ES una lástima que las normas que rigen dentro de la organización que confecciona y actualiza el Libro Guinness de Récords Mundiales no incluyan ciertos récords en materia política y social que podrían asombrar más que muchos otros que sí aparecen en dicho libro.
En Cuba se han implantado al menos cuatro récords mundiales absolutos que debieran figurar en tan célebre registro de plusmarcas impresionantes. Sin orden de prioridad tenemos que Fidel Castro es el único hombre en la historia que sin ser emperador, rey, príncipe, o califa, ha estado más tiempo en el poder: 52 años, tres meses y 18 días.
En tanto, su hermano, el general Raúl Castro, es el único político profesional —o sea, no monarca— en el mundo que como presidente, vicepresidente, o "número uno" (por encabezar el Partido Comunista), ha estado en el poder durante 61 años consecutivos. Y Castro II es también el único ministro de Defensa que ha ocupado ese cargo durante 49 años consecutivos, siendo a la vez el vicepresidente del país.
Pero la más insólita plusmarca castrista, y más difícil de igualar algún día, es que la máxima dirigencia política cubana es la más anciana que ha existido nunca en la historia de la humanidad.
Y un quinto récord adicional es que no se conoce en el mundo otro político que haya sido ministro de un Gobierno durante 40 años consecutivos (1972-2012), incluyendo 34 años como vicepresidente de la nación, como lo fue José Ramón "El Gallego" Fernández, fallecido en 2019 a los 95 años. Fue ministro desde los 49 años de edad hasta los 89.
Edad promedio del "top" del poder: 89 años
Resulta una aberración que la máxima cúpula de poder político en Cuba, integrada por los tres comandantes históricos de la Sierra Maestra más poderosos y que son los que de veras gobiernan y no los cargos que están establecidos en la Constitución, suman entre los tres 267 años.
El dictador Raúl Castro en junio cumplirá 89 años, José Ramón Machado Ventura cumplirá 90 en octubre y Ramiro Valdés ya tiene 88 años. O sea, 89 años es la edad promedio del "top" histórico de máximo poder. En la historia de la civilización no ha habido jamás un caso ni parecido. Y aquí no vale decir "en la historia moderna", pues en tiempos pretéritos la expectativa de vida era mucho más baja que hoy.
Hay más, en ninguna monarquía, imperio o califato hubo nunca simultáneamente un rey de 89 años con un primer ministro de 90 años y un canciller de 88 (esa sería la equivalencia monárquica de Castro II, Machado y Ramiro). La reina Isabel II de Gran Bretaña tiene 94 años de edad y lleva 68 de reinado, pero el primer ministro Boris Johnson tiene 56 años y el canciller Dominic Raab tiene 46. El rey Luis XIV de Francia murió con 79 años y 72 de reinado, pero sus primeros ministros no llegaron a muy viejos; el cardenal Mazarino vivió 59 años, Jean Baptiste Colbert 64 años, y el marqués de Louvois, 50 años.
En Cuba, en cambio, varios de los principales jefes guerrilleros de los que en enero de 1959 asaltaron el poder junto con los Castro, 61 años después siguen mandando, por encima del Partido Comunista, el Gobierno, el Estado y la Asamblea Nacional.
Los históricos de 1959 siguen al mando 61 años después
Ellos conforman de facto una Junta Militar que, encabezada por el dictador, es la máxima instancia de poder en la Isla, no importa lo que diga la Constitución en su Artículo 5: "El Partido Comunista es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado".
Claro, el mundo trata como jefe de Estado y número uno de Cuba a Miguel Díaz-Canel, y cree que hay un primer ministro y un gabinete que gobierna, que el canciller dirige la política exterior, y que Esteban Lazo es el presidente de un Parlamento.
Craso error. Son dirigentes de segunda clase, subordinados a ese grupo de militares, en el que hay también generales que no son ancianos pero que no son históricos. Uno de ellos es Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, zar de las empresas militares porque es el padre del nieto preferido del dictador. Los jefes de los tres ejércitos tampoco son históricos.
Ni siquiera los integrantes del Buró Político no históricos pueden decidir nada decisivo en Cuba si no lo aprueban los jefazos de la Junta Militar, que es además invisible, no tiene corporeidad física e institucional, no existe formalmente. Actúa tras bambalinas, en la sombra.
Al trío todopoderoso citado siguen en poder real político-militar los exguerrilleros históricos y hoy generales de tres estrellas Leopoldo Cintras Frías, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR, de 79 años); Alvaro López Miera (77), viceministro primero de las FAR y jefe del Estado Mayor; Joaquín Quintas Solá (82) y Ramón Espinosa (81).
Otros históricos miembros de la exclusivísima elite castrista son el comandante José R. Balaguer (88), jefe del canciller Bruno Rodríguez; el general Ulises Rosales del Toro (78); el comandante Guillermo García Frías, de 92 años; y el general Abelardo Colomé Ibarra, 81 años.
Esos 11 generales y comandantes constituyen la creme de la creme histórica y suprema del castrismo y suman entre todos casi un milenio: 925 años. La edad promedio del Consejo de Ancianos que manda en Cuba es de 84 años.
Fidel Castro se burlaba de los "vejestorios" soviéticos
Sin embargo, la edad promedio de los principales dirigentes comunistas de China, Vietnam y Corea del Norte no llega a los 70 años. Y en la Unión Soviética y demás países comunistas de Europa nunca superó los 73 o 74 años. Los más viejos eran los jefes, y Stalin murió a los 75 años, Mao a los 83, Ho Chi Mihn a los 79 y Kim Il Sung a los 82. Ninguno de ellos cumplió 90, ni 89 años, como los Castro.
Lo irónico es que hasta principio de los años 80 Fidel Castro y toda la cúpula castrista se burlaban de los "vejestorios" de la cúpula gubernamental y partidista de la Unión Soviética y de Europa del Este, China, Vietnam, Mongolia y Corea del Norte.
Hay testigos, entre ellos quien escribe estas líneas, de cómo el caudillo se burlaba de la ancianidad de los dirigentes "amigos". Y de cómo estaba preocupado de que a la muerte de Leonid Brezhnev (en 1982) ocupara su puesto Mijail Suslov, el número dos del Kremlin por ser el ideólogo del Partido Comunista desde los tiempos de Stalin. Según Castro, Suslov con 79 años era muy viejo para asumir el cargo. Finalmente Suslov murió y nombraron al "joven" Yuri Andropov, de 68 años.
Tal y como van las cosas, luego de que en algún momento la pandemia del Covid-19 pueda ser controlada en la Isla ocurrirán cambios, y no los que están ya "planificados" por el dictador, que anunció que en 2021 dejará su cargo de jefe del PCC y que probablemente su relevo será Díaz-Canel. Ese cambio previsto sería una farsa, pues el general mientras viva seguirá siendo el jefe de jefes ("por derecho propio", dirá él) y continuará rodeado de su Junta Militar.
Sin embargo, en dependencia del devastador impacto que ya se sabe tendrá en la economía y la sociedad cubana el Covid-19 los cambios podrían ser otros, e inevitables, pues esos ancianos históricos ya no tendrán la capacidad física, ni mental para evitarlos.
Por lo pronto es importante que la comunidad mundial conozca no solo lo que esos comandantes históricos han hecho sufrir a sus compatriotas durante seis décadas, y cómo empobrecieron el país a niveles africanos, sino los récords nefastos impuestos a nivel mundial.