“Ninguna persona adulta debería ser juzgada, despreciada o discriminada por amar a otra persona adulta ni por querer constituir una familia con ella”, defienden miembros de la comunidad LGBTIQ y aliados en una carta dirigida a la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Gobierno de Cuba.
Las más de mil firmas reunidas en menos de 24 horas en la plataforma Change.org las encabezan medio centenar de ciudadanos cubanos entre cineastas, teatristas, actores y actrices, pintores, músicos, periodistas, diseñadores y activistas de distintas generaciones, radicados tanto dentro como fuera de la isla. Según varios de los firmantes, más que una petición, se trata de una declaración.
El mensaje “Sensibilizar, reflexionar y multiplicar la solidaridad con la comunidad LGBTIQ” lanzado por la Plataforma 11M ve la luz como reacción a un rebrote conservadurista que tuvo su más reciente expresión en una publicación compartida por la cantante cubana Danay Suárez en Facebook. La artista se hizo eco de un texto que fuerza una equivalencia entre hechos que legitiman a la comunidad sexodiversa, y presuntos argumentos que respaldarían también la pedofilia. De ahí que la carta de marras insista en la adultez como condición sine qua non para gozar del derecho de ejercer libremente la sexualidad, y se detenga en otros errores conceptuales del post en cuestión.
A un año de la primera manifestación autoconvocada en Cuba en las últimas décadas, el 11 de mayo de 2019, actores de la comunidad LGBTIQ han creado esta plataforma, que escogió como nombre la fecha, y se propone establecer bases de diálogo y debate sobre asuntos de interés para la comunidad, en los que el matrimonio igualitario, de cara al nuevo Código de Familia, ocupa un lugar central.
Durante el debate previo a la reforma constitucional en Cuba, hubo campañas religiosas que se desplegaron en el espacio público, incluso físicamente, con el objetivo de rechazar el artículo 68 del anteproyecto. Este describía el matrimonio como la unión “entre dos personas”, dejando la puerta abierta a que los cónyuges fueran del mismo sexo.
La redacción final del texto constitucional, llevado a referendo y aprobado en febrero de 2019, eliminó esta formulación. Si bien suprimió a la vez la condición antes vigente que rezaba “entre un hombre y una mujer”, la palabra “personas” ya habilitaba de facto el matrimonio igualitario y el hecho de que fuera removida canceló esa posibilidad inmediata.
Las autoridades anunciaron entonces que los detalles sobre la composición del matrimonio quedarían contemplados en un nuevo Código de las Familias, a ser aprobado en un plazo de hasta dos años, previo plebiscito. Según el cronograma legislativo disponible en el sitio oficial de la Asamblea Nacional, será en diciembre de 2021.
“Es necesario que se reconozca el derecho a unirse legalmente en Cuba, en la modalidad que se prefiera, ya sea matrimonio, unión civil, etcétera, para toda la ciudadanía”, afirma el documento de la Plataforma 11M. Por eso llama a “continuar luchando por el reconocimiento de ese derecho en el Código de las Familias”, especificando que debe incluirse sin ir a referéndum: “Los derechos humanos son universales y no se plebiscitan”.
“Por primera vez desde 1959 se recurrirá a plebiscito para aprobar una ley”, apuntó en octubre pasado el profesor e investigador Julio César Guanche, firmante de la carta. “(…) llevar a referendo el matrimonio igualitario es plebiscitar el derecho humano a no ser discriminado”, añadió, refiriéndose a un derecho por demás reconocido en el Artículo 41 de la Constitución cubana.
En cuanto al alcance de contenidos como el promovido los últimos días por Danay Suárez, quien se ha convertido en vocera de conservadurismos religiosos, el documento establece que “las iglesias no pueden pretender incidir de manera alguna en el funcionamiento jurídico de una república, como tampoco que sus creencias regulen los derechos y deberes del Estado y de los ciudadanos”.
El mensaje exhorta “a todas las figuras públicas cuya voz tenga un alcance social relevante (…) a actuar con responsabilidad a la hora de compartir información en sus redes sociales o espacios públicos”. En la era del relativismo y la posverdad, en la que reconocer que no todas las opiniones son legítimas es tabú, la carta hace la salvedad: “todas las personas tenemos derecho a opinar, pero no a reproducir mentiras que dañan a otras personas, promueven discursos de odio y reproducen la discriminación de grupos históricamente discriminados y violentados”.
Roberto Ramos Mori, diseñador y uno de los actores más visibles de la comunidad y de más presencia en redes sociales, dice que el mensaje está movido por “la preocupación de cómo avanza esa agenda de una parte de la comunidad religiosa en Cuba, específicamente los más fundamentalistas, cuando ni siquiera el texto bíblico habla de esa familia heteronormativa que ellos presentan como ‘diseño original’”.
“En la Biblia hay familias nucleares poligámicas, familias extensas, monoparentales, ensambladas y nucleares monogámicas. Aparecen también de forma más velada relaciones de pareja homoafectivas”, se lee en una declaración anterior de la 11M.
Isbel Díaz, escritor y activista afirma que “la declaración pone en claro varios conceptos que están siendo manipulados por quienes desean boicotear la posibilidad del matrimonio igualitario en Cuba; y ello incluye al mismo Gobierno con su estrategia conservadora de plebiscitar nuestros derechos”.
Díaz considera que la comunidad LGBTIQ en Cuba “ha aumentado en conectividad digital, acceso a la información, y también en su tejido de relaciones a nivel horizontal”, incluyendo alianzas con “personas que participan de proyectos diversos, con perspectivas político-ideológicas diferentes, y hasta quienes no integran directamente la comunidad”.
“Nos falta muchísimo para blindar nuestros derechos con una legislación efectiva que nos garantice protección. Aquí entra el matrimonio igualitario, pero también una Ley de Identidad de Género, una Ley Integral contra las Discriminaciones, y otras”, explicó a elTOQUE.
Este 19 de junio se conoció una noticia que podría sentar precedente en la isla: el Registro del Estado Civil cubano otorgó a dos mujeres el certificado de nacimiento de su bebé, emitido por el Ministerio de Justicia, donde ambas figuran como madres.
El matrimonio igualitario es un derecho del que gozan hoy día los ciudadanos de al menos treinta países del mundo; otra veintena reconoce las uniones civiles. En América Latina, Costa Rica es el de más reciente incorporación, el pasado mayo. En Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay este derecho está garantizado por ley, mientras que en México solamente en algunos de sus 32 estados. Chile y Ecuador reconocen uniones civiles.