"La tortura que sufrí fue psicológica"
El artivista Luis Manuel Otero Alcántara fue liberado este 31 de mayo de 2021 tras haber permanecido 29 días secuestrado por el régimen, en el Hospital Calixto García de La Habana.
El artista y disidente cubano Luis Manuel Otero Alcántara, que protagonizó una huelga de hambre y sed en protesta por la represión, recibió el alta este lunes tras permanecer ingresado e incomunicado en un hospital de La Habana durante cuatro semanas.
“El equipo médico ha decidido darle el alta hospitalaria en el día de hoy”, afirmó la dirección del Hospital Universitario General Calixto García de La Habana en un comunicado. La estancia en el hospital del líder del opositor Movimiento San Isidro desde el 2 de mayo ha sido fuente de polémica, ya que su entorno denunció el “secuestro” del artista por estar incomunicado con el exterior y Amnistía Internacional lo declaró “preso de conciencia”.
El hospital aseguró en su comunicado que el personal a cargo de su atención “ha respetado la voluntad del paciente, tanto para los procederes médicos, los cuidados, su nutrición y el tiempo de permanencia” en el centro clínico.
También aclaró que en los 29 días en los que ha estado ingresado su evolución ha sido favorable, con “parámetros clínicos y de laboratorio que ya se encuentran todos dentro de rangos normales”. “En este periodo ha logrado ganancia de peso y recuperación de los requerimientos energéticos”, según informó el hospital.
Otero Alcántara, de 33 años, fue internado el 2 de mayo en el hospital después de declararse una semana en huelga de hambre y sed para protestar por el constante acoso policial al que es sometido por su activismo político contra el Gobierno.
Organizaciones, activistas y amigos del opositor protagonizaron una campaña para exigir su liberación al considerar que permanecía retenido contra su voluntad en el centro hospitalario, donde se desplegaba un fuerte dispositivo de seguridad y no se permitía acceder a sus allegados, con la excepción de algunos familiares cercanos.
Varias entidades e instituciones denunciaron la situación o expresaron preocupación, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Gobierno de EE UU y el Parlamento Europeo.
Las autoridades cubanas, por su parte, consideran que tanto Otero Alcántara como otros opositores son “mercenarios” que trabajan a sueldo de la CIA u otras organizaciones de EE UU para realizar actividades subversivas contra el sistema socialista vigente.
Luis Manuel Otero Alcántara no piensa tomarse una pausa ni un descanso en su arte ni en su activismo. Pocas horas después de su salida del hospital Calixto García, donde ha estado casi un mes sin apenas comunicación exterior, contó que desde ya está listo para reclamar la libertad de los activistas encarcelados en la protesta del pasado 30 de abril en la calle Obispo y para Maykel Osorbo, acusado de atentado, desacato y resistencia y en prisión desde el pasado domingo.
"Mi abuela murió, vengo para aquí a estar con mi familia, además porque aquí era donde había teléfono fijo, llegar a mi casa en [la calle] Damas sin celular era seguir incomunicado", cuenta el artista, que nada más salir del hospital se dirigió a la casa familiar, en El Cerro, para pasar al menos dos días en su compañía. Otero Alcántara es claro y empieza confirmando que, cuando lo sacaron de su domicilio la madrugada del pasado 2 de mayo para trasladarlo al hospital, lo hicieron "por la fuerza" y "esposado".
Pregunta. ¿Cómo fue su llegada al hospital y cómo terminó la huelga de hambre y sed?
Respuesta. Cuando llegué, dejé que me pusieran un suero para poder estar conciente de lo que estaba pasando, porque estaba muy débil. Al día siguiente empecé a tomar agua, me dieron jugo y un poco de leche. Pasó una semana y el lunes siguiente comencé de nuevo la huelga de sed, la de hambre estaba en pie. Luego, hace quince días, comencé a comer. Ahora estoy molesto pero bien, ellos están viendo el final.
P. ¿Cuál era su rutina diaria en el Calixto García?
R. Estaba toda la madrugada dibujando o leyendo y por las mañanas me tomaban los signos vitales. Ahora mismo hablar de esto es complejo. Podría decir que me torturaron de esta y tal otra manera, pero sería deshonesto. La tortura que sufrí fue psicológica. Me tenían la luz encendida las 24 horas, tenía un militar al lado que si pasaba más de cinco minutos en el baño ya me estaba tocando la puerta. Tremendo frío todo el día y el temor de que, en cualquier momento te pueden llevar a otro lugar. Más la incomunicación. Todo eso fue tortura.
A mi familia no la dejaban entrar cuando querían, cuando los veía era en la distancia, como a tres o cuatro metros. De las cuatro o cinco veces que vi a mi hermana o a mi tía era a esa distancia, solamente una vez pudimos vernos de cerca y darnos un beso y un abrazo, pero solo por cinco minutos, no más que eso.
P. ¿Estuvo siempre en la misma sala o era trasladado en ocasiones?
R. Todo el tiempo estuve en la sala Rubén Batista, las tres veces que me sacaron fue para esas famosas caminatas, que eran supuestamente para coger sol pero en realidad eran para filmarme. Los presos salen a coger sol todos los días, pero yo estaba bajo aire acondicionado las 24 horas y me sacaron una vez a la semana, eso era premeditado.
P. El video en el que sale con el doctor Ifrán Martínez, ¿cómo se tramitó? ¿Cómo era su relación con los médicos?
R. El video fue a conciencia. Entendí que tenía que mandarle un mensaje a la gente, tenía que decir algo. Los médicos que estaban ahí pendientes de mí eran los que la Seguridad del Estado seleccionó, y valoró ciertas características. A ellos les orientaron a tener un comportamiento determinado, no podían pasar mucho tiempo conmigo y los registraban en un papel al entrar y al salir con su nombre y su cargo. Esos médicos tenían ciertas posibilidades de hablar conmigo. Ifrán me llevó libros, me leí 12 libros en ese mes, también me llevaron bolígrafos y hojas y empecé a hacer dibujos. Dibujé mucho, aunque con el temor de que la Seguridad del Estado me lo quitara.
P. ¿Cuán estricto era el operativo a su alrededor?
R. Todo estaba muy bien controlado por la Seguridad del Estado, estaban ahí constantemente. El doctor Ifrán estaba preocupado porque ya había salido su rostro en la televisión, y aquí todo el mundo sabe que a esto le pueden quedar 10 días, 20 días o dos años. Siento que les preocupa, porque los hijos no quieren que su padre sea luego el que torturó a Luis Manuel Otero Alcántara. Yo noté que querían dejar muy claro la diferencia entre ellos y la Seguridad del Estado y de enfatizar que ellos estaban ahí porque les dieron la misión de salvarme. El hospital estaba totalmente tomado por la Seguridad del Estado, creo que fue la manera que encontraron para tenerme controlado.
P. ¿Cómo fue la salida del hospital?
R. Mi tío fue al hospital a buscarme y un carro nos trajo hasta aquí. Ahora tengo libertad de movimiento para ir a donde quiera, Mi casa en Damas está con la policía en la esquina y quiero refrescar (bajar la temperatura en) el barrio. Antes de salir, los oficiales de la Seguridad del Estado me dijeron que tienen mi móvil, pero que no me lo daban en ese momento porque se les había quedado en otro lugar y me aseguraron que me lo iban a devolver, junto con las obras que se llevaron de mi casa. |