Mientras las zonas estratégicas de La Habana, en particular el Capitolio, siguen fuertemente custodiadas por la Policía, se multiplican los testimonios sobre grandes movilizaciones en los centros de trabajo para activar las "brigadas de respuesta rápida".
De manera simultánea, aumenta el reclutamiento de jóvenes cubanos en edad militar y la movilización de los reservistas.
Cuando una empleada de una empresa textil estatal se negó a participar en acciones contra los manifestantes, sus propias compañeras organizaron un acto de repudio con ella y fue despedida inmediatamente.
"Yo estuve el domingo en la protesta de Ayestarán y Aranguren y ahí vi a gente de civil con piedras y bates de béisbol en sus manos. Varios manifestantes tenían la cabeza rota y salían de la multitud chorreando sangre", cuenta a 14ymedio Natasha Medina.
"Yo fui con mi prima que estaba muy asustada así que solo pude estar un ratico. Hice muchas fotos pero cuando estábamos saliendo ocho tipos nos dijeron que teníamos que borrar las fotos y los videos. Yo no quería pero dijeron que si no nos iban a llevar detenidas y mi prima entró en pánico", relata la joven madre de familia, que ejerce la profesión de traductora.
Algo similar ocurrió en una editorial oficial cuando fueron a "una finca de la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas) a buscar palos" para entregarlos a los trabajadores con el objetivo de que "se defendieran de las provocaciones de los mercenarios". Una fuente de la editorial aseguró a 14ymedio que varios empleados expresaron que no iban a darle palos a nadie.
En Cárdenas, provincia de Matanzas, miembros de las Tropas Especiales de las FAR, entraron armados a la vivienda de Daniel Cárdenas Díaz y lo golpearon, le dispararon y se lo llevaron detenido. Las imágenes quedaron registradas en un video que circula ampliamente por las redes sociales. Estos hechos, que ocurrieron en la calle Velázquez esquina con Palma, responden al llamado del gobernante, Miguel Díaz-Canel, de enfrentar a los manifestantes que exigieron "libertad" en las calles de todo el país el pasado fin de semana.
"Por qué hicieron esto si en mi casa no hay nada. Lo rompieron todo. Se lo llevaron todo", lamentó Marbelis Vázquez, esposa del detenido. Queda un charco de sangre en medio de la sala como evidencia de la agresión por parte de los militares. "Le cayeron a tiros y lo montaron como si fuera un puerco dentro de un camión", denunció.
Este miércoles también se reportan "actos de reafirmación revolucionaria" en algunos puntos de La Habana. En el parque Mariana Grajales, en El Vedado, desde horas tempranas han instalado bocinas donde ponen canciones del repertorio de autores afines al Gobierno. "Ya están movilizando a los factores de aquí del barrio para que asistan al acto, también veo que han llegado algunas personas en grupos desde centros de laborales cercanos".
"Esto es inaudito", comentó a este diario un joven residente en la ciudad de Sancti Spíritus que se acercó la mañana de este miércoles a la tienda en divisas La Habana. "El comercio está cerrado y fuertemente custodiado sin que se aclaren las causas, aunque todo el mundo sabe que es que temen que la gente la emprenda contra el local como han hecho en otras partes de Cuba".
"Pero, mientras tienen todo este operativo y los números de la pandemia siguen alarmantes, están pasando unos jeeps con altavoces convocando al pueblo a lanzarse a la calle a defender la Revolución", añade. "¿No se supone que por el virus hay restricción de movimiento después de las dos de la tarde?". Para este joven espirituano resulta cada vez más difícil "entender a esta gente".
El uso de la fuerza no parece haber afectado el ánimo de los manifestantes, como lo indica el acto de repudio que han organizado contra dos mujeres a las que acusan de chivatonas (informantes de la Seguridad del Estado). La escena, en la que solo se oyen gritos pero no se ve ningún acto de violencia física por parte de los que acusan a las presuntas delatoras, parece haber ocurrido en algún pueblo del interior del país, aún sin precisar.