Federico García Lorca siempre será un referente en la cultura LGTB. Su asesinato en agosto de 1936 por el recién iniciado régimen franquista ha convertido al poeta en todo un mito. Y es que Lorca, pese a la época que le tocó vivir, plasmó sus sentimientos y su homosexualidad en gran parte de su obra, que desde el pasado 11 de mayo ya es un Bien de Interés Cultural. Estos sentimientos, mezclados con la tradición andaluza más arraigada, hacen de los teatros y poemas de Lorca un buen retrato del costumbrismo andaluz de principios del siglo XX.
Lorca nunca escondió su homosexualidad. En obras como Sonetos del amor oscuro, precisamente el poeta hace referencia a este “amor oscuro”, que no es otro que el amor homosexual, y es por ello que estas composiciones se nos muestran como un fragmento valiente y sincero de la producción poética del poeta granadino.
«Tú nunca entenderás lo que te quiero / porque duermes en mí y estás dormido / yo te oculto llorando, perseguido / por una voz de penetrante acero». Sonetos del Amor Oscuro. Federico García Lorca.
Federico fue asesinado, según revela un informe hallado en Granada en 1965, por “cometer prácticas de homosexualismo”. Esto lo convirtió automáticamente en símbolo universal de la homosexualidad. Durante años a pesar de las infinitas referencias a su condición gay en los textos de sus obras, la tendencia sexual de García Lorca fue obviada y olvidada de los estudios sobre su literatura. Con la llegada de la democracia a nuestro país, la poesía de Lorca fue reinterpretada y leída con todos los matices que el poeta de Fuente Vaqueros implementaba en sus poemas.
Este veto a la homosexualidad de Lorca fue tan estricto, que incluso su sentencia de muerte habla de “una aberración que llegó a ser vox pópuli, pero lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto”, de esta forma se evitaba implicar a alguien más en tal “delito”. Pero Lorca no fue el único poeta de la Generación de 27 en dejar entrever a través de su obra su homosexualidad. De hecho, el granadino entabló amistad con Emilio Prados, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre o el Nobel sevillano Vicente Aleixandre.
La obra de Lorca está plagada, aún hoy en día de misterio. Aún queda mucho por estudiar de este poeta granadino que, a pesar de todo, luchó por su libertad, hasta el punto de morir por ella. A día de hoy aún no sabemos donde descansan los restos de Federico García Lorca. En tiempos en los que la ultraderecha vuelve a tener voz y voto, solo tenemos que recordar que muchos murieron defendiendo la libertad que hoy hemos conseguido. Por ellxs, y por nosotrxs, no debemos dar ni un paso atrás.
«Deja el duro marfil de mi cabeza, / apiádate de mí, ¡rompe mi duelo! / ¡que soy amor, que soy naturaleza!» Federico García Lorca.