El Chino del Cuarteto Los Zafiros
Por Aldo Luberta Martínez.
El documental “Herido de Sombras”, del realizador salvadoreño Jorge Dalton, hizo que los recuerdos me atropellaran, acudiendo a mí en discola manera. En apenas 28 minutos, Dalton, reconocido audiovisualista, expone el deplorable estado en que se encontraba Eduardo Hernández Mora, “El chino, recordado por haber sido integrante del cuarteto “Los zafiros”; agrupación musical que, en descollante y fugaz carrera, se adueñó de la preferencia del público cubano en la década de los años sesentas.
“El Chino”, “Kike”, Ignacio, Miguelito, acompañados, primero, por la guitarra de Oscar Aguirre, y, posteriormente, por la de Manuel Galván, sin dudas, marcaron un hito imborrable en la rica historia musical de la isla.
Si bien es cierto que “Los zafiros”, muy rápida y asombrosamente, alcanzaron la gloria, también es muy llamativo la manera que desaparecieron de las radios y la televisión de la época. Incluso, los que vivieron la etapa recuerdan que hasta fueron censurados en Cuba por cuestiones aún no esclarecidas.
Dicen que la precocidad de su fama les hizo daño, y que no supieron mantenerse en la popularidad por lo que se entregaron a una vida caracterizada por el alto consumo de alcohol. Otros aseguran que fueron castigados por haberse negado a cantar en los campamentos cañeros en la malograda “Zafra de los 10 millones” en 1970…
En fin. Especulaciones. No obstante, las prontas muertes de Ignacio (1981) y “Kike” (1982), ambos sin haber cumplido los 40 años, son pruebas de que el consumo de alcohol pudo haber incidido en la ruptura del grupo.
La hipótesis, que no estoy capacitado ni autorizado a afirmar, reflotó cuando, en 1994, Jorge Dalton mostró al público, cubano y mundial, las condiciones en que se encontraba Eduardo Hernández Mora, “El chino” de “Los zafiros”, que sobrevivía olvidado y, tal y como dije al comienzo, visiblemente afectado por el alcoholismo, como así se lo hace saber en un fragmento del documental, en deplorable estado en su casa en la barriada habanera de Cayo Hueso.
El material muestra al “Chino” totalmente desconocido rememorando los años en que, junto a sus compañeros, escalaron a la cúspide de la predilección musical.
Le escribí a Dalton. Lo felicité, una vez más, por la excelencia de su propuesta, premio Coral en el Festival de Cine de La Habana en 1994, y le comenté una anécdota de mis viejos con el excantante que, no puedo precisar, debió haber sido entre 1992 y 1993.
Caridad y Alberto Damián salieron de una consulta de rutina del hospital “Hermanos Ameijeiras”, sito en las inmediaciones del barrio Cayo Hueso, municipio Centro Habana, y enrumbaron hacia Radio Progreso por la avenida San Lázaro. Habían caminado 2 o 3 cuadras cuando un hombre, sentado en el suelo, alza la vista y mostrando la mejor de sus sonrisas exclama: “¡Luberta!”. Mis viejos detienen la marcha, y mi progenitor, amablemente, ayuda al señor a levantarse, le da un abrazo, intercambian breves palabras y se despiden.
Mi madre, que había observado todo en silencio, cuando avanzaron un poco comenta: “¿Lo conociste? Te saludan hasta los desconocidos. Creo no lo reconociste”. Cuenta Caridad que Alberto Damián la miró y solo atinó a decir: “Es ‘El chino’ de ‘Los zafiros?”.
A mi vieja se le hizo un nudo en la garganta. Ella no imaginó que el excantante estuviera en esas condiciones. Ella, que comenzó con apenas 17 años a trabajar en Radio Progreso, ella que tantas veces disfrutó en vivo del cuarteto, si no reconoció al Eduardo Hernández Mora.
“Herido de sombras” es el título de uno de los inolvidables hits de “Los Zafiros” en la voz de “El chino”; “Herido de sombras” es el título del excelente documental de Jorge Dalton; y me ocurre pensar que Eduardo Elio Hernández Mora, “El chino”, falleció “Herido de sombras”, a los 56 años, en una sala del hospital habanero La Covadonga, olvidado y sumido en el alcohol, el 8 de agosto de 1995.
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