|
De: CUBA ETERNA (Mensaje original) |
Enviado: 31/12/2020 14:40 |
La cantante cubana Farah María falleció en La Habana este 30 de diciembre de 2020 después de batallar con la enfermedad de Alzheimer. Había cumplido 76 años el 7 de diciembre.
Muere Farah María, la Gacela de Cuba, a los 76 años
La cantante Farah María, uno de los símbolos sexuales más duraderos de la escena artística cubana, falleció este miércoles a los 76 años, que había cumplido recién el 7 de diciembre, informó el Ministerio de Cultura.
"El Instituto Cubano de la Música lamenta el fallecimiento de Farah María hoy 30 de diciembre. Farah comenzó muy temprano su carrera y fue símbolo de la gracia, la sensualidad y la belleza mestiza cubana. Fue una cantante notable que supo elegir su repertorio y demostró su indiscutible elegancia y dominio en el escenario", indicó la entidad estatal en sus redes sociales, sin ofrecer otros detalles.
Después de estudiar canto, danza y expresión corporal, e integrar con apenas 15 años el cuerpo de modelos del cabaret del Hotel Capri, con el dúo Las Tropicales, se dio conocer como la voz femenina del popular cuarteto vocal Los Meme, de Meme Solís, donde sustituyó a Moraima Secada, y junto a Héctor Téllez y Miguel Ángel Piña.
En 1969, tras la disolución del cuarteto y la censura sufrida por Meme Solís, Farah María comenzó su carrera como solista, combinando su interpretación vocal con gestos y desplazamientos danzarios que la convirtieron en una de las figuras más sensuales de la escena de la época.
Su repertorio incluyó sones, guarachas, cha cha chá, pero sobre todo canciones románticas. Para ella compusieron Adolfo Guzmán, Juan Almeida, Meme Solís, Eddy Gaytán, entre otros. Compartió escenario en el Gran Teatro de La Habana con Josephine Baker y Bola de Nieve.
Participó con frecuencia en los festivales de la canción de países del campo socialista europeo en representación de Cuba. Entre otros, fue Primer Premio de Interpretación en el Festival de Dresde, de la desaparecida República Democrática Alemana; Gran Premio del Festival Orfeo de Oro, de Bulgaria; y Primer Premio de Interpretación en el Festival de Sopot, Polonia.
También fue invitada especial en festivales como Melodías Amigas, de la Unión Soviética, el de Viña del Mar en Chile, y en Benidorm, España, e hizo giras artísticas por Italia, México, Panamá, Colombia y España, entre otros países.
Se desempeñó también como actriz en El jinete sin cabeza, coproducción entre Cuba y la URSS, y en la década de los años 80 protagonizó junto al cantante Alfredo Rodríguez la comedia musical Lola a la pelota. También fue actriz invitada en Verde verde (2012), del realizador cubano Enrique Pineda Barnet.
Farah María es uno de los símbolos permanentes de la comunidad gay de la Isla, cuya escena le ha rendido homenaje.
En España, donde residió, compartió con figuras como Carlos Cano, Caco Senante, Enrique Morente, Pepe Habichuela, Miguel Ríos, Joaquín Sabina, y Pablo Milanés. En ese país produjo dos discos.
El cantautor cubano Descemer Bueno, quien era su sobrino, lamentó el fallecimiento de la artista: "Hoy es un día muy triste para toda mi familia. Porque ella siempre fue una esperanza, un orgullo, toda su dulzura y su esplendor siempre vivirán en mi recuerdo, mi querida tía", escribió en Facebook.
También Alexis Valdes la recordó en su muro de Facebook: "La primera novia de los chicos de mi época. La mujer de los sueños de los hombres de los 70 y principios de los 80. Después aparecieron otras cantantes sensuales. Pero ella fue la más sensual cuando casi era una ofensa... Una artista imprescindible de mi tiempo. Un icono. La reina de los gays de La Habana. La Farah".
UNA CARRERA MULTIFACÉTICA
Artista versátil, incursionó en la balada, el bolero, el pop, el chachachá y el son cubano.
Dio sus primeros pasos en el arte cuando participó siendo niña en un concurso de radio donde interpretó el tema Estrellita del sur. El premio fue un cake.
Su carrera profesional se inició como modelo de las grandes producciones del hotel Capri a principio de la década de 1960.
Tras ganar tablas en la pista del Salón Rojo del famoso hotel, integró el dúo Las Tropicales hasta que pasó a formar parte del cuarteto de Meme Solís, donde brilló por su elegancia y su estilo refinado.
“Farah era mi confidente y mi amiga”, expresó a el Nuevo Herald Meme Solís, muy apesadumbrado por la pérdida. “Fue una artista que formé a mi gusto, algo que pude hacer por su sentido de la disciplina, su voz superafinada y su impactante presencia escénica. Por esa razón Los Meme llegaron al corazón del pueblo”.
Solís descubrió a la cantante cuando era “la mejor modelo del Capri” y la incorporó a su cuarteto en sustitución de Moraima Secada.
De esa época se recuerda la participación de Farah María en el show Consuelito en el circo, que hizo historia en el hotel Internacional de Varadero, en los principales programas de televisión y sus interpretaciones de El torrente y Sans toi, entre otros temas que acapararon la atención de los oyentes del espacio de Radio Progreso A solas contigo, donde el cuarteto compartió cartel con la legendaria Elena Burke.
La cantante Mirtha Medina, que trabajó con Farah María en varias ocasiones, destacó su versatilidad y amabilidad.
“Siempre fue afable y alegre. Nunca la vi enojada. Era una buena compañera de trabajo que jamás entró en rivalidades. Siento mucho mucho su partida”, expresó.
Junto a Rosita Fornés, Martha Strada y Leonora Rega, Farah María fue favorita entre la comunidad gay de la isla que les demostró su cariño y lealtad con la asistencia a sus espectáculos.
“La consideraba como una hermana más”, dijo Annia Linares. “Como las dos somos del signo de Sagitario nos prometimos llamarnos siempre el día de nuestros cumpleaños. Lamentablemente, ella no pudo felicitarme el 5 de diciembre ni yo pude hacerlo el 7, que es el suyo, por su enfermedad”, dijo Linares, indicando que “Cuba ha perdido a su bella Gacela”.
Muchos artistas han destacado el lado humano de Farah María, que dejó huella también en el cantautor Osvaldo Rodríguez.
“Era una persona muy sencilla y comunicativa”, dijo Rodríguez. “Cuando me pidió Las seis cuerdas de mi guitarra para sumarla a su repertorio me asombró, porque no me la imaginaba en su estilo. Sin embargo, hizo una creación de ella”
Entre sus premios destacan el primer lugar en Festival de la Canción de Tokio, en 1974, con El recuerdo de aquel largo viaje. Con Un cuento obtuvo varios reconocimientos en el Festival de Sopot 77.
En España, donde residió más de dos décadas, Farah María compartió momentos de su carrera con artistas como Enrique Morente, Pepe Habichuela y Joaquín Sabina.
Grabó los discos Qué manera de quererte, de música cubana, y una recopilación de los mejores boleros del compositor español Maestro García Morcillo, Farah María canta al bolero español.
“Vivo en Madrid por mi carrera artística, por mi trabajo pero mi residencia está en Cuba; allá está mi hija, mi gente, mis muertos en el cementerio... Allá vuelvo siempre, jamas me exiliaré”, dijo Farah en una entrevista para El País en 1994.
Con todos los problemas que tiene mi país, tengo que volver, es parte de mi vida y allí me esperan con los brazos abiertos, me adoran, los viejitos y los niños, la televisión. Paso aquí ocho meses al año”.
Cuba perdió también este año a su vedette más importante, Rosita Fornés, que falleció en junio en Miami a los 97 años. Otro nonagenario, el conguero Cándido Camero, falleció en noviembre en su casa de Nueva York a un año para cumplir un siglo de vida.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 6 de 6
Siguiente
Último
|
|
Cuando los cabarets de La Habana presentaban espectáculos que eran verdaderas comedias musicales una jovencísima, linda y espigada mulata, debutaba con el cuarteto de Meme Solís en el show del Capri Caperucita se divierte. En el elenco figuraba Juana Bacallao como Caperucita, mientras que Dandy Crawford encarnaba al Lobo Feroz. Fue al inicio de los años 60, cuando los cabarets contaban con cuerpo de baile y orquesta propia.
En la agrupación de Meme, Farah sustituyó a Moraima Secada —nada menos—, quien iniciaba por esos días su camino en solitario. Fue preciso montar en tiempo récord canciones y canciones, sentimentales o movidas, pero la muchacha quería y, además, podía hacerlo. “En el cuarteto me formé, allí aprendí todo. Fue mi gran escuela”, dijo una y otra vez en sus entrevistas cuando pasaron los años y se había convertido en estrella. El ambiente de la música popular cubana aún se identificaba con un firmamento.
Desde el inicio Meme le encomendó partes principales del repertorio de su grupo, de los más populares y solicitados que tuvo la década. Farah tiene solos en “El torrente”, “Sans toi”, “La orquídea”, “No mires para atrás”, “Mía la felicidad”, entre otros. Carol Quintana escribió para ella “Farah María” (baila el mozambique), que Los Meme grabaron en 1965 en Otro amanecer, primer disco de larga duración donde se escucha su voz. En el LP Los Meme, de 1969, sumarían doce canciones más, casi todas baladas-rock, plato fuerte del cuarteto.
En 1970 comenzó a presentarse como solista y la radio comenzó a difundir sus grabaciones, entre ellas “Te quiero tanto, amor”, de Alfredo Martínez. Una primera prueba de fuego, que libró airosa, fue en el Festival de la Canción de Varadero de ese año. Más que los centros nocturnos, sus escenarios fueron la televisión y los teatros. Por esos años comenzó a interpretar, en español, “La voce del silenzio”, una joya del repertorio de Mina que se inicia con un fragmento de Bach. Su versión hacía levantar al público. No la grabó, que yo sepa.
Pronto comenzaron a enviarla a festivales musicales a representar a Cuba —frase socorrida de la época—, lo cual, a juzgar por los resultados, significó un acierto. Tras hacerse aplaudir en certámenes de varios países de Europa del Este se alza en 1974 con el gran premio del Festival Mundial de la Canción en Tokio y el mismo año gana el festival de Dresden. Más adelante será invitada a otros festivales, desde Benidorm hasta Viña del Mar.
En 1975 la firma Egrem publica El recuerdo de aquel largo viaje, disco que toma el nombre de una canción de Raúl Gómez que fue su carta de presentación durante mucho tiempo. En conciertos y grabaciones Farah canta “Paloma”, de Mike Porcel, “Las seis cuerdas de mi guitarra”, de Osvaldo Rodríguez, “Este camino largo”, de Juan Almeida y “El día feliz que está llegando”, de Silvio Rodríguez, de quien también interpretará “El mayor”.
Antes que termine la década, sumará nuevos premios internacionales: el Orfeo de Oro 1976 en Bulgaria, y el lauro principal del Festival de Sopot, Polonia en 1977, eventos muy concurridos y respetados entonces. Logró algo que parecía imposible: popularizar en Cuba canciones pop de autores polacos, húngaros o búlgaros, como “Un cuento” y “Oh cuánto te amo”. En español, claro.
Extensas colas ante las taquillas de los teatros dan fe del aprecio de su público leal, rayano en el fanatismo. Son los días en que la gente melómana, entusiasta de las cantantes de moda, se divide entre “los de Annia Linares”, “los de Mirta Medina” y los de “Farah María”. Con los años ochenta la competencia —no entre las artistas, sí en la imaginación de sus apasionados parciales—, se tornó más encarnizada.
¿Qué las diferenciaba? No se trata de una baladista ni de una intérprete de pop, aunque en cierto sentido es ambas cosas. No depende de una gran voz indiscutible, ni siquiera de un grupo de composiciones más o menos de moda. La cuestión es el conjunto, la puesta. Se trata del hábil partido que saca a su tibio timbre, a su certera afinación y sentido rítmico, a la expresión sensual implícita, cálida, cuando interpreta letras de amor dichoso o desorientado (“Te prometí”, “No me olvides amor”, “Al verme sola cruzar entre la gente”), y así mismo, cuando permea de erotismo juvenil –no hay adjetivo más justo– aquel viejo chachachá que dice cuando llego yo a la fiesta los hombres se me alborotan…
Y a la vez que alardea con “El alardoso” (se disputan por bailar porque dicen que soy crema) logra, inconcebiblemente, rodearse de un halo de inaccesibilidad, porque nunca es ramplona ni “sabrosona” su escena. Es cuando la gente dice: mira que Farah es elegante. Hay que añadir, por supuesto, su destreza coreográfica –que reproducen transformistas de al menos dos generaciones–, más el apoyo de un vestuario que insinúa lo que Natura dio, pródigamente, pero sin exagerar. Sin embargo, en ella no hay rastro de vedette de los 50, ni es heredera de las rumberas del cine: Farah María es un ente teatral, aunque cante en un club.
Hace temporadas en Tropicana y viaja por varios países encabezando el cartel del show. Regresa al Capri con la orquesta de Enrique Jorrín “el creador del chachachá” y con el veterano Tito Gómez hace un tierno dúo, “El silbidito”, que se puede encontrar en YouTube, donde también aparece, con el Septeto Nacional, interpretando “Bilongo”, más conocido por La negra Tomasa, de Rodríguez-Fiffe. Cantando con Meme recorre varias ciudades españolas, hace un disco de sones y boleros en Madrid, y en 2012 Enrique Pineda Barnet le entrega un papel en su película Verde verde. En 1973 había aparecido junto Enrique Santisteban en una cinta cubano-soviética, Jinete sin cabeza, delirante especie de western que ahora resulta divertida. Hay que ver lo bella que está ahí.
Se aventura en tangos como “Adiós muchachos” y “El día que me quieras”, canta y baila “Ámame y no pienses mal” de José Valladares, “Con juventud y experiencia” de Almeida, “Qué manera de quererte” de Efraín Ríos, hasta llegar a un ritmo pa’mí de Miguel Jorrín, “Tiburón en el malecón” cuando parece que su lindeza eterna es fruto de algún pacto con quién sabe cuál deidad: si adivinas lo que traigo aquí / yo te lo doy, baila, canta y sonríe agudizando todos los sentidos ante el mar de La Habana.
Entre buenas y amables memorias suyas, con su tiburón, Farah María puso hace tiempo en nuestra conversación diaria una pregunta —mitad cándida, mitad burlona— que usan todavía cubanos de todas partes: ¿Qué es esto, Jorrín? |
|
|
|
Valdés, quien también escribe poesía, le dedicó unos versos
La que brillaba en mi luna
La que volaba en la escena.
Fue el amor de los cubanos
nada más que amarla a ella.
de aquella Cuba tan férrea
que nos parecía extranjera
Ella, nuestra Donna Summer
puesto en una sola estrella.
La que triunfaba en el mundo
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 6 de 6
Siguiente
Último
|