "propaganda LGBT" y se declaran "pro-familia". Los activistas han llamado a estas áreas, que se suman a una masa de tierra más grande que la nación de Hungría, como zonas "libres de LGBT".
Las relaciones entre personas del mismo sexo no se reconocen allí y las personas LGBT son frecuentemente utilizadas como chivos expiatorios por los políticos en la nación profundamente conservadora, que toma muchas señales de la cercana Rusia. Dos nuevos proyectos de ley actualmente en estudio clasifican la homosexualidad como pedofilia.
Aún así, Kwiecinski y Mycek no muestran temor en su video, sonriendo y charlando con peatones curiosos en su ciudad natal de Gdansk, en el norte de Polonia. Quizás algunos no estaban familiarizados con el simbolismo de las máscaras, aunque muchas personas, especialmente las mujeres jóvenes, estaban involucradas en la "propaganda".
Kwiecinski y Mycek, que hicieron las aproximadamente 300 máscaras con unos amigos y una máquina de coser prestada, le dicen a un hombre mayor: "Es un arcoíris y sé que eres nuestro aliado".
Él responde diciendo: "No estoy en contra". Incluso un oficial de seguridad de aspecto severo llena de gratitud a los hombres homosexuales. Pequeñas victorias.
Kwiecinski y Mycek cierran su video con una declaración que resume uno de los objetivos de su esfuerzo: Estamos cansados, pero felices, porque resulta genial, ya que resulta que el arcoíris no ofende, no infecta, pero puede proteger personas de una amenaza real.