Enrique Arredondo, el último cómico del teatro bufo cubano
Aún muchos recuerdan la vez que en ese programa, que salía al aire en vivo, Bernabé le advirtió al nieto: Si no te portas bien, te voy a castigar viendo los muñequitos rusos.
Enrique Arredondo
POR JORGE LUIS GONZÁLEZ
LA HABANA, Cuba. — Este 2 de abril se cumplen 116 años del nacimiento de Enrique Arredondo (1906-1988), uno de los más importantes actores del teatro bufo cubano y que se destacara también en la radio y la televisión.
Habiendo comenzado su carrera actoral a la edad de 17 años, en 1923, fue contratado por el Teatro Alhambra en 1934 para sustituir al actor Sergio Acebal en el personaje del “negrito”.
Luego de actuar con diversas compañías, entre ellas las de Federico Piñeiro y la de José Sanabria (más conocido como el viejito Chichí), en 1940 Arredondo formó su propia compañía, para la cual escribió varias obras.
El destacado actor creó dos personajes para la radio, Virutica y Chicharito, este último fue retomado más adelante por el dúo de Garrido y Piñeiro para interpretar a Chicharito y Sopeira en un programa muy escuchado en los años cuarenta.
Arredondo, que se inició en 1956 en la televisión, participó en programas como Mi familia, El Show del Mediodía y la Revista Regalías.
A partir de mediados de los años sesenta, se hizo muy popular en el programa San Nicolás del Peladero, donde compartió con artistas de la talla de Enrique Santiesteban, María de los Ángeles Santana (el alcalde Plutarco Tuero y la alcaldesa Remigia), y el muy versátil Germán Pinelli (el periodista Eufrates del Valle).
En San Nicolás del Peladero, Arredondo, además de encarnar al fanfarrón Cheo Malanga, retomaría el personaje del Doctor Chapotín, que había creado en 1947 para la emisora CMQ.
Pero su mayor popularidad la alcanzó Arredondo en el programa Detrás de la Fachada, conducido por los animadores Consuelito Vidal y José Antonio Cepero Brito, donde representaba a Bernabé, un simpático personaje que conquistó el cariño del público.
Aún muchos recuerdan la vez que en ese programa, que salía al aire en vivo, Bernabé le advirtió al nieto: “Si no te portas bien, te voy a castigar viendo los muñequitos rusos”. Aquello le costó una fuerte reprimenda y que lo sancionaran, sacándolo un tiempo de la televisión.
Desde 1979 y hasta sus últimos días de vida, integró el elenco del espacio radial humorístico más gustado en Cuba, Alegrías de Sobremesa, donde dio vida al tío de Paco.
La fraseología popular se nutrió de expresiones dichas por Arredondo en sus actuaciones, que enmascaraban su sentido con las llamadas morcillas, frases improvisadas fuera del libreto, como “No pue seeer”, “No, mentira, tú me estás engañando” y ¡Atrevidooo!
Sus breves incursiones cinematográficas fueron en ¡Qué suerte tiene el cubano!, Nuestro hombre en La Habana, de Carol Reed (1959) y en Son o no Son, bajo la dirección de Julio García Espinosa (1980).
Arredondo escribió sus memorias, que se titularon Vida de un Comediante, y fueron publicadas en la colección Huracán hace más de tres décadas. El día de la presentación del volumen, durante una Feria del Libro en La Habana, una multitud se agolpó para alcanzar un ejemplar. No obstante, a pesar de ser un título agotado y muy demandado, nunca más se ha reimpreso.
Durante sus dos últimos años de vida, Arredondo colaboró en proyectos con los libretistas Enrique Núñez Rodríguez, Héctor Zumbado y Alberto Luberta. Su fallecimiento, el 15 de noviembre de 1988, a la edad de 82 años, dejó un gran vacío en la cultura cubana.
Enrique Arredondo, que se consideraba como un seguidor de Arquímedes Pous, fue junto a Alicia Rico, Candita Quintana y Leopoldo Fernández, de los más grandes del teatro bufo. Y le correspondió ser el último de ellos.
Como el teatro bufo —desde la colonia— frecuentemente tocaba problemas sociales y políticos, cayó en desgracia luego del triunfo de la revolución. El régimen castrista, que no entiende de chistes y burlas, margina a actores como Luis Silva (Pánfilo), Andy Vázquez (Facundo) y Omar Franco (Ruperto), muy queridos por el público y que pudieran ser lo más parecido actualmente a los antiguos cómicos bufos.
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