Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Cuba, la represión que no cesa: ¿hasta cuándo?
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 05/06/2021 12:16
Cuba, Represión
Al exigir una lealtad incondicional, el gobierno cubano abrió la puerta a oportunistas de todo tipo, quienes a su vez se han desarrollado gracias a la escasez generalizada.

Cuba, la represión que no cesa: ¿hasta cuándo?
Alejandro Armengol
El concepto de que la libertad actúa como un valor fundamental de motivación en cualquier pueblo ha demostrado ser más un ideal que una realidad. La lucha por la democracia en Cuba no solo ha sido reprimida con tesón, sino que también han actuado en contra de ella factores como la envidia, el odio y el delito compartido.
 
La represión no se detendrá en Cuba. No se trata de una afirmación dogmática ni de una respuesta fundamentada en un supuesto anticastrismo vertical. Es una característica de una forma de gobierno que para sustentarse necesita ajustes constantes, que cada vez son más torpes.
 
Durante décadas el gobierno ha desarrollado y mantenido un eficiente aparato represivo, cuya actuación permite una comparación simple: la incapacidad para producir bienes corre pareja con la eficiencia para generar detenciones.
 
Al hablar de represión en la Isla no hay que olvidar que la maquinaria intimidatoria, que ha permitido la permanencia de un régimen por 62 años, no puede ser denunciada en términos simples ni limitar su alcance, responsabilidad y consecuencias a los hermanos Castro.
 
En primer lugar porque hay mecanismos establecidos que van más allá de la obediencia a un tirano: parcelas de poder, privilegios y temores sobre el futuro. En segundo, porque no hay un amplio desarrollo de una conciencia ciudadana empeñada en una transformación democrática.
 
El no ceder una pulgada, el no admitir siquiera la necesidad de reconsiderar una política de represión feroz que no admite la menor disidencia, no es algo nuevo en Cuba. Ello no exime a esa actitud de ser una muestra de debilidad del sistema.
 
En gran medida, esa debilidad es consecuencia de los tres pilares sobre los que el gobierno fundamenta el control: represión, escasez y corrupción.
 
Al exigir una posición incondicional, se abrió la puerta a oportunistas de todo tipo, quienes a su vez se han desarrollado gracias a la escasez generalizada. Dichos oportunistas —llamados erróneamente “burócratas” por el propio mando gubernamental, cuando con mayor o menor sinceridad ha tratado de limitarlos— constituyen un estamento que limita u obstruye cualquier avance, porque lo considera un peligro a su supervivencia.
 
Si La Habana admitiera un mínimo de cordura, y diera muestras de superar el encasillamiento que ha mantenido por décadas, el peligro de un estallido social disminuiría. Sin embargo, lo único que hace es alimentarlo a diario.
 
Mientras el gobierno cubano se empeñe en definir su estrategia entre la apatía y la violencia, corre un peligro permanente de caos e ira, que hasta el momento ha podido controlar, aunque no se sabe hasta cuándo.
 
Si ha resultado una táctica errónea e inhumana el intentar utilizar un agravamiento general de la situación económica como detonante social —ya sea mediante el embargo, las restricciones al envío de remesas y a los viajes familiares—, es igualmente irracional, y un ejemplo de afán desmedido de poder, el no ceder un ápice en las libertades y garantías ciudadanas.
 
Detrás de este control extremo, que no admite reclamos en favor de los derechos humanos, hay un fin mezquino. El mantenimiento de una serie de privilegios y prebendas.
 
La represión política actúa como un enmascaramiento de una represión social más amplia. En última instancia, el régimen sabe que el peligro mayor no es la posibilidad de que la población se lance a la calle pidiendo libertades políticas, sino expresando sus frustraciones sociales y económicas.
 
De producirse un estallido social en Cuba, el régimen lo reprimirá con firmeza. No hacerlo sería la negación de su esencia y su fin a corto plazo. Imposible para él no usar la violencia. En cualquier caso lleva las de perder.
 
La habilidad del gobierno radica en evitar las situaciones de este tipo. Durante mucho tiempo logró sortearlo con diferentes oleada migratorias, pero de momento esa salida está agotada; quizá de forma permanente, lo que es más probable.
 
La represión siempre ha sido una espada de dos filos. Ayuda o garantiza la permanencia de un sistema totalitario o una dictadura. Si bien en su forma más descarnada y extensa —decenas, cientos, miles de arrestos y muertos— puede tambalearlo ante un precipicio.
 
El régimen de La Habana cuenta con una sagacidad a toda prueba para acentuar la profilaxis represiva y anticiparse y controlar las crisis. Cabe siempre añadir la pregunta: ¿hasta cuándo?
 
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados