Sin pruebas, sin testigos y sin abogados:
Así son los juicios sumarios que se están realizando en Cuba
Yaquelín Salas Hernández es una de las pocas personas que ha logrado asistir a uno de los juicios sumarios que se están realizando en Cuba tras las manifestaciones del 11 y 12 de julio.
Dashiel Alfonso Catá, un joven “bartender” que trabaja por cuenta propia, esposo de Salas Hernández, es una de las víctimas de la represión desatada en la isla tras los levantamientos populares, sancionado a 10 meses de cárcel en el mismo grupo en que fuera juzgado el documentalista Anyelo Troya.
Según cuenta Salas Hernández en entrevista con la reportera Ivette Pacheco, de Radio Martí, ni ella ni su esposo participaron en las manifestaciones. “Nosotros íbamos al encuentro de unas amistades; llegamos cuando la manifestación ya se había ido de ahí. Vivimos lejos del lugar, como a una hora casi”, precisó.
“Sólo quedaban unos policías dispersos por la calle”, explicó Salas Hernández, “y de repente vemos tres personas vestidos de civil, no sabíamos si eran o no eran policías, que estaban forcejeando con una mujer”.
Cuando su esposo quiso interceder, cuenta Yaquelín, ella quiso impedírselo, porque “hay problemas en la calle”, no obstante, Alfonso Catá insistió, se acercó al grupo y preguntó qué pasaba. Y eso fue “suficiente; lo redujeron en el piso, lo golpearon y se lo llevaron en una patrulla”.
En cuanto pudo, aseguró Salas Hernández, contrató a un abogado para su esposo pero, cuando el letrado se presentó a pedir los papeles del detenido, fueron avisados de que el juicio ya se estaba efectuando.
“Las fiscalía acusó a los doce detenidos que había allí por igual, alegando que ‘qué casualidad que ninguno estaba en la manifestación’", refirió la mujer. "Les hicieron ver a los doce que, estuvieran o no estuvieran, como si hubiesen participado, porque los estaban acusando de desorden público y propagación de epidemias”.
“Todo fue muy injusto, ellos no tuvieron derecho a abogados, ni tuvieron derecho a una llamada ni a nada. Fue un juicio sumario pero, normalmente, en los juicios sumarios no hay fiscales, en este caso sí los había”, afirmó Salas Hernández.
Avisada por el abogado, la esposa del detenido pudo avisarles a los testigos y personarse en el Tribunal de 10 de Octubre, aunque considera que “hubiera dado lo mismo que no tuviera ni testigos ni abogado".
“Ese día, incluso, se afirmó en el juicio que muchas de las personas que estaban detenidas en ese momento, habían sido detenidas solamente por estar de espectadores, y el único denunciante que se presentó, afirmó no conocer a ninguno de los que estaban ahí, ni haberlos detenido tampoco”, detalló Salas Hernández.
La mujer resume el absurdo del proceso juidicial en una frase: “O sea, se hizo un juicio con un denunciante que ni siquiera fue el que los detuvo, no hay un delito de por medio”, concluyó.
Dashiel Alfonso Catá fue condenado a 10 meses de prisión el pasado 20 de julio y se encuentra cumpliendo la condena en la prisión Jóvenes de Occidente, en la localidad de El Guatao, en las afueras de La Habana.
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