Cuando ha comenzado el año en que debe aprobarse el nuevo Código de Familias que contendrá la forma o formas de constituir el matrimonio en Cuba, las publicaciones en Facebook de la directora del CENESEX no muestran interés por este tema.
En 2018, la doctora Mariela Castro expresó que la inclusión del Artículo 68 en el proyecto de Constitución era un gran paso de avance. Dijo: "resultado de los avances y aprendizajes de la sociedad cubana en su proceso revolucionario de la voluntad política del Estado de avanzar en la agenda de derechos humanos en todos los sentidos, en todos los aspectos".
Sin embargo, tras la polémica que despertó dentro de la población la definición del matrimonio como "la unión entre dos personas" y, principalmente, la férrea campaña de las iglesias, sobre todo protestantes, el controvertido artículo fue "diferido" del proyecto de Constitución por la Asamblea Nacional.
Resultó entonces evidente que, ante el peligro de que el rechazo al Artículo 68 por un porciento de la población difícil de calcular, pudiera traducirse en un rechazo a la Constitución muy difícil de manejar, el Gobierno prefería sacrificar y postergar el reconocimiento de ese derecho a lesbianas y gays cubanos.
Le tocaba a la doctora Castro aplacar a la comunidad LGBT cubana, sobre todo a la parte que la ve como su abanderada y ha gritado disciplinadamente "Libertad para los Cinco" o "Socialismo, sí; homofobia, no", y cualquier consigna dictada por ella.
En esas circunstancias, Mariela llamó a concentrarse en lo más importante (para su padre y ella, no para el pueblo): "…ahora démosle el SÍ a la Constitución y luego cerremos filas para lograr un Código de Familia tan avanzado como el nuevo texto constitucional…". La pregunta entonces es: ¿qué está haciendo ella por el logro de ese empeño?
Esta medida es la única norma dentro del cronograma legislativo aprobado en 2019 que será sometida a consulta popular. ¿Está realizando el CENESEX alguna labor educativa en la sociedad para conseguir la inclusión del matrimonio igualitario dentro del nuevo Código de Familias?
No hablamos del feroz proselitismo en los medios oficiales y la represión de voces disidentes que llevó a cabo el Gobierno para garantizar el "sí" en el referendo sobre la Constitución. Hablamos de permitir que quienes están reclamando este derecho puedan usar los medios de comunicación para exponer sus argumentos y, sobre todo, explicar que no se trata de quitarles derechos al resto de la población, sino de otorgarlos a un segmento históricamente discriminado. Hablamos de promover debates respetuosos, algo que no es común en Cuba, donde el régimen gana sus "batallas de ideas" mediante el empleo de la fuerza.
Si es real la voluntad política que la Dra. Castro atribuye al Estado cubano para avanzar en los derechos de la comunidad LGBT, pese a que ha decidido someter a referendo su derecho a contraer matrimonio, el tema ya tendría que estar presente en los medios de comunicación.
Más preocupada por el pueblo norteamericano que por la comunidad LGBT durante la pandemia
Sobre la situación de la comunidad LGBT cubana en medio de la pandemia, tampoco las publicaciones en Facebook de la doctora Castro reflejan preocupación. Durante el año aproximadamente transcurrido desde la llegada del Covid-19 a la Isla, ella ha estado más ocupada atacando voces disidentes, incluso cuando se trata de actores de la televisión nacional sin vínculos con la oposición.
Al parecer, a la doctora Castro le produjo más desasosiego el maltrato del entonces presidente Donald Trump a su pueblo, en medio de la pandemia, que la situación de la comunidad LGBT cubana en este contexto.
Aunque el Covid-19 afecta a cualquier persona sin distinción de raza, sexo, orientación sexual o estatus social, es evidente que no todos estamos en la misma situación para enfrentar el confinamiento y el tiempo sin trabajar y obtener ingresos. Muchas personas, tanto en el sector privado como en el estatal, han perdido sus empleos debido a la pandemia. Para la comunidad LGBT, principalmente las personas trans, históricamente ha sido más difícil encontrar trabajo.
Recientemente, una joven transexual cubana denunció la discriminación laboral que sufre esta comunidad y que ella ha vivido en carne propia. Pese a tener un título universitario, solo encuentra empleo como auxiliar de limpieza. ¿Qué están haciendo el CENESEX y su directora para enfrentar esta situación, que no se erradica con congas contra la homofobia y la transfobia ni consignas?
Tampoco sobre los feminicidios ocurridos en Cuba durante 2020, ni los cuatro del primer mes de 2021, hay pronunciamientos en la página de Facebook de Mariela Castro, quizás porque, como afirmó en 2015, en Cuba "no tenemos feminicidios", una virtud que atribuyó a la revolución.
Tampoco en su calidad de diputada a la Asamblea Nacional, parte de la mayoría femenina en el Parlamento, se ha pronunciado la doctora Castro por la aprobación de una Ley Integral contra la Violencia de Género en nuestro país, pese a haber afirmado que "Cuba está a la vanguardia en la lucha contra la violencia de género".
Ante todos esos problemas que tendrían que merecer su intervención pública, Mariela Castro no está haciendo su trabajo.