Por Angel Muñoz Arteaga
El drag es un arte que surgió, para Occidente, en la época isabelina en el siglo XVII. En ese momento debido a que las mujeres no podían participar en el teatro, había hombres que las representaban. Conforme pasó el tiempo, ya en el siglo XX, el término se fue adecuando para designar un lugar seguro donde la comunidad LGBTQ podía expresarse de una forma no heteronormada.
En teatros de todo el mundo comenzaron a ocurrir drag shows donde actores interpretaban mujeres para burlarse de la clase alta, estos espectáculos estaban acompañados de música y juegos de palabras. Es en 1910 que Magnus Hirschfeld, un médico y sexólogo alemán define el travestismo como un acto de vestir prendas del sexo opuesto con un fin sexual, haciendo que este acto se cargara de ideas fetichistas y homosexuales relacionadas con los actores masculinos que se travestían en mujeres durante las obras. Es por esto que en los cincuenta este tipo de show ocurría exclusivamente en bares LGBTQ y de esta forma se empezaron a relacionar directamente con la comunidad.
No es sino hasta los ochenta que el drag empieza a ganar reconocimiento en el mundo LGBTQ y en la sociedad normada por la visibilización de este arte en la televisión y en el cine. Todo esto gracias a principales exponentes del movimiento como Harris Glenn Milstead o mejor conocida como Divine, quien apareció por primera vez en la película Pink Flamingos (1972) dirigida por John Waters. Divine fue una de las bases más importantes para que el movimiento drag pasara de ser una cultura negada a una cultura de masas, su expresionismo basado en lo grotesco le dio la oportunidad de convertirse en un icono pop de esta cultura abriéndole paso para que fuera aceptada y admirada. De la misma forma una importante pionera en el mundo del drag es Lady Bunny, quien siempre ha usado la comedia, el performance y el arte para recalcar el significado del drag como una protesta.
Sin embargo, una de las principales exponentes de esta cultura que ha logrado un alcance global es RuPaul quien empezó a destacar en 1989 por el videoclip de la canción Love Shack del grupo The B-52’s donde solo tiene cuatro segundos de aparición, al mismo tiempo fue nombrada Reina de Manhattan. Con estas pequeñas participaciones RuPaul se abrió paso poco a poco en el mundo pop de la época, llegó a salir consecutivamente en MTV con su canción Supermodel y apareció varias veces en series clave del momento como en Sabrina y Ugly Betty. Es en el 2009 que RuPaul logra finalmente llevar a cabo su reality show en donde se busca anualmente a la próxima estrella drag, el cual conocemos como RuPaul Drag Race el programa que ha llevado la cultura drag a la cima y que va por la temporada número trece.
El drag en México.
El travestismo en Latinoamérica es víctima de acoso, desprecio, denigración y burla cuando se lleva a cabo fuera de un escenario. Esto se debe a una sociedad misógina y machista donde cualquier persona, comúnmente hombres biológicos, que use accesorios o maquillaje se relacionan directamente con la homosexualidad o el trabajo sexual. Es a partir de estas concepciones que a lxs drags se les llega a catalogar de “vestidas”, palabra que denigra el travestismo y todo lo que este engloba, nos dice Daniel García Sánchez en su tesis El fenómeno drag y su carácter transgresor frente a un esquema normativo del género: un estudio de la escena del drag en la Ciudad de México de 2015 a 2019.
El drag en México se hace visible desde los noventa con Francisco del Carmen García Escalante, mejor conocida como Francis. Esta vedette mexicana fue una de las bases para que el transformismo llegara a lo que actualmente conocemos como drag en el país. Comenzando como bailarina en el ballet de Juan y Enrique Imperio llegó a participar en la película Noches de Cabaret para después formar parte del show travesti Los Fammes ,de la misma forma actuó en telenovelas como La fea más bella y Vivo por Elena. Todas estas participaciones las hizo transformado e igualmente imitaba a Rocío Jurado, Laura León, Vikki Carr y Cher. Conforme ha avanzado el tiempo, el drag ha pasado de ser un arte satírico a un arte performativo en donde además de la transformación estética hay todo un espectáculo de baile, imitación o creación que observar.
El drag como un arte de resistencia
México es un lugar en donde el arte no es bien remunerado, según un análisis hecho por Universidad Autónoma de Puebla la mayoría de los artistas en México tienen relaciones laborales inestables. El drag no queda por fuera de esa condición precaria. Para poder tener una visión más cercana entrevistamos a Quintos y a Judas Love, dos talentosas drags que nos abrieron el panorama y nos dieron luces sobre un tema clave: la economía en el drag.
El drag en México puede ser visto como un lugar seguro que es utilizado por personas no normadas que quieren expresar de una forma artística su identidad sin ninguna etiqueta. “El drag para mí es punk, es rebelión, libertad, ser fiel a tus ideas. Es la forma en la que yo me amo, me consiento y en donde puedo poner todo mi imaginario” nos dice Quintos con la mano derecha en le pecho. Elle se adentró en el mundo del drag después de asistir a una carrera drag en la Ciudad de México. Con tres años de carrera Quintos nos brinda en su alter ego una fusión de elementos femeninos y masculinos con un toque punk y alternativo. Le pregunté a Quintos un listado de las cosas básicas para una buena transformación elle nos dice: “Ahorita conseguir una peluca barata debe de estar como en $1.500 MXN/$ 78.84 USD, unos tacones si le sabes buscar y te encuentras unos perrones y baratos salen en unos $2.500 MXN$124.75 USD, full maquillaje comprado en el centro de forma muy barata como mínimo unos $1.000 MXN / $49.90 USD. Después el vestuario hecho por diseñadores mexicanos sale como en unos $2.000 MXN / $99.80 USD, más las medias, el corsé, los guantes, accesorios, los pupilentes, ¿qué, le aumentamos como $2.000 MXN / $99.80 USD?” Entre risas determinamos que es un poco más. El conjunto de todos estos elementos que conlleva la transformación puede variar desde los $9.000 MXN / $451,22 USD, si es una transformación sencilla, a los $12.000 / $601,63 USD
“El drag para mí es punk, es rebelión, libertad, ser fiel a tus ideas. Es la forma en la que yo me amo, me consiento y en donde puedo poner todo mi imaginario”
Teniendo en cuenta el coste de los mismos ocurre un terrible desequilibrio con la paga que recibe en los shows en donde usa estos looks, la cual varía entre los $500 MXN / $25.07 USD a los $1.800 MXN / $90,24 USD la noche. Un desbalance evidente que se hace aún más marcado cuando además no se tiene en cuenta las dos a cinco horas que invierte en la elaboración de la transformación. Con una media de un show de cuatro horas a la semana y restándole a ello además los transportes que le pueden costar $400 MXN / $19,96 USD por noche de presentación y la alimentación que a veces se salta, las cuentas no cierran y es muy poca, casi nula la ganancia. Y eso cuando hay alguna ganancia porque sin importar la ya precaria situación Quintos ha recibido invitaciones de diversos lugares para ir a presentarse sin recibir ningún pago. “Oye hay una fiesta, trabaja en ella, da un performance, pero no te pagamos”, le han dicho varios conocidos por el simple hecho de salir maquillade solo a algún lugar para divertirse. Desafortunadamente aún hay lugares que creen que por el simple hecho de dar espacios para este arte y regalar bebidas es suficiente para que la situación no sea decadente. “Eso tiene que cambiar” me dice Quintos.
Yéndonos a Puebla nos encontramos con Judas Love, una drag que juega con el arte sacro para poder dar un nuevo estilo a este mundo artístico. Se incorporó al mundo del drag por la obra de teatro Priscila la reina del desierto en España, es desde este detonante que Judas Love comenzó a descubrir poco a poco su estilo hasta llegar a ser un alter ego andrógino que explota las dos estéticas binarias para convertirse en uno solo sin etiquetas. “Yo digo que soy drag queer porque a veces me veo muy femenino y a veces muy masculino. La gente no sabe si mi personaje es más de hombre o de mujer. Por esto me inclino a solo disfrutar el drag sin etiquetas”, me dice él con un tono gracioso.
Dando solo shows en Puebla, Judas Love recibe un pago máximo de $350.00 MXN / $17,55 USD por show, mientras llega a gastar al menos $1.000 MXN / $50,14 USD por look. Judas Love tarda al menos cuatro días en planear cada parte de su performance, desde el maquillaje hasta los movimientos que se realizarán en el escenario. “En Puebla es muy mal pagado el drag a comparación de lo que pagan en la Ciudad de México”, me comenta mientras profundiza en el hecho de que cada determinado tiempo viaja a la capital del país para darse a conocer en el ámbito. Hay entonces un claro desequilibrio cuando hablamos de la relación pago - remuneración que esta drag recibe por su trabajo. “Realmente yo hago esto por gusto porque no me deja nada económico sino al contrario” me cuenta con una sonrisa en el rostro.
La verdad sobre este arte en México es muy dura, la mayoría de los artistas que hacen drag tienen la necesidad de recibir remuneración económica por el mismo para poder vivir adecuadamente y sostener el arte que les permite expresarse. “Si yo no tuviera mi trabajo Godin creo que no podría comprar las cosas para mi drag”, dice Quintos cuando le pregunto cómo es la relación pago-show que tiene. Aunque es un oficio que le da satisfacciones, lo ve más como un hobby, pues es claro que la remuneración que recibe de su arte no alcanza para pagar la renta, la comida y las necesidades básicas. "Si te pones a pensar creo que solo el 15 0 20% de las dragas en México pueden vivir de esto”, comenta Quintos. Por otra parte cuando le pregunto a Judas Love sobre esta misma relación solo responde con “yo no viviría de esto”.
Con el aislamiento la situación económica para estes artistes ha empeorado, “tengo amigas que viven del drag y la verdad es que es algo difícil, más con la pandemia porque cerraron todo y se tuvieron que cambiar a la modalidad digital”, me dice Quintos. Muchas de sus compañeras han tenido que poner sus cuentas PayPal para que las personas que vean su trabajo atrás de una pantalla puedan donar sus propinas. Los lugares en donde estes artistes se presentaban cambiaron a modalidad restaurante en donde las drags hacen de meseras “con otras capacidades” dice Quintos, solo les pagan alrededor de $500 MXN / 24.95 USD.
¿Qué podemos hacer para que esto cambie?
Adoptar una correcta cultura de la propina parece ser la vía más sencilla para cambiar este panorama.“En otros países he visto como sacan los billetes para las dragas, incluso en la Ciudad de México a las más famosas les meten uno que otro billete, pero no es como que la gente tenga el dinero de fuera”. Me dice Judas Love cuando le pregunto si hay cultura de la propina en México. Si algún día vas a ver un show drag no dudes en dejar una buena propina a les artistes que ves en el escenario, esto les ayuda a aumentar sus ingresos y es, de cierta forma, una manera de agradecer el esfuerzo que hacen por brindar un show Si tan solo el pago que se les da puede alcanzar para cubrir los gastos de transporte y consumo en el lugar, las propinas, que se suelen dar “cuando se toman una foto conmigo”, pueden ayudar bastante más, como asegura Judas.
“Nos queda un largo camino por recorrer” dice Quintos, uno en donde se necesita entender y ver al drag como lo que es: un arte de calidad en el cual se necesita de preparación, tiempo y dinero. Aún hay lugares y personas que piensan que la preparación y el esfuerzo no vale la pena, “¿de verdad te tomó tiempo hacer eso? No, así nací” me dice Quintos entre risas. Aprender a apreciar este arte desde una perspectiva crítica es la clave para que haya más espacios bien remunerados donde pueda desarrollarse, apreciarse y se evite la perdida de este magnífico arte.