Desnuda alto jefe militar de EU la locura de Trump
Nueva York. El máximo comandante militar de Estados Unidos llamó secretamente a sus contrapartes chinas para asegurarles que el entonces presidente Donald Trump no libraría una guerra contra ellos, convocó a los jefes militares estadunidenses para evitar que el comandante en jefe intentara detonar una guerra nuclear y la jefa de la CIA advirtió que se perfilaba un “golpe de Estado derechista” en Estados Unidos, según el nuevo libro del famoso periodista Bob Woodward y su colega del Washington Post, Robert Costa.
El general Mark Milley, jefe de la junta de jefes del estado mayor de Estados Unidos, llamó primero a su contraparte china, el general Li Zuocheng, el 30 de octubre de 2020, cuatro días antes de la elección presidencial, a través de una línea secreta para tratar de tranquilizar a los chinos que, según informes de inteligencia estadunidense, estaban cada vez más alarmados de que Trump pudiera lanzar un ataque militar para efectos electorales. “No vamos a atacar”, afirmó, y le prometió que en caso de que eso cambiara, él mismo le hablaría antes.
Milley se comunicó una segunda vez con su contraparte china el 8 de enero de este año –dos días después de que simpatizantes derechistas de Trump tomaron por asalto al Capitolio en un intento de frenar la certificación de los resultados electorales– esta vez para asegurarle que Estados Unidos no era inestable. “Las cosas podrían percibirse como inestables, pero esa es la naturaleza de la democracia, general Li. Estamos 100 por ciento estables. Todo bien. La democracia puede ser un poco desordenada a veces”, le dijo, según el libro, Peril, el cual será publicado el próximo martes.
De acuerdo con los autores, el militar chino estaba preocupado por que Trump pudiera buscar cualquier justificación para permanecer en el poder, algo comparable con la maniobra de Hitler con el incendio del Parlamento alemán en 1933.
Milley, según esto, consideraba que las cosas eran graves y ese mismo 8 de enero habló con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, a quien le preocupaba que el presidente pudiera ordenar el uso de fuerza militar e incluso un ataque nuclear, y quería preguntar por los mecanismos disponibles para “evitar que un presidente inestable” hiciera eso. Le dijo: “esto está mal, ¿quién sabe lo que pueda hacer? Está loco. Sabes que está loco. Ha estado loco por mucho tiempo”. El general no argumentó, y sólo respondió: “estoy de acuerdo contigo en todo”.
El general, según el libro, aseguró a Pelosi que estaba dispuesto hacer todo lo posible para frenar a Trump en cuantoal uso de la fuerza militar. “Le puedo garantizar 110 por ciento que… el uso de la fuerza militar, sea nuclear o un ataque de cualquier tipo contra un país extranjero, no haremos nada ilegal o loco”. Pelosi le preguntó qué implicaba algo “ilegal o loco” y Milley le respondió: “lo más que puedo hacer es darle mi palabra y voy a prevenir cualquier cosa como esa en las fuerzas armadas de Estados Unidos”.
Pero tan preocupado estaba Milley sobre de lo que podría ser capaz Trump que, poco después de su conversación con Pelosi, ese mismo día convocó a altos mandos militares a un “cuarto de guerra” en el Pentágono para recordarles en persona sobre los procedimientos establecidos para lanzar una arma nuclear, y cómo ese procedimiento incluía la participación de Milley. “Si reciben llamadas, no importa de quién sea, aquí hay un proceso… Sin importar qué les digan, ustedes cumplan con el procedimiento… y yo soy parte de ese procedimiento”.
Les advirtió que “los estrictos procedimientos están explícitamente diseñados para evitar errores inadvertidos o accidentes, o el lanzamiento nefario, no intencional, ilegal, inmoral o no ético de las armas más peligrosas del mundo”, y al concluir obligó a cada comandante a repetir lo que les había instruido, afirma el libro.
No era el único en las altas esferas del gobierno de Trump en estar alarmado. Según el libro, la directora de la CIA, Gina Haspel, supuestamente le comentó a Milley: “estamos en camino hacia un golpe de Estado derechista”.
El libro también revela el conflicto de Trump con su vicepresidente Mike Pence días después de la elección, a quien le pidió que usara su puesto para evitar la certificación de los resultados el 6 de enero. Pence le explicó que no contaba con esa autoridad, y Trump supuestamente le respondió: “ya no quiero ser tu amigo si no haces esto” y más adelante le dijo: “nos traicionaste. Yo te hice. Tú eras nada”.
De acuerdo con el libro, copia del cual fue obtenido por (o les fue proporcionado) a algunos medios –Washington Post, New York Times y CNN, que divulgaron algunas partes de su contenido– Milley dijo que 12 días después pensaba que era una de las personas más felices en la toma de posesión del nuevo presidente Joe Biden, porque Trump ya no era el comandante en jefe.
El libro de Woodward, junto con otros recién publicados en los últimos meses, documentan con nuevos detalles el colapso de la presidencia de Trump, sobre todo tras su derrota electoral, a principios de noviembre, cuando impulsó una campaña frenética para revertir y hasta anular los resultados, y que llegó a tal extremo que aparentemente estaba dispuesto a destruir parte del mundo con armas nucleares.
De hecho, la periodista del New Yorker, Susan Glasser (quien escribe otro libro sobre Trump) y Carol Leaning y Philip Rucker del Post en su libro ya publicado, ya habían reportado que Milley le aseguró a Pelosi que no permitiría que Trump usara armas nucleares.
En el libro de Michael Tener, Frankly, We did win this election, se reveló que Trump deseaba “ejecutar” a quien resultara culpable de filtrar la noticia de que se escondió en un búnker en la Casa Blanca durante las manifestaciones antirracistas en Washington el verano pasado, le sugirió a Milley “disparar ya” contra los manifestantes en las afueras de la Casa Blanca y, en otro momento, opinó que Hitler “hizo muchas cosas buenas”.
Nightmare Scenario, de los reporteros Yamseen Abutaleb y Damian Paletta, del Washington Post, documenta el manejo irresponsable de la pandemia por Trump y revela detalles como que sugirió enviar a estadunidenses contagiados con Covid-19 a Guantánamo.
Trump ha generado, como él mismo les repetía, excelente negocio para los medios de información y ahora para la industria literaria. Los comediantes están agradecidos también. Aunque es común que se publiquen múltiples libros y otras obras para marcar el fin de una presidencia o la conclusión de alguna etapa histórica, en este caso, Trump sigue más que presente con planes para el futuro. Algunos subrayan que sigue teniendo bajo su control a uno de los dos partidos políticos nacionales del país y recuerdan que 74 millones votaron por él en 2020 y que ahora juega con la posibilidad de declararse candidato para reconquistar la Casa Blanca en las elecciones de 2024.
O sea, por ahora aún no se ha escrito el último capítulo sobre el peligro de Trump y lo que representa.
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