“Lo tengo que repetir: ni me atemoriza, ni me pone odio dentro, tampoco me desanima. No sé quién lo hizo, no me importa. No sé si serían los mismos que se han pasado estos meses denigrándome, inventando calumnias sobre mí en el pueblo o presionando a mis amigos y colaboradores para que me dejen solo”, afirmó Montes de Oca en sus redes sociales.
El cura confesó que no guarda rencor hacia ellos y les aseguró que a pesar de lanzar huevos, calumnias y odio en su contra son bienvenidos “a la Iglesia, que es la casa de TODOS, especialmente de los pecadores. Por mi parte, tengo mucho que ofrecer de parte de Dios”.
Recordó que la Isla no necesita en estos momentos violencia ni mentiras, sino personas enfocadas en remediar sus males “y que lo haga dialogando, debatiendo, escuchando con respeto al que piensa diferente, buscando soluciones justas, usando la fuerza de la razón, del amor, de la verdad. Para construir esta Cuba de todos, con todos y para todos, pueden contar conmigo”.
Esta es la segunda vez en seis meses que vandalizan la casa parroquial de Rolando Montes de Oca, aunque en esta ocasión no le escribieron en la pared “gusano asqueroso”. No existe certeza de quiénes son los implicados, pero no se descarta la posibilidad de que la Seguridad del Estado esté detrás de esos lamentables hechos.
“Quien ordena tirar parece que tiene control sobre la policía, la Seguridad del Estado y el PCC local, porque ninguno de ellos ha acudido a investigar ni se ha pronunciado contra el acto vandálico, como no lo hicieron sobre el anterior”, denunció el periodista independiente Henry Constantin Ferreiro.
“Por la cantidad de huevos que le tiraron -unos diez, calculan los que limpiaron los restos- parecería que a quienes ordenaron tirarlos les sobran los huevos. Pero eso de hacerlo escondidos, sin dar el rostro, contra un sacerdote que en su primera reacción tras el ataque los ha perdonado, lo aclara todo: a los que ordenaron tirarlos no les sobran los huevos. Les faltan”, agregó.
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Sólo una vez al mes, todos los cubanos reciben por la libreta de abastecimiento: cinco huevos (en algunos lugares 10, los últimos 5 sin precios subsidiados), ¼ de libra de pollo, cinco libras de arroz (más dos adicionales en algunos lugares), ½ libra de aceite, 10 onzas de frijoles negros, una caja de fósforos y un paquete de café (para los mayores de siete años). Periódicamente, cada tres meses, se entregan, además, 400 gramos de pastas alimenticias y un paquete de sal.