Si no escribo estas palabras estaría negándome a mí mismo y a mi historia. No conozco personalmente a ninguno de los muchachos de San Isidro, pero eso no es lo que importa hoy. Cualquier ser humano que esté dispuesto a morir por una causa, sea cual sea, merece ser escuchado con respeto.
Soy humano, no me pidas entonces que mire hacia otro lado. No seré cómplice del silencio del coro.
Veo con mucha tristeza y vergüenza a donde hemos llegado. ¿Qué nos ha pasado?
Sobre las líneas de mis canciones viajan muchas heridas invisibles. Hace varias décadas atrás, cuando esos muchachos de San Isidro eran solo unos niños o no habían nacido, mis canciones y yo ya estábamos pasando por algo parecido. También quisieron apagarme, borrarme, marginarme, censurarme y, como a una gran parte de mi generación que no aguantó la presión, invitarme a irme de Cuba.
Lo increíble es que muchos de los que desde el mismo poder me acusaron y persiguieron, finalmente terminaron largándose de aquí. ¿Y entonces? Yo jamás acusé a ninguno de mercenario por irse, por traicionar lo que ellos supuestamente defendían. Simplemente seguí siendo yo, “sentado en el contén del barrio”, haciendo mi obra.
No se puede ir por ahí pregonando que los cubanos somos los más valientes, “el hombre nuevo y solidario”, el ser humano modelo que sueña y desea un mundo mejor, si primero no soñamos y peleamos para tener un país mejor. Un país que verdaderamente nos incluya a todos, estén donde estén, piensen como piensen. Ya es hora de sentarse a dialogar y a escucharse, porque todos, vivamos donde vivamos, pensemos como pensemos, seguimos siendo parte de esta nación. Los de San Isidro también forman parte de este país. Tener diferencias ideológicas, generar cambios, pensar caminos distintos para construir la polifonía de voces de un país, es legítimo y sano. Eso no debería decidirlo, ni limitarlo, mucho menos regularlo un gobierno en nombre de una u otra ideología. ¿Con qué derecho alguien puede decidir quién es artista y quién no? ¿Quién es cubano y quién no?.
Ser crítico en la sociedad en la que uno vive tiene que ser un derecho intocable. Si a todos los que tengan ideas críticas, opuestas y diferentes los amenazan, agreden, censuran, regulan y encierran, entonces terminaremos presos de conciencia muchos millones de habitantes.
Que un pueblo haga silencio no significa que no piense.
No se puede seguir cortándole las alas a la libertad de expresión, a la libertad de pensamiento y a la libertad individual que es en el siglo XXI, un derecho fundamental de todo ser humano.
Esa no es la Cuba que yo soñé.
Todo lo que está sucediendo puede llegar a ser contradictorio con el cartel y el eslogan de “Cuba Salva”.
Los actos de repudio entre cubanos, hombres y mujeres insultando, golpeando e injuriando nunca debieron ocurrir. Estos gestos infames seguirán siendo una vergüenza nacional. Los actos de repudio deben parar de una vez y por todas. Esa intolerancia hacia lo
diferente, ese miedo al debate, a lo alternativo y opuesto la llevamos inoculada en la sangre y resulta una verdadera mancha a nuestra identidad. Miles de cubanos que participaron en los actos de repudio de los ochenta y noventa ahora viven lejos de esta isla. Algunos enmudecen de vergüenza, muchos hoy piensan diferente, pero saben que solo hay un culpable: el miedo. El miedo puede mover masas, basta con seguir atentamente la historia de la humanidad.
Lo que pase en Cuba y a los cubanos estén donde estén me lastima, me hiere y me duele.
Como he dicho antes, no conozco a los muchachos de San Isidro, pero eso no es lo que importa hoy. Ellos son también jóvenes y rebeldes a su manera y si ahora están haciendo una huelga de hambre para defender su derecho a pensar diferente y a expresarlo libremente hay que escucharlos.
Ya es hora de sentarse a dialogar.
¿Es tan difícil eso? ¿Tan largos fueron los monólogos que olvidamos escuchar?
Ellos están defendiendo sus derechos que son también los de muchos que hoy se esconden detrás del silencio. Los mismos derechos por los que yo he luchado durante 35 años escribiendo canciones; el derecho a pensar y expresarse libremente.
¿Será que tendremos que borrar de una vez la palabra DIALOGO del diccionario de cubanismos?
Si yo no escribo estas palabras estaría negando mi necesidad de defender y apostar por el diálogo como el mejor camino para luchar contra la violencia.
Rodeado de amenazas y conjeturas, nacieron buena parte de mis canciones, al calor de la censura y el silencio de los otros. ¿Cuándo serán escuchados los nietos de Guillermo Tell? Ahora ellos tienen la palabra.
If I don't write these words i would be denying myself and my story. I don't personally know any of the San Isidro boys, but that's not what matters today. Any human being who is willing to die for a cause, whatever, deserves to be heard with respect. I'm human, don't ask me to look away then. I will not be complicit in the silence of the choir. I see with great sadness and shame where we have come to. What happened to us? Over the lines of my songs travel many invisible wounds. Several decades ago, when those San Isidro boys were just children or unborn, my songs and I were already going through something like this. They also wanted to turn me off, delete me, marginalize me, censor me and, like a large part of my generation that didn't stand the pressure, invite me to leave Cuba. The amazing thing is that many of those who from the same power accused and pursued me, finally ended up getting out of here. And then? I never accused anyone of a mercenary for leaving, for betraying what they allegedly defended. Just kept being me, ′′ sitting in the neighborhood contag ", doing my work. You can't go around claiming that Cubans are the bravest, ′′ the new and supportive man ", the model human being who dreams and wants a better world, if first we don't dream and fight to have a better country. A country that truly includes us all, wherever you are, think as you think. It's time to sit down and dialogue and listen, because everyone, live where we live, think as we think, we remain part of this nation. San Isidro are part of this country too. Have ideological differences, generate change, think different paths to build a country's polyphony of voices, it's legit and healthy. That shouldn't be decided, nor limited, much less regulated by a government in the name of one ideology. By what right can someone decide who is an artist and who is not? Who is Cuban and who is not? Being critical in the society in which one lives has to be an untouchable right. If everyone who has critical, opposite and different ideas threatens, assaults, censors, regulates and locks up, then we will end up prisoners of conscience many millions of people. Just because a people are silent doesn't mean they don't think. You can no longer cut the wings of freedom of expression, freedom of thought and individual freedom that is in the st century, a fundamental right of every human being. That's not the Cuba I dreamed of. Everything that is happening may become conflicting with the poster and slogan of ′′ Cuba Salva ". Acts of repudiation between Cubans, men and women insulting, beating and insulting should never have happened. These infamous gestures will remain a national shame. Acts of repudiation must stop once and for all. That bigotry to it different, that fear of debate, the alternative and opposite we have inoculated in our blood and it is a real stain on our identity. Thousands of Cubans who participated in the acts of repudiation of the eighties and nineties now live far from this island. Some muddy with shame, many today think differently, but know there is only one guilty: fear. Fear can move masses, just follow the history of mankind closely. Whatever happens in Cuba and Cubans wherever they are hurts me, hurts and hurts me. Like I've said before, I don't know the San Isidro boys, but that's not what matters today. Them they are also young and rebellious in their own way and if they are now going on a hunger strike to defend their right to think differently and express it freely you must listen to them. It's time to sit down and dialogue. Is that so hard? Were the monologues so long that we forgot to listen? They are defending their rights which are also those of many who are hiding behind silence today. Same rights I've fought for for for 35 years writing songs; the right to think and express myself freely. Is that even a crime? Will we have to delete the word DIALOGO from the Cubanism dictionary at once? If I don't write these words i would be denying my need to defend and bet on dialogue as the best way to fight violence. Surrounded by threats and guesses, good part of my songs were born, in the heat of censorship and silence of others. When will the grandchildren of Guillermo Tell be heard? Now they have the floor.
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