UN MANGO RICO CUBANO
ORIÁN SUÁREZ, EL ACTOR CUBANO QUE ENAMORÓ
El actor y modelo cubano Orián Suárez cuenta detalles sobre su carrera, catapultada por su debut internacional en la telenovela La esclava blanca
MIAMI— De niño, Orián Suárez (La Habana, 1987) nunca pensó que se convertiría en actor. Su pasión era el fútbol y estudiaba entre rigurosos entrenamientos en una academia de deportes. Pero su historia ya estaba escrita, y no solo saltó a la fama como actor en su tierra natal, Cuba, sino en Colombia y en el mundo.
Estudió en una famosa escuela de formación de actores en Cuba, e incursionó en el cine con importantes papeles en cintas como Irremediablemente juntos (Jorge Luis Sánchez), Los desastres de la Guerra (Tomas Piard), La Emboscada (Alejandro Gil), además de la teleserie rusa El Oro del Gloria, entre otros trabajos. Su papel protagónico en la telenovela La esclava blanca (de la cadena televisiva Caracol) le llevó a las pantallas de millones de televidentes, que se enamoraron de la historia de amor de Miguel (su personaje) y Victoria.
En charla, el intérprete y modelo habló del camino que le llevó a las tablas y al plató, además de su respeto por la profesión que eligió. Esta entrevista fue doblemente emotiva porque, quién les iba a decir a dos niños que se criaron en el mismo edificio en La Habana, en los años 90, que el destino los llevaría al punto de que él sería un popular actor y ella la periodista que le hizo estas preguntas.
¿Cómo fue tu infancia y cómo llegó la actuación?
Creo que nosotros tuvimos una infancia bastante bonita, dentro de nuestro marco, donde todos los muchachitos de nuestra generación éramos muy unidos y en un ambiente muy sano. La actuación llegó a mí de manera que ni siquiera la esperaba. Me dediqué prácticamente toda mi infancia, adolescencia, y parte de mi juventud, al fútbol. Pero por rebeldía de la adolescencia, me hizo alejarme del deporte y eso me llevó a compartir con un grupo de amigos en aquel auge del reguetón en Cuba.
En uno de los festivales que hacíamos nosotros le dijeron a mi mamá que necesitábamos proyección escénica, y madre, como es madre, en busca de que su hijo creciera, llegó a Humberto Rodríguez [director del grupo de teatro Olga Alonso], uno de los pilares, de los profesores formadores de actores. Cuando llegué ahí fue un mundo totalmente diferente para mí, y lo demás es historia.
Luego viene un protagónico en la película musical Irremediablemente juntos, en Cuba, y una carrera en ascenso en los medios de la isla. Ahora en Colombia, ¿cómo ha sido el cambio?
Al principio fue un poquito complicado por el tema también de cosas culturales. Sabes que nosotros los cubanos trabajamos mucho con los ademanes, las manos, a la hora de vocalizar, lo hacemos un poquito más rápido, hay palabras que para nosotros significan una cosa y para el colombiano, o no colombiano, significan otra. Entonces tocó adaptarse, cambiar el chip de Cuba y ponerlo en Colombia, empezar a aprender los modismos colombianos para lograr llegar a un mejor entendimiento.
¿Cuáles son tus paradigmas o actores favoritos?
Siempre he admirado, antes de ser actor, la carrera y la manera de trabajar de Denzel Washington. Para mí es un actorazo, un referente para mí, por todo. Y aquí en Colombia hay muchos actores que son, como decimos acá, unos monstruos. El caso de Andrés Parra, que llegó a hacer icónico a Pablo Escobar con su interpretación en El patrón del mal.
Son como mis dos referentes, porque te muestran el camino a cómo llegar al éxito, la disciplina, la constancia, el trabajo, sin perder la humildad. Creo que eso es muy importante, sobre todo cuando son personas que lo han logrado todo, o casi todo, y todavía siguen conservando esa personalidad.
¿Cómo definirías a Colombia en pocas oraciones?
La definiría como éxito, porque fue el país que me lanzó, no solo en Colombia, sino a nivel internacional con La esclava blanca. Me ha dado muchas oportunidades de superación, como actor, como persona, y de verdad estoy muy agradecido por este hermoso país. No es perfecto, ningún país lo es, pero de verdad que estoy muy feliz acá.
¿Qué significa Cuba para ti?
Cuba es el orgullo de ser cubano, nuestra cultura, las raíces, que eso nunca se pierde, eso siempre está. La familia. Creo que eso es algo que va a estar ahí por siempre. Siempre es bueno volver a casa, compartir con la gente del barrio, compartir.
¿Tienes algún plato cubano que mantengas por allá?
Acá la gente se vuelve loca cuando hago el arroz congrí. Siempre que invito a las amistades a almorzar o cenar a casa, siempre les hago el arroz congrí, la carne asadita, la ensalada, la yuca, la comida bien cubana, para que conozcan, sobre todo porque es el fuerte de uno.
Te preocupas por llevar un estilo de vida saludable.
La alimentación saludable siempre va a traer beneficios, y el cuerpo te lo va a agradecer, la piel, las uñas, el pelo, el estado físico va a ser mejor. En cuanto al ejercicio, pues no soy un gran vicioso del ejercicio, pero sí me gusta cuidarme, por supuesto, por llevar mi imagen, porque quiero sentirme bien conmigo mismo, mucho más allá de lo que puedan decir la sociedad y las revistas, que son cosas adyacentes a lo que uno hace.
Siempre trato de alimentarme bien, porque hoy en día muchos alimentos vienen con preservantes, conservantes, y entonces todos esos químicos a la corta o a la larga siempre nos van a traer consecuencias negativas a nuestros organismos. No te digo que no peque, me encanta mi traguito los fines de semana, los chicharrones, los paquetes estos de papitas, pero lo hago los fines de semana. Pero de lunes a viernes sí soy bastante riguroso con el tema de la alimentación y el ejercicio.
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Para junio será el estreno de una película que se llama Asalto mayor, una comedia, pero una comedia que está bien hecha. Cuando digo bien hecha es que no es la comedia barata donde está el facilismo y la burla, es de una narrativa que sola se cuenta y que hace reír por las situaciones que tiene la película. Estamos pensando volver al proyecto que teníamos en el teatro, estamos coordinando tiempos de los actores. Estoy a la espera de un proyecto que se pueda dar para una miniserie. Y todo se está moviendo.
¿Qué consejos les darías a esos jóvenes que quieren convertirse en actores?
El primer mensaje que siempre doy, porque muchos jóvenes me escriben en busca de un norte, de una asesoría, es que estudien. El estudio todo te lo da. Lo demás es carretera, grabar, hacer teatro, superarse cada día, no quedarse con lo que hice. En la pandemia tuve la oportunidad de estudiar vía online con una de las escuelas más importantes que tiene España en formación de todo lo que tiene que ver con el medio audiovisual, que se llama Central de Cine. Ahí pasé dos cursos, también hice unos talleres de superación, y eso me sirve, porque a veces nos acomodamos, y el mundo, como todo, va evolucionando. Siempre es bueno como actor tener herramientas de varias vertientes. Mi mensaje es que estudien, que se superen, que no dejen de luchar, que tengan mucha disciplina, este trabajo es de mucha disciplina. Y que nunca pierdan la humildad así logren el llamado éxito, o la llamada falsa fama, popularidad, como quieran llamarle.
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