|
De: cubanet201 (Mensaje original) |
Enviado: 23/09/2021 14:34 |
¿Cómo saber si soy bisexual?
En esencia, es una orientación sexual como lo son la homosexualidad y la heterosexualidad, pero también es una posibilidad “mental” que podemos explorar sin culpas.
La bisexualidad abarca a aquellos sujetos que tienen la capacidad de amar a personas tanto de su propio sexo como de otro sexo. Esta capacidad puede incluir la atracción física, sexual y emocional. La bisexualidad no implica la renuncia al propio sexo ni la negación del rol que se posee como hombre o como mujer lo que genera que, en algunos casos, quienes eligen este modo sexual tiendan a esconder sus prácticas para no afectar su faceta heterosexual frente al entorno.
Ciertamente, esta inclinación sexual no atañe al género social al que se pertenece. Se trata de un mecanismo psicológico en el que tanto podemos encontrar una predominancia de la confusión respecto a las apetencias sexuales en la que se entrelazan los sentimientos -esta apreciación de la bisexualidad como confusión nos llevaría a la existencia de cierta ambigüedad en la construcción temprana de su identidad- como, desde otro punto de vista, podríamos verla como un intento de ampliación y expansión del mundo erótico y la búsqueda de nuevas experiencias.
Sin embargo, una cosa es transitar por una etapa de confusión y otra muy distinta es que la bisexualidad sea en sí misma y estructuralmente una confusión. En esencia, la bisexualidad es una orientación sexual como lo es la homosexualidad y la heterosexualidad.
¿Cómo saber si soy bisexual?
Ser bisexual no define nuestro estilo de vida o nuestra conducta sexual. Las personas bisexuales pueden ser monógamas, poliamorosas o incluso célibes, tanto como lo son las personas heterosexuales, las lesbianas y los gays. Muchos bisexuales tienen relaciones sexuales con personas de un solo sexo o no las tienen con nadie, y aún así se consideran bisexuales. Otras personas, en cambio, tienen relaciones con personas de ambos sexos y no se identifican como bisexuales.
Es erróneo sostener la creencia de que la bisexualidad roza la perversión transgrediendo los códigos aceptables o ubicarla alrededor de la idea de voracidad o compulsión sexual. Del mismo modo, es también equivocado conjeturar -prejuiciosamente- que en todos los casos se trataría de una homosexualidad reprimida y desplazada.
Definir nuestra sexualidad es un proceso profundo que en algunos casos puede ser muy complejo. Existe un fuerte determinismo cultural y social que nos espera biológica, genérica y sexualmente hombres o mujeres.
Sin embargo, en distintas fases de la vida podemos sentirnos atraídos por ambos sexos. Esto se ve habitualmente en los juegos sexuales infantiles (donde podemos sentir deseo y jugarlo, tanto con el primo o la prima, el compañero o la compañera del grado) o en la pubertad en la que al mismo tiempo que nos enamoramos perdidamente de nuestro primer amor (heterosexual) desarrollamos un intenso erotismo con nuestros pares de género. Las atracciones pueden cambiar con el tiempo siendo la tendencia que se acomoden al modelo piramidal heterosexual con inclinación hacia la monogamia.
Si tomamos a la bisexualidad como una elección que implique los actos sexuales del sujeto en cuestión y que forme parte de su identidad sexual y social deberíamos enrolarlo dentro de las diferentes tipos de modalidad sexual: hetero, homo bi, transex, travestismo, etc. En estos procesos, el sujeto amplía la zona de su deseo sexual hacia los dos sexos si bien, en la mayoría de los casos, hay siempre una tendencia hacia un sexo más que hacia el otro. El sujeto se asume hetero u homo y, al mismo tiempo, extiende su práctica sexual al otro sexo.
Este tipo de experiencia sexual tiende a reservarse socialmente ya que no tiene -hasta hoy- una aceptación de la media social en la que nos movemos. Por lo tanto, el sujeto se maneja en su condición de género hacia el afuera o bien acuerda con su pareja la posibilidad de incluir vivencias de intercambio sexual que le permitan desarrollar su apetencia sexual.
Nosotras, ellos y las fantasías
Si bien las estadísticas dicen que son más los hombres los que se ubican dentro de esta particularidad, el hecho es que las mujeres tenemos más aprobado el erotismo hacia nuestras congéneres. Las mujeres podemos hablar, hacer contacto, manifestar afecto, tocar, besar e incluso compartir sexo con mujeres más que los hombres entre ellos.
A esta altura, y más allá de la definición y desarrollo del tema bisexualidad como estructura sexual y social, es importante e interesante hablar del lugar que ocupan las con partenaires del mismo sexo en el imaginario de todos nosotros. De hecho, se considera que somos esencialmente bisexuales en nuestra estructura más allá de lo cerca o lejos que estemos de este reconocimiento y del permiso que nos otorguemos para habitarlo. Y digo habitarlo, no digo realizarlo, no hablo de hacerlo acto. Agrego -y subrayo- que las fantasías son un salvoconducto de primer orden en el enriquecimiento de nuestra erótica; que cobijar y jugar con lo ilusorio suma y habilita permisos; que no quiere decir que desplegarlas implique tener que hacerlas realidad y que la imaginación es el lugar donde nuestros sentidos se mueven a sus anchas.
Todos alojamos la capacidad de amar y desear a ambos sexos sin que ello atente contra nuestra heterosexualidad elegida. Solo se trata de ofrecernos la posibilidad de ejercerla en mayor libertad.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
|
|
Día mundial de la visibilidad bisexual
Se celebra desde hace 22 años. A pesar de la ola feminista que sacude al planeta, es una de las disidencias mas incomprendidas del colectivo LGBTIQ
Cada 23 de septiembre desde el año 1999 se conmemora el Día Internacional de la Bisexualidad, o también conocido como Día de la Visibilidad Bisexual, una fecha que no solo busca la aceptación, inclusión y tolerancia hacia las personas que gustan de ambos sexos, sino que es un grito a la admisión de que en cierta medida todos somos diferentes y tenemos la libertad y el derecho de disfrutarlo, siempre que no le hagamos daño a nadie.
En un mundo de avanzada en pos de los derechos de las disidencias, la bisexualidad todavía se encuentra envuelta en un manto de confusiones y discriminaciones que impactan de lleno en el bienestar físico y mental de las personas.
La primera celebración fue en 1999 en San Francisco, por iniciativa de tres activistas estadounidenses: Wendy Curri, Michael Page y Gigi Raven Wilbur. La fecha, en tanto, fue elegida en concordancia con el aniversario de la muerte de Sigmund Freud, conocido por ser el “padre del psicoanálisis” y el primer teórico moderno en estudiar la bisexualidad.
Definida como “la capacidad de atracción emocional, romántica y/o física hacía más de un sexo o género” no se trata de una discrepancia en torno al género autopercibido, sino de una orientación sexual amplia, que muchas veces lleva al prejuicio de la “indecisión”.
A menudo, la bisexualidad es calificada de inválida, inmoral o irrelevante. El biodio afecta a millones de personas alrededor del mundo, siendo una causa de depresión e incluso suicidio. El machismo afecta a este colectivo sobremanera, a pesar de las ideas instauradas de que son las disidencias sexuales mas aceptadas por la sociedad.
En el caso de las mujeres bisexuales, la fantasía perversa de que su atracción sexual hacia otras mujeres se debe a la búsqueda de la satisfacción de los varones lleva en muchos casos a la negativa u ocultamiento de sus propios deseos. En otros casos, son violentadas por sus parejas y discriminadas en ámbitos laborales y de salud.
Por eso, se trata de una reivindicación necesaria. La existencia de personas cuya orientación sexual se fija en ambos sexos es todavía cuestionada por el propio colectivo LGBTIQ, por lo que la salida del clóset a la vida social heteronormada se hace todavía mas difícil.
Quienes aceptan públicamente su bisexualidad, se ven obligadas a reafirmar su identidad ya que son continuamente cuestionadas. Se las revictimiza incluso en los ámbitos que deberían ser de contención, como las familias, escuelas u organismos de derechos humanos.
Es en ese sentido que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los expertos en derechos de la ONU señalan las dificultades y falta de compromiso de los Estados para documentar la violencia contra las personas bisexuales y poder obrar en consecuencia.
En el mismo sentido, instan a que las organizaciones LGBTI deban abordar el biodio y resaltar la particular experiencia de las personas bisexuales que son diferentes a la homofobia y otras experiencias LGBTI en su sentido más amplio, para hacer que su realidad sea visible y documentar sus específicas necesidades y preocupaciones.
Ese 23 de septiembre de 1999, Gigi Raven Willbur, dijo: “Desde la rebelión de Stonewall, la comunidad gay y lésbica ha crecido en fuerza y visibilidad. La comunidad bisexual también ha crecido en fuerza, pero en muchos sentidos todavía somos invisibles. Yo también he sido condicionada por la sociedad a etiquetar en gay o hétero a las parejas que caminan de la mano, dependiendo del género de cada uno”. Una frase que podría haber sido acuñada en la actualidad.
¿Qué significa ser bisexual?
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), un bixesual es aquella persona que mantiene relaciones sexuales tanto con persona de su mismo género como de género diferente. Ese cambio continuo de gustos es lo que ha llevado a la comunidad bisexual a un rechazo por parte del resto de los grupos de diversidad sexual, pero con el tiempo esto pareciera haber aminorado.
Quizás la principal razón de porqué esta estigmatización o rechazo ha amainado dentro de la comunidad LGBTI, sea porque casi el 50% de sus miembros son de hecho bisexuales, pero como se suele etiquetar a las personas por su pareja de turno, saber quién es o no bisexual, no es una tarea tan sencilla como en el caso de los heterosexuales o los homosexuales.
¿Qué significa la bandera bisexual?
La comunidad bisexual tiene la peculiaridad de contar con su propia bandera, la cual fue diseñada por uno de los fundadores de este movimiento, el activista Michael Page, sus colores significan: el fucsia la atracción hacia personas del mismo sexo, el azul la atracción hacia personas del sexo contrario y el purpura todo el espectro que abarca la sexualidad entre los 2 géneros.
¿Por qué se eligió este día y qué tiene que ver Freddie Mercury?
En 1999, durante la conferencia anual de la Asociación Internacional de lesbianas y gays (ILGA, por sus siglas en inglés) en Johannesburgo, Sudáfrica, se presentaron tres activistas bisexuales: Wendy Curry, Michael Page y Gigi Raven Wilbur. Ellos compararon el crecimiento y la aceptación de las comunidades homosexuales en el mundo, pero expresaron que no estaba sucediendo lo mismo con la comunidad bisexual.
“Desde la rebelión de Stonewall, la comunidad de gays y lesbianas ha crecido en fuerza y visibilidad. La comunidad bisexual también ha crecido en fuerza, pero en muchos aspectos seguimos siendo invisibles. Yo también he sido condicionada por la sociedad a etiquetar automáticamente a una pareja que camina de la mano como heterosexual o gay, dependiendo del género que percibo en cada persona”, expresó Wilbur.
De acuerdo con lo que Curry le narró a Our Fence en 2013, tanto ella como Page y Wilbur estaban cansados de pelear para que el mundo los tomara en cuenta y ya no querían “rogar” para poder ser más visibles. Esto inspiró a que en vez de seguir con una “pelea”, deberían inventar una celebración, por lo que escogieron una fecha, la cual le recordaría al mundo de la existencia de esta comunidad.
“Estábamos sentados en una de las convenciones bi anuales, desahogándonos y alguien, -creo que era Gigi- dijo que deberíamos tener una fiesta. A todos nos encantaba el gran bisexual Freddie Mercury. Su cumpleaños era en septiembre, [pensamos] ¿por qué no en septiembre? Queríamos un día de fin de semana para asegurarnos de que la mayoría de la gente hiciera algo. El cumpleaños de Gigi era el 23 de septiembre. Cayó en un día de fin de semana, así que, ¡puf! Tuvimos un día”, comentó Curry. |
|
|
|
|